Crisis humanitaria: Europa cierra sus fronteras y su corazón a los migrantes

El Presidente turco reafirmó su llamado a Grecia a abrir sus fronteras y a permitir que los refugiados se desplacen a otros países de la UE

Crisis humanitaria: Europa cierra sus fronteras y su corazón a los migrantes

Autor: Leonardo Buitrago

Miles de refugiados de los millones que se encuentran en Turquía han intentado entrar en la Unión Europea a través de la frontera con Grecia, después de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, anunciara a finales de febrero que dejaría de impedir que migrantes y refugiados accedieran al viejo continente.

Ante esta decisión, el primer ministro de Grecia, el conservador Kyriakos Mitsotakis, respondió suspendiendo el derecho de asilo durante un mes, por lo que no aceptará solicitudes de asilo o protección internacional y expulsará de su territorio a quienes hayan entrado en el país «de forma irregular».

El 28 de febrero, Recep Tayyip Erdogan dio el visto bueno a la apertura de la frontera turca de Edirne, localidad limítrofe con Grecia. Foto Sputnik.

Asimismo, Grecia desplegó policías antidisturbios y guardias de fronteras que con métodos brutales han intentado evitar que los refugiados puedan entrar en territorio heleno.

Se han visto escenas de policías lanzando gases lacrimógenos y disparando contra menores y de jóvenes refugiados que intentan derribar una valla fronteriza sin éxito.

Miles de refugiados se han hacinado en la frontera entre Turquía y Grecia en condiciones inhumanas, esperando una oportunidad para entrar en territorio de la UE. Los que han conseguido acceder han recibido ataques por parte de algunos extremistas griegos, principalmente en la isla de Lesbos.

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Adicionalmente, el Gobierno heleno anunció la construcción de centros de internamiento para los migrantes que han entrado en el país desde el 1 de marzo.

“Queremos crear dos centros, uno en Serres y otro en Ática para albergar a 1.000 personas cada uno de forma provisional», explicó el ministro de Migración y Asilo, Notis Mitarachi.

“Así hacemos que nuestro país sea el destino menos atractivo para los flujos migratorios”, subrayó.

Grecia ha reprimido y agredido a los migrantes que intentan entrar a su territorio. Foto: El Español.

Unión Europea apoya el bloqueo a los migrantes

Lo más alarmante de la situación es que los miembros de la UE decidieron respaldar la política migratoria de mano dura de  Mitsotakis, sin importar el destino y condiciones de los refugiados, que en su mayoría son sirios, iraquíes y afganos que huyen de la violencia y el conflicto.

En una declaración conjunta, los ministros del bloque dieron su apoyo a Grecia y acordaron adoptar las medidas necesarias “de acuerdo con el derecho de la Unión” para impedir la entrada de inmigrantes irregulares a Europa.

La Unión Europea ofreció asistencia financiera a Atenas por un monto de 700 millones de euros en dos fases: la mitad llegaría de forma inmediata y el resto más adelante, si fuera necesario.

Además, la Agencia Europea de Fronteras (Frontex) anunció dos operaciones rápidas de intervención fronteriza con efectivos aportados por los 27 miembros del bloque, e informó que coordinará un “nuevo programa de retorno rápido” de migrantes.

La Unión Europea reclamó a Turquía que respete el acuerdo que firmó en 2016 y que le permite recibir hasta 6.000 millones de euros a cambio de frenar la llegada de migrantes a territorio comunitario, básicamente a Grecia.

Por su parte, el Gobierno turco solicita que se le presten más ayudas para hacer frente a los 3,5 millones de refugiados, en su mayoría sirios, que acoge en su territorio.

La UE no ha cumplido con su palabra, sus compromisos. Hemos realizado un apoyo financiero de más de 40.000 millones para los refugiados; el apoyo europeo es de 3.000 millones de euros. Fíjense la diferencia entre las cantidades”, denunció el mandatario turco.

Un grupo de migrantes desembarca con lo puesto en la isla griega de Lesbos tras atravesar en lancha el mar Egeo desde Turquía. Foto: AP.

Irrespeto a los derechos de los refugiados

La respuesta griega, respaldada por la UE, deja sin efecto la Convención de Ginebra de 1951 sobre el Estatuto de los Refugiados, elaborada inicialmente para solventar el drama de los refugiados de la Segunda Guerra Mundial que quedaban dispersos por Europa y cuyo protocolo está suscrito por casi 150 países del mundo.

Asimismo, ha sido motivo de rechazo por parte de organizaciones humanitarias y de juristas, por su arbitrariedad y la represión ejercida contra los migrantes .

«La decisión griega, junto con el aval del Tribunal de Estrasburgo a las devoluciones en caliente de migrantes, sólo confirma una deriva en la que prima el control de fronteras sobre los derechos fundamentales y los convenios internacionales», condenó Blanca Garcés, experta en migraciones del Centro para Relaciones Internacionales de Barcelona (Cidob), en declaraciones a Público.

Autoridades griegas bloquean, reprimen y dispersan a cientos de refugiados sirios y afganos provenientes de Turquía que intentan llegar a territorio europeo. Foto: El País.

“Huyen de una guerra que hemos ignorado con toda la desfachatez y aquí se sigue utilizando un lenguaje bélico para justificar estas medidas. Se empieza justificando la excepción para los otros, en este caso migrantes y refugiados. y se acaba aplicando contra los propios ciudadanos europeos», advirtió.

Por su parte, Miguel Ángel Presno, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Oviedo, denunció que la actuación de Grecia  «es una decisión vulneradora del Derecho Internacional y parece contraria a la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951 y a la propia normativa de la Unión Europea”.

De hecho, el respaldo de la UE al Premier heleno coincide con la política de mano dura que coloca encima de la mesa la Comisión Europea para vencer la negativa de Austria, Hungría y Polonia de alcanzar un pacto migratorio que ponga fin al sistema de asilo aprobado en Dublín en 1990 y que desde Bruselas se da por enterrado después de la llegada de más de 1,3 millones de refugiados entre 2015 y 2016, reseñó El País.

“Estamos decididos a impedir los cruces de frontera ilegales”, sostuvo el ministro del Interior de Croacia, Margaritis Schinas.

El Presidente turco reafirmó su llamado a Grecia a abrir sus fronteras y a permitir que los refugiados se desplacen a otros países de la UE. Foto: EFE.

Erdogan se mantiene firme

Desde Europa acusaron a Erdogan de “no contener el flujo migratorio” para presionar a la Unión Europea y que así el bloque apoye a Turquía en la disputa por la ciudad siria de Idlib, e incluso el Primer Ministro griego advirtió que su país no puede y no será «chantajeado» por Ankara, algo que ha negado el Mandatario turco.

“Nunca consideramos a los refugiados una herramienta de chantaje político”, dijo el portavoz de Erdogan, quien se mantiene firme en su política de abrir las fronteras hacia Europa para los migrantes.

El Presidente turco reafirmó su llamado a Grecia a abrir sus fronteras y a permitir que los refugiados se desplacen a otros países de la UE.

“Esta gente no se quedará su país, se irá a otros países europeos (…) Queremos una equitativa división de cargas. Nosotros buscamos un socio porque todavía tenemos a 3,5 millones de refugiados y otros 1,5 millones llegaron a nuestra frontera”, manifestó.

“¿Por qué no abren puertas también, les dejan irse a otros países y se liberan de esta carga?”, preguntó al gobierno heleno.

Nubes de gases lacrimógenos en la frontera greco turca. Foto: AP.

Lo cierto es que el conflicto cada vez se hace más fuerte, mientras que el  Primer Ministro griego continúa con las represiones y agresiones contra los migrantes, Chipre anunció que enviará fuerzas de seguridad a la frontera entre Grecia y Turquía para “ayudar a protegerla”.

Por su parte, el ministro de Interior turco, Süleyman Soylu, anunció el envío de 1.000 agentes de las unidades especiales de la policía a patrullar la frontera terrestre entre Turquía y Grecia para evitar las devoluciones.

Se espera que Erdogan viaje esta semana hasta Bruselas para discutir con representantes de la UE el acuerdo que firmaron en 2016 para contener el flujo de refugiados, en aras de tratar de encontrar una salida a la crisis migratoria.

«Espero volver de Bélgica con diferentes resultados», indicó el mandatario.

Según el Ministerio del Interior turco, desde hace una semana más de 149.000 refugiados han abandonado Turquía para entrar en Grecia, pero Atenas desmiente estas cifras y asevera que solo 252 personas han entrado en su territorio y fueron detenidas, mientras que se han rechazado más de 36 mil intentos de cruzar la frontera.

Sea cual sea la cifra, los migrantes se encuentran en una situación precaria y son víctimas de violencia, el mismo motivo que los llevó a huir de sus hogares.

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