Carrete universitario en Ritoque: ¿Desenfreno juvenil o miedo a los jóvenes?

Era un día de encuentro en la costa central


Autor: Mauricio Becerra


Era un día de encuentro en la costa central. Por primera vez se juntarían los estudiantes de las universidades de Valparaíso y Católica de Valparaíso en una fiesta junto a la playa de Ritoque. Sin pagar entradas, pulseras que detallan si eres VIP y con mucho ánimo de fiesta los chicos fueron llegando el jueves 26 de marzo. Y como la fiesta prometía llegaron mechones de muchas otras universidades y centros de estudio.

Se calcula que hubo 20 mil personas ese día, todo un fenómeno social, pero que para los medios les sirvió para volver a poner en tela de juicio la conducta de los estudiantes universitarios de dos universidades públicas de Valparaíso.

Al otro día La Tercera llevaba en portada una foto aérea del encuentro, en Megavisión se hacía hincapié en el consumo de alcohol y drogas. El periodista del canal Opus Dei machacaba con la “irresponsabilidad de los jóvenes” y mostraban imágenes de otros encuentros estudiantiles en la playa, en las que se veían letreros que rezaban vender galletas  de marihuana.

Se recalcó el que los chicos se subieran a un tren que pasaba a menos de 10 km. por hora, un entretenido juego de destreza para cualquiera de nosotros, y que un chico, Alejandro Guerrero (19), alumno de la U. Santa María, se lesionara en la vuelta al intentar abordar un camión en la ruta que lleva a Con Cón.

Por su parte el Telediario Interactivo de la Red separaba el debate en “Responsabilidad de las universidades o culpa de los jóvenes”. ¿Culpa de qué? ¿de disfrutar? ¿de participar en una fiesta sin permiso?

En el panel del Telediario, el psicólogo Giorgio Agostini, hablaba de acciones de delincuencia, relaciones sexuales en público y promovía poner “multicanchas para los jóvenes”. La portada de El Mercurio del sábado sería una foto con la basura dejada en Ritoque luego de la fiesta.

Lo ingredientes estaban dados para la gazmoñería criolla: carrete, alcohol, drogas y sexo libre.

Claro que no había imagen alguna de sexo ni denuncia de violación. Un informe de carabineros difundido después contó, además del estudiante herido, otros 5 cortados por botellas de vidrio y 2 atropellados de mínima gravedad entre 20 mil asistentes: Todo un éxito para cualquier gestor de eventos.

Pero el asombro periodístico tuvo sus efectos. Al otro día, el gobernador de Valparaíso, Ricardo Bravo, anunciaba una querella al tribunal contra los responsables. Y el alcalde de Quintero, José Varas, aparecía en la tele recogiendo la basura, anunciando una presentación similar.

UNIVERSIDADES PÚBLICAS

Tanta noticia persiguió dos efectos: Dar una imagen de los estudiantes de dos universidades públicas y condenar la fiesta y los espacios de encuentro juvenil. Y ocurre justo la semana después en que un concejal de Santiago arremetió contra el Parque Forestal, que dejó al paseo dominical de muchos jóvenes convertido en un parque lleno de policías.

Carla Amtmann, presidenta de la Federación de Estudiantes de la PUCV, señala que la prensa estaba esperando alguna imagen negativa que mostrar de los estudiantes: “Si durante la semana mechona hicimos foros de debate a salas llenas, una obra de teatro gratuita en el Teatro Municipal y un concierto a estadio lleno en el velódromo de Playa Ancha”.

Gustavo Pacheco, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso, agregó a El Ciudadano que es extraño ver cómo la prensa “ha querido dar la imagen del universitario desenfrenado que provoca desórdenes y estragos”. Acusa que diversas otras actividades realizadas durante la misma semana no tuvieron la misma cobertura que dicho evento en Ritoque.

“Si hasta clausuramos el campeonato deportivo entre la UCV y la UV en Av. Pedro Montt con miles de espectadores y eso no lo vimos por televisión”- agregó Pacheco.

Amtmann cuenta que los objetivos de la semana mechona fueron la articulación con las otras universidades, potenciar espacios estudiantiles de debate y conectarse con la comunidad porteña: “Por ello convocamos a una semana universitaria abierta y tuvimos importantes gestos de unidad estudiantil”.

Respecto a lo que ocurrió en Ritoque, Amtamann cree que “demostró la realidad de la juventud. Si hay 20 mil jóvenes que se juntan a carretear y aprovechan un espacio abierto y gratuito, da cuenta de que no hay espacios de socialización”.

También la dirigente de la PUCV sostiene que son críticos del consumo excesivo de alcohol y aprovecha de abrir la discusión social sobre el tema. “Nos critican el evento, pero nadie dice algo respecto de la producción industrial de cerveza por parte de CCU y el imaginario de su publicidad en televisión, claramente orientada al público estudiante”.

Amtmann cree que “hay una grave contradicción en una sociedad que potencia dichos consumos en desmedro de otras sustancias, que están prohibidas, como la marihuana”. Pacheco agrega que “el enfoque de la prensa ha sido claramente político, si ambas federaciones estudiantiles son de izquierda y esto más bien parece una excusa para atacarnos”.

Ambos también coincidieron que frente al emplazamiento del alcalde de Quintero por la basura dejada en la playa que “junto a la FEUV pagamos 400 mil pesos al concesionario sólo por conceptos de limpieza después del carrete”.

MIEDO A LA FIESTA

La Gobernación de Valparaíso, acosada por los medios, manifestó que no daría más permisos para la realización de este tipo de eventos. “¿Le tenemos miedo a la fiesta?”- se pregunta Ibán de Rementería, de la Red Chilena de Reducción del Daño, y agrega que “el problema es que no existe infraestructura para que la gente pueda divertirse, como ocurre en otros países. Pareciera que los jóvenes sobran en este país”.

También de Rementería destaca que “el poder le tiene miedo a la fiesta y a los jóvenes. Es una constante la agresión mediática a diversas expresiones juveniles, sean los que van los domingos al Parque Forestal o ahora, el caso del encuentro en Ritoque”.

A futuro, de Rementería cree importante fijarse en la producción de estos encuentros y tener la suficiente coordinación y garantías para los que asistan cono baños y áreas de relajo.

Por su parte Gallardo dice que no se tiene porque censurar una tradición de fiesta en la playa que los estudiantes de la UV hacen desde hace 15 años. “Vamos a seguir haciendo actividades abiertas a la comunidad, sobre todo culturales”- adelantó.


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