Como incongruente, contradictoria e incomprensible ha sido calificada en las redes sociales la decisión de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) de quitar a Colombia y Argentina la organización de la Copa América 2021 y otorgarla a Brasil, el país más golpeado en América Latina por la pandemia del covid-19.
La medida también ha causado polémica por la creciente crisis política del gobierno de Jair Bolsonaro, en un país que en los últimos días ha registrado protestas masivas para rechazar su gestión contra el coronavirus, entre otras presuntas irregularidades.
La presidenta del Partido de los Trabajadores de Brasil, Gleisi Hoffman, que fue una de las primeras en rechazar la organización del evento, calificó al mandatario como «genocida» y dijo que hacer el torneo era «un acto de locura«.
Originalmente, Colombia y Argentina debían acoger el torneo más importante del continente a nivel selecciones. Sin embargo, Bogotá desistió de la idea por la crisis política, y Buenos Aires siguió el mismo camino debido a la grave situación sanitaria que atraviesa.
Esto fue justamente lo que llamó la atención en toda la región, ya que Brasil no está exento de las protestas; es el tercer país del mundo con más casos confirmados de covid-19, y el segundo con más muertes en todo el planeta. Actualmente, promedia más de 61.000 contagios y supera las 1.800 muertes por día, mientras en su territorio circulan nuevas variantes de la enfermedad, consideradas más virulentas y letales.
Brasil será la sede de «Cova América«
Enseguida, la polémica se trasladó a las redes sociales. Algunos con rabia, otros con ironía, los usuarios no solo se refirieron a las contradicciones que refleja la determinación, sino que también acusaron al ente rector del fútbol sudamericano de privilegiar los intereses monetarios por encima de la vida.
Uno de los más críticos con esa decisión ha sido el exportero de la selección de Paraguay, José Luis Chilavert, quien se refirió a la Confederación como «corrupbol» y manifestó que los jugadores de las selecciones deben dejar de que los «traten como esclavos» y que «se hagan respetar».
«Hay que revelarse ante estos corruptos que no les importa la vida de todos ustedes, unidos venceremos a la corrupción que impera en el fútbol sudamericano», dijo.
Otra reacción en contra de esa decisión vino de parte de Luiz Henrique Mandetta, quien fue ministro de Salud de Jair Bolsonaro entre los años 2019 y 2020, y terminó destituido por las profundas diferencias que tenía con el mandatario en el manejo de la pandemia.
«Brasil será la sede de «Cova América«, sentenció Mandetta, quien lamentó que su país se preste para realizar el evento, justo cuando el coronavirus está en expansión, una acción que calificó como «increíble» y parte de un «cinismo total».
En los comentarios también han salido a flote los fantasmas de corrupción que estallaron en la Conmebol, que involucraron directamente a varios de sus miembros en un caso de sobornos multimillonarios que consistían en facilitar a empresarios derechos de transmisión, publicidad y patrocinio de torneos, así como la adjudicación de sedes para campeonatos.
En el 2019, la Copa América arrancó en medio de una huelga general en contra de las reformas impulsadas por Bolsonaro y del escándalo que involucró al entonces ministro de Justicia, Sergio Moro, por las dudas sobre su imparcialidad en el caso que dirigió contra el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva.
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