Lenín Moreno lo volvió a hacer, esta vez al estilo del argentino Mauricio Macri. Este martes, el presidente ecuatoriano anunció un paquetazo económico que, sin anestesia, ataca directamente los ingresos y la calidad de vida de la fuerza trabajadora, los jubilados y los sectores menos favorecidos, es decir, los pobres.
El paquetazo de Moreno se hizo realidad unos días después que su mismo Gobierno anunciara al país que no lo aplicaría, sino que lanzaría una serie de «medidas» y «reformas» para la «prosperidad» de la nación.
Tras presentar las medidas, se evidencia que el paquetazo complace cada una de las exigencias del FMI y sólo beneficia a la oligarquía conservadora -con la que negoció Moreno justo antes de traicionar a sus electores- y al sector empresarial, que recibe una serie de condiciones favorables para recibir más dinero y pagar menos impuestos.
Así, mientras Moreno adecúa a Ecuador a cada una de las exigencias que le impuso el Gobierno de Estados Unidos, las medidas que impuso en detrimento de la calidad de vida de los ciudadanos implican retrocesos en los derechos sociales como, por ejemplo, la disminución en 20 % de los salarios a trabajadores que le sean renovados contratos bajo el formato de temporalidad, así como el recorte en los días de disfrute del periodo vacacional en 50 %, al pasar de 30 días de descanso a tan solo 15 días.
En febrero pasado, Moreno pactó el futuro de los ecuatorianos al negociar un “programa ecónomico” para recibir «ayuda» económica del FMI, el Banco Mundial (BM), el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Europeo de Inversiones (BEI), la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD) y el Fondo de Reserva Latinoamericano (FLAR).
El Mandatario tomó la decisión a pesar de las duras críticas realizadas por la gran mayoría de la población contra las medidas neoliberales del régimen junto al tradicional bloque empresarial y conservador que estuvo en el poder en Ecuador antes de la llegada de la Revolución Ciudadana que lideró Rafael Correa, actualmente perseguido político.
De esa manera, Moreno pactó con este grupo de entidades financieras, reconocidas por su corte neoliberal y por inducir a gobiernos a aplicar duras medidas económicas contra los pueblos, sobre todo en políticas destinadas a la inversión y protección social, para así endeudar al país por más de 10.200 millones de dólares.
El anuncio lo hizo el propio Moreno la noche del miércoles 20 de febrero de 2019, al decir que Ecuador había alcanzado “un acuerdo técnico con el FMI” con pagaderos de hasta 30 años, es decir, el país quedaría endeudado por las próximas tres décadas.
Medidas y reformas del paquetazo
En total, el régimen de Moreno dictó seis medidas económicas y 13 propuestas de reforma. El anuncio, efectuado en cadena nacional, quiso disfrazarse con la decisión de no incrementar el Impuesto al Valor Agregado (IVA), que actualmente está en 12 %.
Sin embargo, a medida que daba sus explicaciones, Moreno anunció la eliminación de los subsidios a los combustibles, gasolina y gasoil, aún cuando había prometido no hacerlo, en diciembre de 2018, cuando incrementó los precios de estos carburantes.
Además, anunció un cambio en la fórmula de la jubilación patronal -sin ahondar en detalles-, impuso nuevas medidas de contratación a trabajadores que benefician a patronos y no al empleado, con el argumento de «reducir la masa salarial».
En el caso de la gasolina y el gasoil, Moreno decidió liberar su precio y sabiendo que la medida afecta al ciudadano común, tenga o no tenga carro, pues eso se traducirá en un incremento del pasaje en el transporte público y taxis. Con base en ello, anunció que entregará «bonos» de 15 dólares mensuales para reducir el efecto negativo en «los afectados».
Según Moreno, la medida de no dar subsidio a los combustibles, le permitirá ahorrar 1.300 millones de dólares al Estado, misma cantidad que tendrán que cancelar desde ahora los ecuatorianos para que el Gobierno de Moreno se la entregue al FMI.
Según Moreno, las medidas son para «los que más tienen», pues según él las empresas que generen ingresos por más de 10 millones de dólares «pagarán una contribución especial por tres años», lo que le daría al Estado asegurar impuestos por más de 300 millones de dólares, 1.000 millones de dólares menos que lo que pagarán los ecuatorianos en combustibles sin subsidios.
Pero los beneficios para los empresarios van más allá con el paquetazo de Moreno. Por ejemplo, «el sector productivo» ahora tendrá que pagar menos aranceles para maquinaria, equipos y materia prima; y en el caso de los exportadores tendrán «devoluciones automáticas de tributos».
También, se beneficiarán con la eliminación del anticipo del impuesto sobre la renta y no tendrán que pagar impuestos para la importación de aparatos tecnológicos, como teléfonos celulares, computadoras, tabletas, entre otros.
Las medidas laborales a favor de las empresas, y sin ahondar en detalles, integra las nuevas modalidades de contratación que se aplicarán para los nuevos empleados, también dirigidas al sector público. Un ejemplo, el descuento de un día de trabajo a cada trabajador, es decir, el empleado dejará de cobrar un día laborado mensualmente, eso sin nombrar la creciente ola de despidos en la administración pública que ya contabiliza más de 23.000 empleados.
«Las decisiones que he tomado, son decisiones postergadas durante décadas. Muchos de mis opositores, críticos, y futuros candidatos, no lo van a decir en público. Pero lo dicen en privado», argumentó Moreno.
Paquetazo en detalle
Detalle de las propuestas de reformas económicas y laborales:
- Contribución por tres años a empresas que perciben ingresos superiores a 10 millones de dólares al año.
- Impuesto a la Renta único para el banano (plátano/cambur).
- Devolución automática de tributos al comercio exterior.
- Eliminación del anticipo del impuesto sobre la renta.
- Reducción a la mitad del impuesto a la salida de divisas (ISD) para materias primas, insumos para bienes de capital, según un listado.
- Reducción del impuesto a los vehículos de menos de 32.000 dólares para uso productivo.
- Vacaciones para empleados públicos bajan de 30 a 15 días al año, excepto fuerza pública y servicios sociales.
- Trabajadores de empresas públicas aportarán cada mes con un día su salario.
- Reformas laborales regirán para nuevos contratos, los anteriores siguen intactos.
- Nuevas modalidades de contratos laborales para quienes inician un emprendimiento.
- Nueva modalidad de contrato de reemplazo en caso de licencia de maternidad y paternidad y enfermedades catastróficas.
- Facilidades para teletrabajo.
- Nueva forma de jubilación patronal: empleadores incrementan aporte mensual en 2% para nuevos trabajadores, Ese valor podrá ser ahorrado en el IESS o en fondos privados.
Rechazo y condena al paquetazo
Con el argumento de ser “aún más eficientes”, Moreno justificó la medida de disminuir las vacaciones de los empleados públicos a 15 días, porque los empleados privados apenas gozan de 15, y por ende se debía hacer «justicia», un detrimento a un beneficio social que había alcanzado la clase trabajadora ecuatoriana.
A través de Twitter, las reacciones contra el paquetazo de Moreno no se hicieron esperar. De acuerdo con varios dirigentes sociales, economistas y analistas políticos, el pueblo ecuatoriano es quien resultó más golpeado por las medidas económicas de Moreno.
El dirigente sindical, Mesías Tatamuez, indicó que “estas medidas son exactamente lo que pidió el FMI, no afectan a los empresarios, ni a la banca. Estas medidas afectan al pueblo ecuatoriano».
Con respecto a los contratos de trabajo, según Tatamuez, «se debe cambiar el artículo 327 de la Constitución, porque ahí prohíbe varias formas de contratación, esta nueva contratación sería una regresión de derechos”.
Por su parte el economista Carlos De la Torre sostiene, que “no se ha realizado la subida del IVA, que era parte del acuerdo con el FMI, pero se compensa con la liberalización de los precios de los combustibles, logrando un impacto bastante fuerte en la economía popular».
«Además, en las medidas para generar producción, desgraciadamente se le devuelve impuestos a los exportadores sin el compromiso de que los exportadores regresen las divisas a la economía nacional, lo que debería ser una condición”, agrega De la Torre.
Augusto Tandazo, analista político, destaca que Moreno se contradice en su accionar y lo que propuso en el plan de Gobierno que lo llevó al poder, en el que aseguró que no habría paquetazos, ni despidos intempestivos.
«Más bien en este comunicado del Gobierno, saca pecho indicando que han separado de la función pública a 23.000 funcionarios que ahora se encuentran en la calle. La eliminación de subsidios nos deja más preocupados, porque han dicho que se entregará el procesamiento de la refinería Esmeraldas al sector privado y que Ecuador les comprará combustibles a precios internacionales, para que ellos se hagan un pingue negocio», acota Tandazo.
En tanto, la concejala de Quito Gisela Chalá indica que Moreno finalmente «cumplió con el guión de la oligarquía y la derecha fascista. El Paquetazo golpeará el bolsillo del pueblo, lo desproveerá de sus derechos adquiridos, obligándolo a salir a las calles».
Ronny Aleaga, asambleísta de la Revolución Ciudadana agrega: “¡Se viene el paquetazo! Moreno no sirve ni para cumplir las promesas que se hace a sí mismo. Ante la mentira y el cinismo, la revancha popular será implacable, porque cuando la tiranía es ley, ¡la revolución es orden!”.
Salida de la OPEP, otra orden de Washington
Antes de anunciarse el paquetazo de Moreno, otra noticia que refleja la traición de Moreno con su pueblo, fue la anunciada por el ministerio de Energía y Recursos Naturales no Renovables de su Gobierno al informar que Ecuador dejará de pertenecer a la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), desde el 1 de enero 2020.
“La decisión radica en los asuntos y retos internos que debe asumir el país, relacionados a la sostenibilidad fiscal. Esta medida se alinea con el plan del gobierno de reducción del gasto público y generación de nuevos ingresos”, dice un comunicado del ministerio de Energía.
Ecuador ingresó a la OPEP en 1973, en el marco del primer boom petrolero. En 1992, se dispuso la suspensión de la membresía ecuatoriana por no cumplir con las cuotas de producción exigidas. Desde 2007, con Rafael Correa, se volvió a tener participación activa en la organización.
Según elMministerio de Energía, el Gobierno continuará apoyando todos los esfuerzos que buscan estabilizar el mercado petrolero mundial.
«Deseamos éxitos a la OPEP en la continuación del importante trabajo que ha venido realizando desde 1960 en beneficio de los países productores como consumidores de petróleo», cita el comunicado oficial.
La traición de Lenín Moreno
Moreno traicionó a la mayoría del pueblo ecuatoriano que votó por él como la opción que le daba continuidad a la Revolución Ciudadana que lideró Rafael Correa por una década, del 15 de enero de 2007 al 24 de mayo de 2017.
Su giro a la derecha ha marcado la coyuntura política, social y económica actual de Ecuador, no sólo por su alianza con Estados Unidos y la aplicación de paquetazos económicos, sino también por la persecución judicial y política que se desarrolla contra líderes de Revolución Ciudadana.
Entre esos líderes figuran el propio Correa, a quien se le ha intentado imponer un proceso judicial que tiene como único fin inhabilitarlo políticamente en un proceso electoral. También destaca Jorge Glas, el vicepresidente que resultó electo con más de cinco millones de votos junto a Moreno, como la dupla que lideraría el Poder Ejecutivo.
Moreno no dudó en dar una puñalada a sus excompañeros, pues representaban una amenaza para actuar libremente y así ejecutar su agenda con el poder empresarial de la derecha. Por eso, tener a Glas como Vicepresidente no era un buen negocio.
Así comenzó una frontal persecución judicial contra Glas y se ejecutaron distintas artimañas para separarlo de la Vicepresidencia. En pocos días Glas fue arrestado con prisión preventiva y acusado por supuestos delitos de corrupción vinculados con la empresa brasileña Odebrecht, que hasta la fecha no han sido probados por la justicia ecuatoriana.
Así concretó Moreno su zarpazo y hoy más que nunca deja claro con quien está y para quiénes «gobierna».
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