Caso Bombas 2: El oficial acusado de hacer «montajes» que intervino en la investigación

De la infiltración universitaria a la pesquisa de ataques terroristas, las fotografías de un supuesto explosivo en el celular del teniente Camilo Ramírez Eyzaguirre nunca fueron tomadas en cuenta por la Fiscalía, denuncia abogado. Funcionario participó en diligencias que buscan comprobar la participación de anarquistas que hoy enfrentan juicio por atentados ocurridos en 2014.

Caso Bombas 2: El oficial acusado de hacer «montajes» que intervino en la investigación

Autor: Matías Rojas

Con un «botón de inteligencia» enganchado en su uniforme, el director de Carabineros Bruno Villalobos recibió a fines de 2016 un homenaje a su labor de más de 15 años en el área, pasando por los grados de capitán, mayor, teniente coronel y general inspector.

De hecho, en junio del año 2000, Villalobos registró en su hoja de vida la participación que tuvo en un curso de instructores norteamericanos ofrecido por la embajada de Estados Unidos en Santiago.

Aunque toda esa experiencia no bastó para impedir que siguieran robando miles de millones de pesos en 2011 -cuando la Unidad de Análisis Financiero (UAF) detectó huellas de ilícitos en Finanzas, y la Dirección de Inteligencia, bajo su mando, optó por descartar delitos con la sola versión del general Flavio Echeverría-, Villalobos justifica la piocha que aceptó en el club institucional evocando otro caso que lo encumbró a la cima de las filas.

Como argumentó en mayo a la comisión investigadora del denominado «Pacogate», uno de sus logros más destacados fue encontrar en tiempo récord a los supuestos responsables de la bomba que estalló en el metro Escuela Militar en septiembre de 2014. Por este hecho se imputó a tres jóvenes anarquistas que hoy enfrentan juicio en tribunales.

El procedimiento oral partió en marzo y han declarado víctimas de los hechos investigados por la Fiscalía y policías que formaron parte de las diligencias, no solo por la detonación del explosivo en el Subcentro sino también por otros artefactos en estación Los Domínicos y en una comisaría.

En este último grupo figura el teniente Camilo Ramírez Eyzaguirre, oficial del equipo especial del Departamento III «Seguridad Pública» de la Dirección de Inteligencia Policial de Carabineros que aportó al Ministerio Público un CD con imágenes de «blancos investigativos» captados por las cámaras de seguridad del Metro de Santiago, apuntando a los jóvenes sospechosos.

En la audiencia de apertura, todas las defensas negaron participación de sus representados. La intervención que generó más ruido fue la del abogado de Juan Flores Riquelme, quien arriesga la pena más alta de todas.

De pie, el defensor penal público Juan Pablo Gómez reiteró una hipótesis planteada en la etapa de preparación del juicio: que la explosión de la bomba en Escuela Militar fue posible gracias a la intervención de policías, buscando generar el «estado necesidad» para la compra de tecnologías enmarcadas en la guerra contra el terrorismo.

«SAPO DE LOS PACOS»

El nombre del teniente Camilo Ramírez Eyzaguirre aparece en documentos del «caso bombas II», pero también como potencial autor de un montaje contra estudiantes del ex Pedagógico en diciembre de 2014. Ello a escasos meses del día que «cambió a Chile», según ha calificado en el proceso contra los anarquistas el fiscal sur, Raúl Guzmán, sobre lo ocurrido en el Subcentro.

Durante una movilización estudiantil, vestido de civil, Ramírez se infiltró en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) y fue encarado por alumnos del plantel, provocando la intervención de Fuerzas Especiales.

La institución acusó a nueve miembros de la casa de estudios por el delito de secuestro y el oficial, respaldado por abogados de Carabineros, presentó más tarde una querella imputando «maltrato de obras» con lesiones menos graves y «robo con violencia» a tres universitarios.

En el libelo, Ramírez señaló que ingresó a la universidad de Ñuñoa junto al cabo segundo Juan Basly Castro y el carabinero Víctor Cabezas Núñez, siguiendo a presuntos encapuchados que generaban desórdenes en el cordón Grecia-Macul. En esos momentos, «un grupo de 20 a 30 individuos que se encontraban en la facultad procedieron a increparme a gritos con palabras soeces, manifestándome que era ‘sapo de los pacos'», relató.

La turba -agregó- lo golpeó con puños, pies, piedras y palos, quitándole una mochila con documentos y un móvil Samsung que portaba, obligándolo a ingresar a un baño donde supuestamente fue interrogado hasta su rescate por colegas uniformados.

El incidente fue comentado en un video por el rector de la UMCE, Jaime Espinosa, quien dudó de la versión entregada por la policía.

«La labor de Carabineros no siempre se ejerce dentro de los límites aceptables. Es lo que ocurrió el miércoles 10 de diciembre pasado en nuestro campus, cuando se desataron incidentes indeseables con ocasión del descubrimiento de personal policial infiltrado, no autorizado, operando dentro de nuestra universidad», explicó.

En su mensaje, Espinosa habló de «un procedimiento impreciso de identificación de supuestos culpables con una calificación artificiosa de un delito que raya en lo absurdo y que no queda otra idea que comprenderla, lisa y llanamente, como un montaje, porque no existe ningún indicio que permita entender que haya habido secuestro de nadie por ningún estudiante de la UMCE».

El académico afirmó que la mayoría de los estudiantes detenidos ese día no tenían «relación entre sí, es más, entre ellos está el caso de un joven de Coquimbo que venía por el día a un recital en Santiago, lo cual deja la impresión de que han sido víctimas de la estigmatización y perjuicio hacia nuestra casa de estudios».

«La incursión de carabineros uniformados y de civil dentro de nuestro campus universitario, violenta el espíritu de una comunidad universitaria autónoma que nada tiene que ver con sucesos de orden social que solo pueden comprenderse en el ámbito de la psico-sociología, y que deben abordarse fuera de la universidad con procedimientos apropiados y conforme a su mérito», concluyó.

¿BOMBA IGNORADA POR LA FISCALÍA?

La acusación más grave atañe al contenido del celular que mantenía en su poder el oficial, quien aparece -de acuerdo a una publicación de Radio Villa Francia-, en la Memoria Anual 2013 de la ANEPE (Academia Nacional de Estudios Políticos y Estratégicos del Ministerio de Defensa Nacional) cursando un diplomado sobre «La Función de Inteligencia en el Estado Contemporáneo».

La Federación de Estudiantes de la UMCE logró obtener un set de fotografías registradas en la memoria del celular del agente, que mostraban «lo que parece ser un »artefacto explosivo’ con detonador remoto», indicó el portal informativo.

Las imágenes, capturadas al interior de una residencia el 28 de noviembre de 2014, fueron puestas en conocimiento del fiscal nacional de la época, Sabas Chahuán, por el presidente de la federación, Patricio Venegas, el Director de Asuntos Estudiantiles, Rafael Acevedo, la Asociación Nacional de Funcionarios del establecimiento y abogados de la Defensoría Popular.

Sobre este hallazgo, el abogado Rodrigo Román comentó a Radio Universidad de Chile que alertaron de la situación a la Fiscalía «para que se investigue, porque da para mucho, especular los montajes, por ejemplo. ¿Por qué un policía tiene una fotografía de una bomba?»

Consultado esta semana para saber cómo terminó el caso, Román dijo a El Ciudadano que «quedamos a la espera de citación y no supimos nada más. La Fiscalía tenía que realizar las diligencias que solicitamos y nada de eso hizo, porque simplemente no le interesó».

BANDERA EN LLAMAS

Lo claro es que en diciembre de 2014, Ramírez se transformó en el segundo policía denunciado por infiltrar la UMCE. El primero fue Héctor Antonio Cerda Burgos, quien -se acusó- trabajaba en la institución cuando fue sorprendido lanzando piedras a carabineros en el Día del Joven Combatiente.

La periodista Pamela Jiles mostró, en el programa «Mentiras Verdaderas» de La Red, la cédula de identidad del policía y otros documentos hallados en un bolso que cargaba, afirmando que Cerda fue detectado por un grupo de manifestantes pacíficos quemando una bandera chilena.

«Le sacamos la capucha y encontramos toda la documentación que acredita que es un oficial de Carabineros haciendo actos violentistas», detalló el presidente de la Federación a El Desconcierto.

En una carta al entonces ministro del Interior Rodrigo Peñailillo, los denunciantes informaron que debido «a la actitud sospechosa de este supuesto encapuchado, un grupo de estudiantes comenzó a increparlo, preguntándole por la carrera que estudiaba, a lo cual respondió que era hermano de un estudiante del departamento de Diferencial, lo cual fue inmediatamente desmentido por los mismos compañeros».

«Al continuar increpándolo expresó ser estudiante de la UTEM, lo que nuevamente fue descartado puesto que no presentaba ningún documento que acreditara su pertenencia a dicha institución. Los estudiantes lo llevaron al interior de la Universidad, y cuando sucedió esto, carabineros de FFEE hizo ingreso inmediatamente acompañado de la acción del carro lanza aguas y disparo de bombas lacrimógenas a quemarropa a dos estudiantes», subrayaron.

La misiva que pidió llegar al fondo de los hechos nunca tuvo respuesta.


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