El presidente colombiano, Iván Duque, recientemente hizo una odiosa comparación que involucró a su homólogo venezolano, Nicolás Maduro. El uribista dijo que Maduro es «el equivalente» en América Latina al expresidente de Serbia y Yugoslavia Slobodan Milosevic. Este último, fue acosado por Estados Unidos, la OTAN y la ONU, al ser calificado de «dictador» y «criminal de guerra».
Luego de que Milosevic fuera etiquetado con esos calificativos, la guerra mediática contra su presidencia y su imagen se intensificó. Incluso, la comunidad internacional creyó justo y necesario sacarlo del Poder, por lo que armaron un argumento para ejecutar una invasión militar extranjera.
La misma técnica está siendo aplicada hoy contra Venezuela y el Gobierno del presidente Nicolás Maduro. Por ello, no extraña que Duque haga declaraciones que buscan justificar cualquier acción contra los venezolanos. Desde hace años, su intención confesa es derrocar a un gobierno electo en 2018 con más de 60% de apoyo.
Así miente Duque, sin pruebas y con impunidad
Las palabras de Duque fueron: «Es la dictadura más brutal que hemos visto en épocas recientes en América Latina. No he sentido ninguna timidez al tener que decir que Maduro se puede comparar con Slobodan Milosevic, en el caso de América Latina«.
Sus declaraciones se dieron durante «una conversación virtual organizada por el centro de estudios Diálogo Interamericano, con sede en Washington». Luego, fueron reseñadas por la agencia EFE.
Duque dice que «la evidencia demuestra que (Maduro) tiene una actitud continua de violar todas las formas de derechos humanos». Pero, sus palabras solo enardecen al pueblo colombiano, pues en su país diariamente se cometen crímenes de lesa humanidad. Todos los días se asesinan líderes sociales y se cometen masacres, al menos 78 solamente en 2020.
Duque compara a Venezuela con Siria
Para aumentar su vergüenza, Duque también aplaudió a Washington por respaldar las denuncias contra Maduro. Estados Unidos es el principal ejecutor del bloqueo total contra Caracas y del saboteo de su industria petrolera. El colombiano también celebra el robo de miles de millones de dólares del Estado venezolano que se encuentran en el mercado financiero internacional.
Igualmente, Duque manifestó orgullo al recordar que él mismo montó una denuncia contra Maduro ante la Corte Penal Internacional (CPI). Sin embargo, olvidó decir que fue como la que llevó previamente ante la ONU, cargada de noticias falsas y mentiras.
Por ello, Duque asegura que él ejerce, desde su «gobierno», «toda la presión necesaria para poner fin a esta dictadura». «Cuando pensamos que la crisis migratoria más importante ha sido Siria (país atacado militarmente por Estados Unidos), este año nos sorprendería ver a Venezuela», señaló.
«La crisis en Siria -agregó- se basaba en datos de cinco millones de migrantes como consecuencia de la crisis (generada por la invasión extranjera). En este caso, para finales de año hablamos de más de seis millones. Y Colombia ha absorbido dos millones de migrantes (venezolanos)», aseguró un mandatario que suele hablar sin pruebas y con base en mentiras.
Cuatro puntos para acabar con Venezuela
Duque se convirtió en uno de los aliados más firmes de la administración de Donald Trump contra Venezuela. En su intervención, señaló cuatro puntos importantes a seguir para acabar con Venezuela.
«Deshacernos de la dictadura, construir un Gobierno de coalición nacional con los chavistas y con los líderes de la resistencia; llamar a elecciones libres y poner en práctica un plan de recuperación», acotó Duque.
El mandatario declinó emitir una «recomendación» a la entrante administración de Joe Biden sobre cómo atender la situación en Venezuela. Sin embargo, defendió como «importante» el apoyo bipartidista y bicameral contra Venezuela; y que se mantengan la presión, las sanciones y los llamados de la comunidad internacional.
La invasión a Yugoslavia
El bombardeo de la OTAN sobre Yugoslavia en 1999, para derrocar a Milosevic, se conoció como Operación Fuerza Aliada (Operation Allied Force). Fue una invasión que terminó en guerra, ejecutada por la mayoría de países miembros de la OTAN contra la República Federal de Yugoslavia.
Los ataques tuvieron lugar desde el 24 de marzo hasta el 11 de junio de 1999. El bombardeo constituyó la segunda gran guerra de la OTAN desde su creación, tras la Operación Fuerza Deliberada, en Bosnia.
La invasión fue iniciada unilateralmente por la OTAN, sin autorización previa del Consejo de Seguridad de la ONU. Por esta razón, el organismo considera que los bombardeos constituyeron crímenes de guerra.
Intelectuales como Noam Chomsky y Jean Bricmont condenaron estos ataques al argumentar que violaron de manera flagrante la Carta de las Naciones Unidas.
La invasión contra Yugoslavia fue la primera vez que la OTAN utilizó la fuerza militar sin aprobación del Consejo de Seguridad. Estos bombardeos mataron a 462 soldados, 114 policías especiales y casi 6.000 civiles yugoslavos. Además, tres periodistas chinos fueron asesinados en un bombardeo ejecutado contra la embajada del país asiático.
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