Un nuevo desplazamiento masivo ocurrió en varias comunidades rurales cercanas a la ciudad de Cúcuta, Colombia, en el departamento del Norte de Santander, donde la mayoría de sus habitantes huyó en «estampida».
Las zonas quedaron como unos «pueblos fantasmas», según reportan los medios, luego de que los habitantes recibieran amenazas de muerte por parte de grupos ilegales armados, que la tarde del miércoles les dieron 20 minutos para que abandonaran sus casas y negocios, reseña un reportaje de Nathali Gómez para RT.
Banco de Arena es un corregimiento a menos de una hora de la capital del departamento del Norte de Santander, conformado por varios caseríos. De allí han escapado unas 240 personas debido al aumento exponencial de la violencia producto de los enfrentamientos entre grupos narcocriminales y guerrilleros por el control territorial y económico de la zona.
Ante esta situación que ha generado una crisis humanitaria, las autoridades regionales habilitaron un espacio en una cancha deportiva para brindarles a los pobladores «las condiciones de salubridad, seguridad y dignidad», informó el alcalde cucuteño, Jairo Yáñez, a través de su cuenta de Twitter. Sin embargo, la secretaria de Posconflicto y Cultura de Paz, Elisa Montoya, afirmó que las personas le manifestaron que preferían quedarse en casas de familiares.
¿Qué ocurrió en Colombia?
Los caseríos de Pacolandia, La Punta, La Arenosita y El 25, próximos a Banco de Arena, «parecen unos ‘pueblos fantasmas’, según una crónica de La Opinión. En esa zona existe una confrontación de larga data entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGN), un grupo de crimen organizado.
Las familias huyeron «en estampida» y dejaron sus casas y negocios para «salvaguardar sus vidas», continúa el escrito del diario cucuteño. Temporalmente se albergaron en la escuela de Banco de Arena y en las viviendas de personas cercanas.
Todo comenzó cuando desconocidos armados y vestidos con uniformes similares a los usados por la Policía, les ordenaron, la tarde del pasado miércoles, abandonar el lugar en 20 minutos bajo amenaza de muerte.
En este corregimiento también operan grupos como Los Rastrojos y disidencias de las extintas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
Las reacciones
La Alcaldía de Cúcuta informó que realiza un plan de contingencia en la zona junto a la Comisión de Verificación y Misión Humanitaria de Evacuación, coordinada por la Secretaría de Posconflicto y Cultura de Paz y la Defensoría del Pueblo.
Por su parte, el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, pidió a las autoridades regionales y locales «establecer medidas de protección a la comunidad«. Los habitantes han manifestado en los medios que los cuerpos armados ilegales operan de manera pública y que los agentes de seguridad del Estado no actúan para impedirlo.
La Procuraduría también manifestó su preocupación por el desplazamiento e informó que la titular de esta institución, Margarita Cabello, pidió a funcionarios regionales «acompañamiento inmediato para garantizar sus derechos«.
Doble asesinato previo
Este salida forzada de los habitantes de Banco de Arena ocurre menos de una semana después de que Eliécer Sánchez Cáceres, vicepresidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda La Punta, fuera asesinado a balazos junto a Hernando Sogamoso, quien lo acompañaba, y otra persona.
El instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz califica este hecho como una masacre, por lo que el número total de este tipo de crímenes en Colombia se eleva a 68 en lo que va de año.
Sánchez y Sogamoso fueron ultimados cuando se dirigían a una reunión, recoge La Opinión. Según la versión policial, iban a un encuentro con miembros del ELN, sin embargo, los habitantes desmienten esa información y afirman que las víctimas se reunirían con una organización internacional que desarrolla un plan para evitar el reclutamiento de menores de edad en zonas de conflicto.
«Eso que dicen las autoridades, que nos reunimos con actores armados, es estigmatizarnos y ponernos una lápida en el cuello, porque nosotros les hemos dejado en claro, tanto a los ilegales como a la Policía y el Ejército, que no estamos con ninguno de ellos», dice al diario alguien que prefirió no identificarse por temor a represalias de los actores armados.
Según los testimonios, otras personas que también participarían en la reunión escucharon los disparos y se devolvieron corriendo a sus viviendas.
Un largo historia de violencia en Colombia
Los habitantes han manifestado que «se sienten secuestrados» en su comunidad donde impera un «toque de queda» impuesto por los grupos armados, que no les permiten salir de sus casas después de las 6:00 de la tarde. Este estado de sitio se ha establecido desde hace un par de décadas.
En los primeros seis meses de este año, según registros que recoge La Opinión, hubo 17 homicidios y solo entre julio y agosto fueron asesinadas 15 personas. Del total de esta cifra, tres personas eran líderes sociales.
En 2020, la Defensoría del Pueblo ya había emitido una Alerta Temprana 035-2020 donde advertía sobre la acción de grupos armados ilegales en el área metropolitana de Cúcuta y en Banco de Arena.
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