Los restos mortales de Octavio, Óscar, Néstor y Samuel ya descansan en el panteón de la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacán, al sur de Puebla capital, tras ser asesinados a balazos el pasado 29 de noviembre.
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Rodeados de medio centenar de familiares y amigos, los cuerpos de tres de los cuatro hombres fueron despedidos y enterrados este 1 de diciembre, después de las 17:00 horas; Samuel fue sepultado un día antes.
Antes del entierro se celebró una misa de cuerpo presente a las 11:00 horas, en la “Iglesia de Santa Clara La Venta”, en donde las víctimas fueron despedidas con porras y llantos.
Los cuatro amigos fueron asesinados las primeras horas del pasado 29 de noviembre, mientras se encontraban afuera de una tienda, ubicada en la calle Miguel Hidalgo y Humboldt de dicha junta auxiliar de la capital.
De acuerdo con las familias, ellos no tenían antecedentes criminales ni se dedicaban a actividades ilícitas, motivó por el cual sospechan que fueron “confundidos”.
“Nuestro pueblo clama por ayuda”
Durante la ceremonia religiosa, el padre de la comunidad hizo un llamado a las autoridades de Puebla, para que se haga justicia por el crimen y se brinde más seguridad en la junta auxiliar.
“Hacemos llamado a las autoridades para que nos apoyen, ayuden y que busquen el bien de la comunidad, nuestro pueblo clama por la ayuda, confiamos en nuestras autoridades en que harán lo justo y necesario para solventar este acto inhumano”
A la comunidad presente, les pidió cuidarse entre ellos mismos y reportar cualquier acto sospechoso o irregular que pueda atentar con la seguridad de San Francisco Totimehuacán.
Al término de la misa, la comunidad abandonó la iglesia y acompañó a cada una de las familias a caminar en las calles, mientras se dirigían a sus respectivos hogares.
Reciben a las víctimas con banda y comida
En cada uno de los hogares, los cuerpos ya eran esperados con flores y comida. La familia de Óscar, lo recibió con música de banda, cuyos integrantes tocaron canciones en su honor.
Su féretro fue colocado en medio en medio de un patio, mientras a su alrededor ya estaban listas las mesas para recibir a los asistentes, quienes degustaron de mole, agua de jamaica y refrescos.
Después de cuatro horas y mientras el conjunto musical entonaba la canción “Un Puño de Tierra”, de Antonio Aguilar, llegaron los féretros de Octavio y Néstor, los cuales fueron colocados en el centro, junto con el de Óscar.
De manera ordenada y en medio de llantos, cada uno de los familiares y amigos de las víctimas se acercaron a la caja mortuoria, para despedirse por última vez antes de partir al camposanto.
Piden limpiar el nombre de las víctimas
Durante la ceremonia, los familiares ofrecieron una breve rueda de prensa, en donde exigieron a las autoridades municipales limpiar los nombres de las cuatro víctimas.
Lo anterior, tras las declaraciones del alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, quien aseguró que el asesinato fue producto de un “pleito y una ejecución entre grupos criminales”, derivado del narcomenudeo.
De acuerdo con los deudos, los hombres no eran delincuentes ni tenían antecedentes criminales, por lo que habrían perdido la vida porque “se encontraban en el lugar equivocado”.
El alcalde auxiliar no ha dado la cara
En entrevista con El Ciudadano México, la madre de Óscar acusó la falta de apoyo por parte del presidente auxiliar Carlos Guerrero Núñez.
A pesar de que él sabe en donde viven las personas, no se ha acercado ni ha solicitado hablar con ellos, denunció la mamá.
“El presidente auxiliar brilla por su ausencia y hasta ahorita no sabemos nada de él sabiendo que él sabe que los cuatro asesinados son de Santa Clara»
Incluso señaló que Guerrero Núñez quiso obstaculizar la gestión para que los hombres fueran sepultados en San Francisco Totimehuacán, con el pretexto de que el panteón “no había lugar”.
Comentó que fue hasta que la Guardia Nacional y la Fiscalía hicieron un cateo en un inmueble, presuntamente vinculado a la regidora Josefina Salas, cuando por filmlets cedieron un pedazo para el entierro.
“Cuando llega la fiscalía y la Guardia Nacional y aseguran una casa relacionada con Josefina Salas, cerca de donde los asesinaron, entonces se le ablanda el corazón y nos da lugares, a pesar de que dijo que no había”
“Son muchachos de bien”
La madre recuerda a su hijo, Óscar, como una persona alegre y buena, que solo se dedicaba a trabajar y cuidar a su única hija, de cuatro años.
El día del asesinato comentó que se encontraban a fuera de una tienda porque estaban organizando un baile y jaripeo que se iba a llevar a cabo en San Francisco Totimehuacán, en febrero.
“Estos muchachos, mi hijo y sus compañeros estaban en una tienda, tenían una junta porque iban a organizar un jaripeo (…) eran personas honradas y por ese motivo queremos que limpien el nombre de los cuatro”
Recordó que él la ayudaba a vender y preparar tamales, en frente del Hospital General del Sur: “se paraba a las 3 de la mañana con la tamalera, con los atoles, a cuidar el negocio, era un muchacho de bien”.
Al igual que Óscar, Octavio tenía tres hijos menores, mientras que Néstor y Samuel eran solteros, agregó.
“Somos parte de la mayordomía de la comunidad, gente mala no se une, ¿usted cree que si fuéramos malos estuviéramos en la iglesia?
Foto: Agencia Enfoque
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