Desde que Lenín Moreno tomó la Presidencia de Ecuador, el país se ha venido a menos y su potencial como una nación próspera y en vías de desarrollo ha quedado en el olvido. Su economía es cada día más vulnerable, la desigualdad y la pobreza vuelven a ganar terreno, mientras la persecución política contra los líderes sociales del correísmo se torna cada vez más cruenta.
La más reciente evidencia del fracaso político de la gestión de Moreno fueron las masivas manifestaciones que plenaron las calles ecuatorianas para exigir su renuncia y rechazar las directrices impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que dieron origen a la aplicación de un feroz paquetazo económico que generó indignación y repudio en la sociedad del país meridional.
Nicolás Oliva, economísta graduado en la Universidad Católica del Ecuador con Máster en Economía del Desarrollo en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y máster en Economía Aplicada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), considera que la grave crisis política y económica que enfrenta el régimen neoliberal de Moreno es producto de sus consecutivos fracasos como Jefe de Estado.
La más reciente derrota fue el rechazo que dio el Congreso a su proyecto de «Ley Económica Urgente», que pretendía -entre otras cosas- eliminar impuestos, erosionar la institucionalidad de la administración tributaria, crear escudos fiscales, imponer algunos impuestos regresivos, reducir el Impuesto a la Salida de Divisas (ISD), debilitar la empresa pública de telecomunicaciones (CNT) y, tal vez lo más determinante, “entregar” la dolarización a la banca privada.
«El rechazo legislativo a la Ley Económica Urgente deja al Gobierno aun más debilitado, aunque todo indica que seguirá buscando imponer esos objetivos», explica Oliva en un análisis publicado por el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag).
Oliva considera que el Gobierno, tras el rechazo de esa ley, sufre la segunda derrota consecutiva en menos de dos meses. La primera fue en octubre, con la gente enardecida en la calle y exigiendo su renuncia inmediata. «Moreno tuvo que recular en la suba de los combustibles». La segunda derrota fue el 17 de noviembre, cuando la Asamblea decidió negar y archivar la Ley Económica Urgente.
«Este segundo revés deja al Gobierno aun más deslegitimado y con pocos resortes políticos. Los pactos a conveniencia le fallaron y casi todos sus eventuales socios le dieron la espalda. Para la vieja política, el Gobierno ya huele a naftalina. Jaime Nebot, su amigo y con quien ha cogobernado hasta ahora, ayer no lo apoyó: el mismo Partido Social Cristiano (PSC) propuso la moción en el pleno para que la Asamblea vote por archivar el proyecto, lo cual se logró en segunda votación y con escasos votos (70 de 137)», explicó Oliva.
Asimismo, agregó que el bloque de Moreno (Alianza País) se dividió y un grupo importante de sus asambleístas se abstuvo de la votación, lo que dejó al Gobierno sólo con el banquero Guillermo Lasso, contrincante de Moreno en las últimas elecciones pero aliado del Presidente luego de su traición a la Revolución Ciudadana y al expresidente Rafael Correa.
El interés de Lasso además, obedece a que «como es lógico», explica Oliva. «Tiene únicamente intereses concretos y personales en el proyecto. Estos intereses estaban puestos en: 1) la entrega de la dolarización y de las reservas internacionales a la banca privada; 2) una nueva Junta Monetaria gobernada por el sector financiero que tendría más poderes que el ministro de Economía y; 3) la ley rompía algunos de los candados legales que Lasso tenía por poseer bancos en paraísos fiscales».
¿Por qué el Congreso de Ecuador pateó la ley de Moreno?
De acuerdo con Oliva, el rechazo a la ley de Moreno por parte del Congreso no obedece a que sus senadores estén con la visión del pueblo ni por que quieren respetar la voz de las mayorías sociales, sino que se produjo por conflictos de intereses internos y pugnas por «la correlación de fuerzas».
Lo primero es «que el PSC ya avizora la carrera presidencial de 2021, y un proyecto impositivo no es lo mejor para sus aspiraciones» y además, «Moreno comienza a ser un pasivo para sus intereses».
Otro punto es que «la ambición de la banca por controlar la dolarización a conveniencia les hizo cometer el error de enviar un proyecto que modificaba todo el marco monetario en una ley urgente que sólo tiene 30 días para su tratamiento. La ambición les costó caro. Era un proyecto con más de 400 artículos, que mezclaba materias, con muchos rasgos de inconstitucionalidad y sin un sustento técnico ni respaldado en cifras».
Oliva explica que en este contexto, «Alianza País se dividió ante el miedo de dejar al Ecuador a las puertas de una virtual salida de la dolarización. Esto provocó que una parte del bloque de AP se abstuviera de votar e hirió de muerte al proyecto. Que la dolarización es, tal vez, el único pacto tácito entre clases».
«El Gobierno, con profundo desconocimiento, no supo cómo justificar por qué la ‘independencia’ del Banco Central (BC) salvaba la dolarización, al mismo tiempo que proponía bajar el ISD, eliminar los requerimientos de liquidez de la banca privada y crear una Junta Monetaria de banqueros con plenos poderes para que, en momentos de crisis, sean ellos los primeros en salvarse».
«El famoso eufemismo de la ‘independencia del BC’ no evitó el feriado bancario de 1999 y nada pudo impedir que la banca socialice las pérdidas privadas en su momento. ¿Por qué ahora iba a ser diferente? El miedo a una crisis monetaria, articulada desde las redes sociales, debilitó la correlación de fuerzas del Gobierno«.
Pero el proceso aún no finaliza para Moreno. Oliva explica que el Presidente insistirá en la aprobación de una ley que le permita actuar libremente.
«En estos días volverá a enviar un nuevo proyecto urgente evitando los errores políticos cometidos. En este caso, y con un débil marco democrático creado por él mismo, no es fácil saber qué pasará con la nueva ley. Con excepción del correísmo, el resto de bloques en la Asamblea se mueve a conveniencia. Probablemente, Moreno termine imponiendo la agenda tributaria pero no las reformas monetarias, que tendrán otro tratamiento en la Asamblea».
El futuro de Ecuador es grave
Para Oliva, tanto el presente como el futuro de Ecuador es complicado, porque ya la crisis económica es grave, «no sólo por la impericia en la política económica, sino porque el equipo empresarial del Gobierno demostró que prefirió contratar deuda externa antes que ajustar la economía«.
«Ya van 30 meses de descuido de la economía mientras el Gobierno vive de la política. Hoy el déficit fiscal es incontrolable, el sector externo está desequilibrado, la economía ya entra en recesión y el empleo comienza a precarizarse y a escasear. No hay ningún síntoma de que la política económica vaya a llevarnos al crecimiento económico», advierte Oliva.
Además, el economista comenta que otro error del Gobierno de Moreno es la reforma que recaudaría 700 millones de dólares, cuando el déficit es más de 6.000 millones, y todo por disminuir impuestos a los sectores con mayor poder económico y dar privilegios a los grandes empresarios mientras se disminuye la calidad de vida de la población.
«Claramente insuficiente. Propone una proforma presupuestaria con supuestos de difícil cumplimiento (monetización de activos) y con un gran componente de pago de deuda (21 %). Habla de cerrar déficit, pero propuso bajar el Impuesto a los Consumos Especiales (ICE) a las tabacaleras, bajar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los periódicos, ampliar las devoluciones a los exportadores, bajar aranceles, más incentivos al sector empresarial y eliminar el anticipo y algunas retenciones del Impuesto a la Renta. Reduce el poder de la administración tributaria para defender y cobrar deudas impositivas en los tribunales. En fin, socava al sistema de impuestos», explicó.
Otro aspecto negativo del régimen de Moreno es que, «sabiendo que el ajuste debe ser llevado a cabo, el ministro de Economía (Richard Martínez) ha sido claro en que el ajuste será hecho por abajo y no por arriba. Es decir, buscan un ajuste del salario y las condiciones de vida de los trabajadores mientras siguen apostando por favorecer la tasa de ganancia de grandes importadores y comerciantes«.
«No advierten, hasta ahora, que un ajuste fiscal con déficit de cuenta corriente es un suicidio económico y van directo a ello. No existe tal oxímoron de ‘austeridad expansiva’: la austeridad no conduce al crecimiento sino a la recesión. El Ministro sigue esperanzado en que la inversión privada despegue y la ‘lluvia’ de Inversión Extranjera Directa comience a llegar copiosamente. Todo indica que eso no ocurrirá, menos aun en un contexto donde el Gobierno deja ver su falta de norte económico. La crisis está en marcha y no hay nada que la detenga«, agrega Oliva en su análisis.
¿Qué opciones tiene un decaído Moreno para no seguir fracasando?
Oliva sostiene que en medio de la grave situación económica de Ecuador, Lenín Moreno tiene 2 opciones: 1) un ajuste más profundo o 2) continuar con la ilegítima deuda externa.
«Lo primero es probable, y el PSC y los grupos económicos buscan aquello. No obstante, en un contexto de descrédito del Gobierno, le tocaría aplicarlo con una estrategia militar en las calles. Lo segundo parece ser lo más probable, siempre condicionado a que el FMI siga apoyando al Gobierno».
«Este escenario nos dejaría, a todas luces, el Gobierno con más deuda externa tomada desde la dolarización; ello porque sólo estará cuatro años, ha tenido precios del petróleo aceptables y recibió una economía con problemas pero en recuperación, que necesitaba medidas a tiempo. Tenemos que entender que la deuda externa de Lenín Moreno ha venido acompañada de una liberalización del sector externo y una contracción casi absoluta de la inversión pública. Por ende, la deuda es, sin duda, las más parasitaria e inútil que Ecuador ha logrado desde la dolarización, pues no se canalizó en el país, sino que salió tan rápido como entró», agrega Oliva.
Riesgo país está sobre los 1.128 puntos
Otro dato importante que refleja el fracaso de Moreno es el repunte del riesgo país, que se ubica en 1.128 puntos y deja al Estado con las opciones de buscar apoyo financiero internacional con las puertas cada vez más cerradas.
De hecho, el propio Ministro de Economía asegura que el país está en un “déficit fiscal crónico” que se ubica en 3.621 millones de dólares, razón que obliga al Gobierno a buscar para 2020 el dinero que necesitan para intentar sostener a Moreno, cada vez más debilitado y carente de popularidad y apoyo.
El ministro Martínez alega que, de no aprobarse un segundo proyecto en el Senado, deberán “buscar otras fuentes de financiamiento vía endeudamiento, cuestión que con el alto riesgo país actual “es prohibitivo” hacerlo, asegura.
“Una cosa es endeudarse para romper el círculo vicioso de déficit estructurales que tenemos y otra es endeudarse para evitar tomar decisiones duras como reducir el número de empleados públicos y sus sueldos, o subir impuestos”, acotó.
Hasta el 15 de noviembre, el riesgo país se ubicó en 853, es decir, luego del rechazo de la ley de Moreno se incrementó 275 puntos.
El analista económico Diego Olmedo, entrevistado por el diario ecuatoriano El Telégrafo, indicó que con ese comportamiento y si no se aprueba la reforma tributaria, el Gobierno se vería obligado a emitir bonos por unos 2.200 millones de dólares con un interés de dos dígitos.
Las necesidades de financiamiento para 2020 ascienden a 6.665 millones de dólares, de ese monto, 2.688 millones ya estarían identificados, de acuerdo a Martínez.
Otro argumento a favor del régimen lo expresó el vicepresidente, Otto Sonnenholzner, quien ocupa el cargo del preso político Jorge Glas: “Nosotros somos un gobierno que está decidido a hacer lo correcto. Sabemos que la ley que enviamos podía haber contenido errores, pero la idea era que se debatiera para corregir. Es penoso el radicalismo”, dijo sobre la postura de los parlamentarios que rechazaron el proyecto.
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