Echados a la calle en plena pandemia: así es la vida de miles de venezolanos en Perú

Con una población cercana a los 32 millones de habitantes, Perú es el segundo país suramericano con más casos positivos, el tercero del continente americano y sexto del mundo

Echados a la calle en plena pandemia: así es la vida de miles de venezolanos en Perú

Autor: Ronald Ángel

Durante la crisis económica y política creada en Venezuela por la imposición del bloqueo total de Estados Unidos, la Unión Europea y gobiernos aliados, muchos venezolanos han decidido emigrar a otros países en busca de tranquilidad y mejores condiciones de vida. Pero no todos tienen la misma suerte, y lo que comenzó como un sueño, terminó convirtiéndose en una pesadilla, quedando totalmente expuestos y viviendo en la calle.


La burbuja en la que vivían miles de venezolanos migrantes explotó con la llegada de la pandemia del COVID-19, que generó estrictas medidas de confinamiento que dejaron en total vulnerabilidad a estás personas, quienes sin ingresos laborales, pues muchos de ellos trabajan de forma informal y sin ahorros suficientes, no pudieron seguir pagando los alquileres de las pensiones, habitaciones o viviendas que tenían alquiladas.

El portal Venezuela Migrante, creado para promover la migración venezolana como la única salida a la crisis que enfrenta el país suramericano y que tiene una orientación editorial que apoya la idea de un pseudo ‘gobierno’ paralelo, publicó un artículo referente a la situación que ahora viven esos venezolanos que salieron huyendo de su nación.

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Joven venezolano sacado a la fuerza de un hostal en Perú

El artículo titulado «Desalojos en Perú: venezolanos en riesgo por falta de recursos para alquileres» y escrito por Ayatola Núñez, narra la historia de una de estas familias desalojadas, víctimas de maltrato psicológico, amenazas de violencia física y que terminaron echadas a la calle viviendo a su suerte.

«El mismo 15 de marzo, cuando inició la cuarentena en Perú, algunos arrendatarios de cuartos, casas y apartamentos no flexibilizaron acuerdos con sus inquilinos. Así, los extranjeros —entre ellos los venezolanos— y peruanos que se quedaron sin recursos para pagar vieron el desalojo como un hecho inmediato. A otros inquilinos, se les dio un plazo. También hubo arrendadores que estuvieron dispuestos a esperar hasta el final del confinamiento obligatorio para recibir los pagos.

Pero no siempre los alquileres se realizan bajo estrictos lineamientos legales. Puede ocurrir, como es la historia de la familia Uzcátegui Contreras, que en vez de un contrato, llegan a un acuerdo verbal», describe el artículo.

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Medios peruanos han reportado cientos de desalojos de familias venezolanos que no han podido pagar sus alquileres

Vivir en la calle

Los Uzcátegui Contreras relatan que el desalojo se dio entre violencia verbal y amenazas a la integridad física contra los miembros de la familia. «Nos quedamos en la calle en plena Semana Santa, el 9 de abril, apenas comenzaba la segunda extensión de la cuarentena», dice Leo, el papá de la familia.

«Para esa fecha, Leo Uzcátegui, de 31 años, y padre de dos menores de edad, ya tenía casi 15 días sin trabajar. Era el encargado de los servicios de entrega de un restaurante cercano al que era su domicilio, en el distrito de San Juan de Lurigancho», agrega la nota.

Explica que todo empezó con llamadas telefónicas acosadoras y visitas para recordar que se debían retirar.

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Una venezolana y su hija quedaron totalmente expuestas en medio de la pandemia del COVID-19 tras ser echadas a la calle

«Hasta que un día llegó el arrendador y con una enorme rabia empezó a dar patadas a la puerta. Uno de mis hijos abrió y comenzaron los gritos. Nos amenazó y nos dijo que teníamos hasta las once de la mañana para salir de ahí. Nos dijo que tenía 100 soles disponibles para pagarle a dos malandros, que también vivían en la pensión, para que nos sacaran».

La familia decidió sacar sus pertenencias del domicilio y pernoctaron esa noche en la calle. «Ni la policía se acercó para ver qué pasaba o advertirnos que debíamos resguardarnos por el toque de queda», comenta el padre de la familia.

Los Uzcátegui decidieron quedarse en Lima, a diferencia de otras familias desalojadas que optaron por volver a Venezuela, cuyos testimonios integran la historia de los caminantes que han tomado trochas y caminos verdes para regresar a su tierra natal.

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Se calculan que son más de 100.000 los venezolanos que han decidido retornar a su país en medio de la pandemia

Más de 55.000 familias corren riesgo de calle

De acuerdo con la publicación, son aproximadamente 55.000 familias las que se encuentran en la misma situación de terminar en la calle. Muchos son grupos familiares compuestos por madres solteras, parejas con hijos pequeños, alguna persona con movilidad reducida o con capacidades especiales.

Sobre ésta situación, la Defensoría de Pueblo de Perú advirtió y recordó que los desalojos cuando se dan en estado de Emergencia son ilegales, y mucho más si no hay una sentencia firme.

“Frente a este tipo de situaciones, los afectados pueden solicitar la intervención de la Policía Nacional y del Ministerio Público, quienes deben atender los casos de forma urgente», declaró la institución en un comunicado.

«Las autoridades no deben solicitar a los inquilinos contratos escritos para protegerlos de agresiones físicas o verbales”, añadió.

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Una venezolana adulta mayor fue echada a la calle con sus pocas pertenencias por creer que tenía COVID-19

La pandemia del COVID-19 ha golpeado duro a numerosos países, sobre todo aquellos cuyos gobiernos no fueron capaces de aplicar medidas preventivas y de control sanitario a tiempo. En América del Sur la tendencia es que el coronavirus ha afectado con mayor rudeza a los Estados con mandatarios de derecha, entre ellos: Perú, Brasil, Ecuador, Chile, Colombia y Bolivia.

Con una población cercana a los 32 millones de habitantes, Perú es el segundo país suramericano con más casos positivos, después de Brasil, el tercero del continente americano y sexto del mundo, con más de 283 mil contagiados y fallecidos, según datos de la Universidad Johns Hopkins en su mapa interactivo sobre el comportamiento del coronavirus, hasta este 30 de junio de 2020.

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Niño venezolano junto a decenas de connacionales que se encuentran en situación de calle

Remarcada desigualdad social

Llama la atención la situación de Perú porque en la lista es uno de los países con menos cantidad de habitantes y a su vez con una gran nivel de contagios en su población.

A Perú únicamente lo superan naciones gigantes como Estados Unidos, que tiene casi 330 millones de habitantes y que es el actual epicentro global con casi 2,6 millones de casos y más de 126 mil fallecidos. Luego está Brasil que, con 209 millones de habitantes, tiene más de 1,3 millones de personas infectadas y casi 60 mil muertos.

En las cifras globales, la pandemia ya sobrepasó la cifra de 10,2 millones de contagios confirmados con más de 505 mil víctimas mortales.

Otra de las aristas que hace más vulnerable a Perú es la economía informal, una de las principales formas de ingresos para la mayoría de los peruanos, sobre todo aquellos que salen de sus provincias para buscar en la capital, Lima, una forma de mejorar su calidad de vida y aportes económicos para su familia.

Perú tiene una población similar a la de Venezuela, que presenta cifras totalmente opuestas a la del país que tanto ha sido atacado por el lobby del Grupo de Lima, una plataforma con fines sediciosos creada con el auspicio de Estados Unidos para presionar e intentar derrocar a Nicolás Maduro, con un férreo bloqueo total que sufren sus ciudadanos.

A la fecha, Venezuela contabiliza apenas 5.500 casos positivos, pero cerca del 70 % son venezolanos que decidieron retornar a su país debido a las precarias y vulnerables condiciones vividas en el extranjero, principalmente desde Colombia (casi 100 mil casos y más de 3.200 fallecidos), Brasil , Perú, Ecuador (más de 55 mil casos y más de 4.500 víctimas mortales) y Chile (séptimo del mundo con más de 276 mil casos y casi 6.000 muertos).

Mientras tanto, Venezuela tiene una de las cifras más bajas de muertos por COVID-19, con apenas 48 fallecidos.

La pandemia ha servido no sólo para echar a la calle a miles de venezolanos desahuciados, sino también para mostrar las costuras de todos estos países a los que decidieron emigrar, sobre todo la de aquellos que durante los últimos años han tenido gobiernos dedicados a atacar desproporcionadamente a Venezuela y promover la migración como si se tratase de un sueño americano.


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