Conoce el historial de Philip Goldberg, el nuevo embajador de Trump en Colombia

El diplomático fue expulsado de Bolivia en 2008

Conoce el historial de Philip Goldberg, el nuevo embajador de Trump en Colombia

Autor: Leonardo Buitrago

La llegada del diplomático a Bogotá se da justamente en que la tensión política entre Colombia y Venezuela está en un punto álgido, luego de que el presidente Nicolás Maduro, denunciara y presentara pruebas sobre las acciones injerencistas y planes desestabilizadores y golpistas orquestados por Iván Duque  junto con la oposición venezolana.


En ceremonia privada, el presidente de Colombia, Iván Duque, recibió este jueves las credenciales del nuevo embajador de Estados Unidos en la nación suramericana, Philip Goldberg, quien es reconocido por ser una ficha de Washington para orquestar conspiraciones y acciones desestabilizadoras.

El pasado 1 de agosto, el Senado estadounidense aprobó por unanimidad al operador de guerra como embajador ante Colombia, tras haber sido nominado por el presidente Donald Trump como reemplazo de Kevin Whitaker, quien fue designado durante la administración de Barack Obama (2008-2016).

Whitaker ocupó la embajada desde mayo de 2014 y se esperaba que dejara el cargo en febrero de 2017, pero se vio obligado a permanecer en medio de las disputas entre la Casa Blanca y el Congreso de Estados Unidos alrededor de su sucesor.

El nuevo embajador de Estados Unidos en Colombia tiene un prontuario como conspirador y desestabilizador en países no alineados. Foto. Web.

Goldberg no fue la primera opción de Trump, quien anteriormente propuso Joseph Macmanus, pero el Senado no dio su visto bueno, ya que había trabajado para Hillary Clinton cuando la demócrata era Secretaria de Estado de la administración Obama.

La nominación de Goldberg llegó en un momento de tensión en las relaciones entre Washington y Bogotá, luego de que Trump arremetiera contra el Gobierno colombiano por el incremento de cultivos ilícitos, al afirmar que «más drogas están saliendo de Colombia ahora que antes de que él (Iván Duque) fuera presidente, por lo que no ha hecho nada por nosotros».

El Plan Colombia contra el narcotráfico se tradujo en una crisis humanitaria que arrastró a 3.312.483 de personas. Foto: Sputnik.

Cómplice del Plan Colombia

Philip Goldberg nació en 1956 en Boston, Massachusetts, donde se graduó en The Rivers School y luego en Boston University. Antes de unirse al servicio exterior de su país, trabajó como oficial de enlace entre el gobierno de Nueva York, las Naciones Unidas y la comunidad consular.

A lo largo de su carrera ha sido ganador de un premio presidencial de Rango Distinguido, dos premios presidenciales de Rango Meritorio y la Medalla de Plata del Sello Nacional de Inteligencia, por servir a los intereses imperialistas de la Casa Blanca.

“Estoy muy feliz de estar aquí. Como embajador designado espero seguir trabajando con nuestros aliados colombianos para continuar nuestra relación, la cual es una de las más sólidas e importantes en nuestra región (…) La relación entre Estados Unidos y Colombia es muy fuerte, estrecha, excelente y como embajador voy a continuar haciendo todo dentro de mi habilidad para mantener esas relaciones al alto nivel”, afirmó, citado en un comunicado de la embajada.

En declaraciones a la prensa indicó que Colombia “ha cambiado mucho” desde que vivió en ese país hace más de 20 años, ya que esta será la segunda oportunidad en que Goldberg ocupe un cargo diplomático en Bogotá, después de haber sido coordinador del controversial “Plan Colombia” en la embajada de EE. UU. en el año 2000.

El programa fue implementado durante la presidencia de Andrés Pastrana (1998-2002) y se diseñó –teóricamente- para generar una revitalización social y económica, terminar el conflicto armado en el país y crear una estrategia contra el narcotráfico.

A través del Plan Colombia, Washington aportó durante 15 años más de 10.000 millones de dólares como ayuda económica para la lucha contra el narcotráfico, mediante la erradicación de cultivos de coca, el fortalecimiento de las fuerzas militares, y la lucha contra las guerrillas (FARC-EP y ELN), catalogadas como grupos terroristas por Washington después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.

No obstante, en la práctica no contribuyó demasiado con la erradicación del narcotráfico.

Aunque asistió en la aspersión de más de 1,6 millones de hectáreas para intentar erradicar plantaciones de coca, en 2014 Colombia registró un incremento del área cultivada (de 48.000 a 69.000 hectáreas, según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito) y en 2015 las fuerzas de seguridad incautaron una cantidad récord de cocaína (252 toneladas).

Diana Rojas, profesora de la Universidad Nacional de Colombia, especialista en relaciones EE. UU. – Colombia, indicó que gracias a este programa el narcotráfico se profundizó y fragmentó, lo que lo volvió más difícil de combatir.

En contradicción con los objetivos del proyecto, durante los años del Plan Colombia se registró un marcado incremento en el número de víctimas del conflicto interno colombiano.

Según cifras de la Unidad de Víctimas, en el cuatrienio 1998-2002, que coincide con el gobierno de Pastrana y con el inicio del Plan Colombia, alrededor de 1,7 millones de personas fueron desplazadas de manera violenta de sus hogares.

Mientras que durante los ocho años del gobierno de Álvaro Uribe y en plena ejecución del Plan Colombia (2002-2010), el desplazamiento forzado adquirió la dimensión de una crisis humanitaria que arrastró a más de 3,3 millones de personas.

En la década del 2000, Goldberg promovió la separación de Serbia y Montenegro. Foto: BBC.

Promotor de la guerra en Kosovo

Philip Goldberg participó desde los comienzos de la guerra civil yugoslava que estalló en la década de los ’90, hasta la caída y enjuiciamiento del presidente serbio Slobodan Milosevic.

Entre 1994 y 1996 se desempeñó como ‘oficial de escritorio’ del Departamento de Estado en Bosnia, justo cuando estalló el conflicto entre los separatistas albaneses y las fuerzas de seguridad serbias y yugoslavas.

En ese mismo periodo, se desempeñó como Asistente Especial del Embajador Richard Holbrooke, quien fue artífice de la desintegración de Yugoslavia y la caída de Milosevic.

Tras ejercer el cargo de Ministro Consejero de la Embajada de Estados Unidos en Santiago de Chile de 2001 a 2004, Goldberg retornó a los Balcanes para dirigir la misión estadounidense en Pristina, capital de Kosovo, desde donde apoyó el enjuiciamiento en el Tribunal de La Haya del ex dictador Milosevic (fallecido el 11 de marzo del 2006), y promovió la separación de Serbia y Montenegro como el último paso en la desintegración de la antigua Yugoslavia.

Este proceso, conocido como «balcanización», comprendió una guerra civil creada para dividir mediante procesos de «descentralización» y «autonomía» lo que finalmente se impuso con la intervención militar norteamericana y la presencia de tropas de la OTAN y la ONU que ocuparon los Balcanes.

En este conflicto predominó la «limpieza étnica», con la expulsión y aniquilación de los grupos étnicos tradicionales que conformaban el territorio de Yugoslavia.

«Sin miedo a nadie, sin miedo al imperio. Hoy día delante de ustedes, delante del pueblo boliviano, declaro al señor Goldberg, embajador de EE. UU., persona no grata», dijo Morales, el 11 de septiembre de 2008. Foto: Actualidad RT.

Expulsión de Bolivia

Después de cumplir su misión en Kosovo, Goldberg fue enviado por Washington a Bolivia como embajador en 2006, a pocos meses de la asunción de Evo Morales a la presidencia.

Su objetivo era desestabilizar el país y profundizar las intenciones secesionistas, por lo que el diplomático estadounidense intentó bloquear la aprobación de la nueva Constitución Política del Estado, además de realizar actividades conspirativas para impedir el desarrollo de la Asamblea Constituyente y de vincularse a grupos políticos que querían separar y dividir a Bolivia.

Luego de que Evo Morales venciera el 10 de agosto de 2008 en un referendo revocatorio con 67 % de los votos, el sector derrotado protestó en las calles contra la legitimidad del Mandatario, a quien no querían en el cargo.

Estos movimientos secesionistas se registraron en los departamentos Beni, Santa Cruz y Tarija, mientras algunos prefectos reclamaban un mandato para instalar sus propias policías y servicios de recaudación de impuestos.

Goldberg fue acusado de fomentar las protestas y la disidencia y conspirar contra el Gobierno junto a la oposición para activar un golpe suave.

«Conocía perfectamente lo que son las luchas interétnicas y los conflictos nacionales al interior de un mismo Estado», relató el actual ministro de la Presidencia de Bolivia, Alfredo Rada, en el documental «Invasión USA» (2014), y recordó que Goldberg sostuvo reuniones «políticas y no solo diplomáticas» con los líderes más notables de la oposición de ese entonces con afanes «desestabilizadores».

Dos años duró el estadounidense en La Paz, hasta que el presidente Evo Morales anunció su expulsión desde el Palacio de Gobierno.

«Sin miedo a nadie, sin miedo al imperio. Hoy día delante de ustedes, delante del pueblo boliviano, declaro al señor Goldberg, embajador de Estados Unidos, persona no grata«, dijo Morales, el 11 de septiembre de 2008, tras calificar al diplomático de «experto en alentar conflictos separatistas» y de conspirador contra su Gobierno.

Conflictos en Filipinas

Luego de ser expulsado de Bolivia, Goldberg fue enviado a Filipinas, donde ocupó el cargo de embajador entre 2013 y 2016.

En agosto de 2016, dos meses antes de culminar sus funciones, se produjo una controversia con el presidente de ese país, Rodrigo Duterte, quien había llegado al poder en junio de ese año.

En un discurso ante militares en el centro del país, en Campo Lapu-Lapu, de la ciudad filipina de Cebu, Duterte llamó «gay» e «hijo de puta» a Goldberg.

Rodrigo Duterte denunció la intromisión de Philip Goldberg en los asuntos de Filipinas. Foto: Actualidad RT.

El Mandatario explicó su molestia con el diplomático norteamericano por su intromisión durante los comicios: «se entrometía durante las elecciones, dando declaraciones sobre mí aquí y allá. No tenía que hacer eso».

La evidencia más contundente fue un comunicado filtrado de la Embajada de EE. UU. en Manila (capital) en el que Goldberg detallaba el perfil de la actual presidencia y la identidad de personalidades y organizaciones, incluidos partidos políticos, que proporcionarían la estrategia adecuada para asegurar el control del país.

El Departamento de Estado señaló que las declaraciones del presidente de Filipinas eran «inapropiados e inaceptables». Luego de ese episodio, Goldberg terminó su misión en Manila y fue condecorado por el Congreso estadounidense.

Golberg denunció supuestos «ataques sónicos» contra el personal de la oficina de intereses de Estados Unidos en La Habana. Foto: Cuba Debate.

Invento sónico en Cuba

Recientemente, el operador de guerra asumió una nueva misión, ya con Donald Trump como presidente.

En febrero de 2018 llegó a Cuba como  encargado de negocios de la Embajada en La Habana, luego de que el inquilino de la Casa Blanca anunciara que revisaría y congelaría el acercamiento entre los dos países que había llevado a cabo la administración Obama.

Goldberg estuvo menos de seis meses pero le bastaron para denunciar supuestos «ataques sónicos» que personal de la oficina de intereses de EE. UU. habría sufrido en la isla en 2016, y que sirvieron de excusa para que Trump tomara medidas unilaterales que perjudicaron las relaciones entre ambos países, tras el cierre casi total de su Embajada y de los servicios consulares.

Como embajador en Colombia, Goldberg trabajará para que la nación suramericana retome la fumigación aérea contra los cultivos de coca. Foto Caracol.

Misión en Colombia

Se prevé que como Embajador en Colombia, Goldberg se enfrente a la resistencia del Congreso y los tribunales neogranadinos contra los planes de EE. UU. para reanudar la fumigación aérea contra los cultivos de coca.

Esta estrategia fue un elemento clave del Plan Colombia, pero se prohibió debido a su ineficiencia y daños comprobados a la salud pública y el ambiente.

También se enfrentará y tratará de disuadir a los sectores políticos que quieren poner fin a la «guerra contra las drogas» respaldada por Washington, ya que se comprometió a buscar la aprobación de legislación para buscar una solución a largo plazo contra el narcotráfico en el país suramericano.

Adam Isacson, director de supervisión de la defensa de la Oficina de Washington para América Latina (WOLA), señaló que probablemente se centrará más en la asistencia militar y la erradicación de cultivos que en la implementación de los acuerdos de paz y la protección de los derechos humanos.

“Pero esa es la postura actual de Estados Unidos, de todos modos», subrayó citado por Misión Verdad.

En su primer encuentro oficial, Iván Duque y Philip Goldberg ya debatieron sobre la aplicación del TIAR contra Venezuela. Foto: El Tiempo.

Agresión a Venezuela

La llegada de Goldberg a Bogotá se da justamente en que la tensión política entre Colombia y Venezuela está en un punto álgido, luego de que el presidente Nicolás Maduro denunciara y presentara pruebas sobre las acciones injerencistas y planes desestabilizadores y golpistas orquestados por el gobierno de Duque junto con la oposición venezolana.

Bogotá por su parte, señala a Maduro, sin ningún tipo de evidencias, de dar cobijo a los líderes del sector de las FARC que decidió retomar las armas luego del incumplimiento del Acuerdo de Paz por parte del Ejecutivo neogranadino.

https://www.youtube.com/watch?v=7ZxyEK9osS4

Con su comprobada experiencia como agitador y conspirador, el embajador norteamericano será una ficha clave para Trump en su afán por derrocar al gobierno constitucional de Maduro.

Más ahora con la amenaza de una eventual agresión desde la Organización de los Estados Americanos (OEA), con la activación del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), mediante el cual se pretende legalizar una intervención militar contra Venezuela, aunque el país caribeño ya no forme parte de la organización y se retirara del  referido tratado.

De hecho, Duque ya informó que en su “primera” reunión con Goldberg debatió sobre la aplicación del TIAR contra Venezuela.

“Fue un diálogo amable. Hablamos de los temas de agenda; comerciales, de inversión, de la lucha contra el narcotráfico, de la crisis migratoria y la situación de la convocatoria del TIAR sobre Venezuela. Creemos que ha sido una reunión muy productiva y esperamos que siga así”, indicó a los medios.

Te interesa leer


Reels

Ver Más »
Busca en El Ciudadano