La Federación Nacional de Periodistas (Fenaj) de Brasil denunció que el presidente de ese país, Jair Bolsonaro, impulsó el 58 % de los ataques cometidos en 2019 contra medios de comunicación y profesionales de la prensa.
Según el más reciente informe de la organización, los ataques a los periodistas, incluyendo asesinatos, agresiones y amenazas, experimentaron un crecimiento de 54,07 %. En comparación con los 135 registrados en 2018, la cifra se elevó a 208 el año pasado.
«En 2019 se institucionalizó la violencia contra los periodistas con el propio Presidente atacándolos», condenó la líder sindical María José Braga, titular de la Fenaj, en declaraciones ofrecidas tras presentar el «Informe sobre la Violencia contra la Prensa de 2019«.
El informe anual de la federación plantea que los intentos de desacreditar a la prensa representaron el 54,81 % de los ataques a los periodistas (114 casos), las amenazas fueron el 13,46 % (28 casos), las agresiones verbales el 9,62 % (20), las agresiones físicas el 7,21 % (15) y las censuras o impedimentos de la práctica profesional, el 4,81 % (10).
Asimismo, se registraron cinco casos de restricción de la libertad de prensa por demandas (2,4%), dos casos de lesiones raciales (0,96 %) y dos casos (0,96 %) de agresiones contra la organización sindical.
De acuerdo con la federación, los periodistas que trabajan en televisión son las principales víctimas de las agresiones, con el 28,23 % de los ataques, seguidos por los que son empleados de periódicos (26,61 %) y los de los medios digitales (18,55 %).
Dos asesinatos
Los asesinatos de periodistas en su ejercicio profesional aumentaron de ningún caso en 2017 a uno en 2018 y dos en 2019. Las víctimas fueron los periodistas Robson Giorno y Romario da Silva Barros, que ejercían para medios de comunicación de Maricá, ciudad en el litoral del estado de Río de Janeiro.
121 ataques de Bolsonaro
Los principales autores de los ataques fueron actores políticos, responsables de 144 casos (el 69,23 % del total), en su gran mayoría cometidos por Bolsonaro, quien inició su mandato el 1 de enero de 2019.
El Mandatario ultraderechista, con 121 declaraciones públicas agrediendo o desacreditando a periodistas, fue responsable del 58,17 % de los ataques registrados el año pasado.
«La ascensión de Jair Bolsonaro a la Presidencia afectó significativamente la libertad de prensa en Brasil. En sólo un año de Gobierno, Bolsonaro fue, solo, responsable por el 58 % de los ataques a medios de comunicación y periodistas. Fueron 114 ofensas genéricas y 7 casos de agresiones directas«, denunció María José Braga.
«La postura del presidente -mejor dicho la falta de ella- muestra que, de hecho, la libertad de prensa está amenazada en Brasil. El jefe de Estado promueve, por medio de sus declaraciones, la sistemática desacreditación de la prensa y los periodistas. De esa forma, institucionaliza la violencia contra la prensa«, agregó.
La dirigente sindical condenó el hecho de que el ultraderechista también aprovecha su cargo para tomar medidas que buscan debilitar financieramente los medios de comunicación.
La Federación Nacional de Periodistas no es la única organización en denunciar los ataques de Bolsonaro a los medios y sus trabajadores, pues la Asociación Brasileña de Prensa (ABI, por su siglas en portugué) asegura que “el país y el mundo han sido sorprendidos, a cada momento, por declaraciones disparatadas del Presidente de la República y sus auxiliares más próximos«.
Enemigo de la prensa
Los ataques de Bolsonaro fueron recurrentes durante su primer año de Gobierno. El rechazo y mala relación con los medios quedó en evidencia desde su campaña, ya que prefirió comunicarse directamente con sus electores por redes sociales.
Al igual que en muchos aspectos y políticas, el Jefe de Estado ha seguido el ejemplo de su homólogo estadounidense, Donald Trump, a la hora de tratar a la prensa y, al punto de tildar de «fake news» (noticias falsas) cualquier información crítica a su administración.
En otras oportunidades ha calificado a la prensa como «sucia», «asquerosa», «canalla» e «inmoral», y ha amenazado incluso con asfixiarla económicamente, mediante decretos para retirarles publicidad, campañas para espantar anunciantes o de no renovar las concesiones de los canales de televisión.
Guerra contra el Folha de São Paulo
Los dardos envenenados de Bolsonaro se han dirigido en muchas oportunidades contra el diario Folha de São Paulo, medio que ha revelado varios escándalos relacionados con su Gobierno.
En octubre pasado, el periódico publicó un extenso informe en el que denunciaba irregularidades en la financiación de su campaña. La respuesta de Bolsonaro fue: “Es una cloaca”, en referencia al rotativo.
Asimismo, cargó contra los periodistas que lo interrogaron sobre el tema: “Lamento profundamente que la prensa brasileña actúe de esta manera. Están todo el tiempo mintiendo, distorsionando, difamando. ¿Ustedes me quieren derrumbar? Será difícil, porque tengo el cuero duro. Sigan mintiendo”.
Tanto es su guerra contra el Folha de Sao Paulo que en noviembre pasado dispuso la cancelación de la suscripción del Gobierno con el periódico.
Insultos a los periodistas
Uno de los episodios más vergonzosos que ejemplifica su conducta con los medios ocurrió en diciembre pasado. Ese día, molesto por las preguntas de los periodistas sobre un escándalo de corrupción que involucra a su hijo Flavio, el mandatario reaccionó agresivamente y mandó a callar a los reporteros y arremetió contra uno de ellos con un fuerte insulto y expresiones homofóbicas.
«Tú tienes una cara de homosexual terrible y no por eso te acuso de homosexual. Aunque no es un crimen ser homosexual», le dijo Bolsonaro al periodista del diario O Globo, quien le preguntó si Flavio, ahora senador, no podía haber cometido un «desliz» en su conducta.
Tan grande fue el escándalo y rechazo que provocaron estas declaraciones que el llamado «Trump del Trópico» se vio forzado a pedir disculpas y admitir su error. «Me equivoqué. No debería haberlo dicho», manifestó posteriormente.
«¿A quién fue que le dije que era terriblemente homosexual? ¿No está aquí hoy? Mándenle un beso de mi parte», expresó para tratar, sin éxito, de enmendar la agresión.
El informe de la Fenaj no incluyó los más recientes ataques perpetrados contra periodistas en las últimas semanas. Uno de ellos ocurrió cuando le pidió a una reportera del diario Folha de Sao Paulo que «se callara la boca» cuando concedía declaraciones en la sede del Ejecutivo.
El Jefe de Estado también afirmó recientemente que los periodistas son «una raza» en vía de «extinción», debido a que -a su juicio- «no tienen credibilidad».
En otra ocasión, molesto por las preguntas sobre supuestas contradicciones entre las prioridades del Gobierno y del Congreso, el Mandatario les pidió que cambiaran su manera de proceder.
«Quiero que ustedes cambien. Quien lee periódicos no está informado, pero quien los lee está desinformado. Tienen que cambiar eso. Ustedes son una especie en extinción. Creo que voy a colocar los periodistas a los cuidados del Ibama (…) Ustedes son una raza en extinción «, afirmó.
Incluso, se atrevió a decir que cada vez menos los brasileños confían en la prensa. «Yo, por ejemplo, cancelé la suscripción de todos los periódicos que llegaban a la Presidencia. Absolutamente todos. No recibo ningún periódico, ni revista. Quien la quiera, que vaya a comprarla… Porque leer periódico envenena a las personas», subrayó.
El más reciente de los ataques se produjo el pasado jueves, cuando Bolsonaro dijo que los periodistas mienten, y sostuvo que los izquierdistas no merecen ser tratados como si fueran personas normales.
«Nuestra prensa le teme a la verdad. Ellos tergiversan las cosas todo el tiempo y cuando no tergiversan, mienten descaradamente», aseguró.
Voces que no se callarán
El Presidente no solo es responsable de sus expresiones de odio contra la prensa, pues también inspira a sus ministros, colaboradores y seguidores a proceder igual.
La periodista Patricia Campos Mello, del Folha de São Paulo, es la autora del reportaje “Empresarios financian campaña contra el Partido de los Trabajadores por WhatsApp”. A raíz de esa publicación, fue víctima de amenazas por mensajes de texto y llamadas telefónicas, en las cuales se le «advertía» que no se metiera con el ultraderechista.
Asimismo, denunció que su cuenta de WhatsApp había sido hackeada, ya que eliminaron parte de sus mensajes y enviaron otros a favor de Bolsonaro a los contactos de su agenda.
Al final, aunque el Mandatario piense que la prensa y los periodistas son «una especie en extinción», el gremio no se amilana ante las amenazas y agresiones y se mantiene en pie defendiendo su libertad de expresión.
«El Presidente no puede confundir lo que tal vez sea un deseo oculto con la realidad. Mientras que la información sea una necesidad vital de las sociedades modernas, y ella lo será siempre, el periodismo seguirá existiendo», afirmó la ABI.
Para la organización, el periodismo, «con seguridad, sobrevivirá más tiempo que los políticos enemigos de la democracia, puesto que ellos sí tienden a ser engullidos por la historia».
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