Chile comparte junto a Bolivia y Argentina el triángulo del litio, integrado por el Salar de Hombre Muerto y Arizaro (Argentina), el de Atacama (Chile) y Uyuni (Bolivia), en donde se calcula están el 80% de las reservas de litio en salares del mundo. Sin embargo, a diferencia de los acuíferos en los países vecinos, las condiciones del Salar de Atacama, como la ausencia de humedad y cercanía con puertos marítimos, permiten que las condiciones de explotación para Chile sean las de más de bajo costo.
El país genera el 34% de la producción mundial de litio, demanda que se ha acrecentado en las últimas décadas por la capacidad del mineral de almacenar energía en baterías eléctricas, algo ineludible para las tecnologías que son el soporte de la transición energética, que persigue abandonar el uso de combustibles fósiles. Este cambio energético del norte global produce presión sobre el sur global y sus recursos naturales, según comenta el investigador del Grupo de Estudios en Geopolítica y Bienes Comunes (UBA), Bruno Fornillo (1).
La investigadora del Departamento de Ingeniería Química y Procesamiento de Minerales de la Universidad de Antofagasta, Ingrid Garcés, calcula con datos de 2022 que la demanda mayor de litio para ese año fue de China (55%), seguida de la Unión Europea (21%) y Estados Unidos (14%). Garcés añade que “los europeos y americanos han definido al litio como un mineral crítico. Pero para nosotros no es un mineral crítico, sino estratégico. Y como tal no hemos sabido defender lo que tenemos, darle valor agregado”.
Bruno Lima Rocha, cientista político brasileño y profesor de Política y Relaciones Internacionales, llama a circunscribir “el tema del litio y los minerales raros y estratégicos en un encadenamiento que repite el proceso seguido por los ciclos del oro, la plata y el petróleo en la historia de Occidente. En tal perspectiva, la actual presencia china en la cadena de compras de esos minerales es tan grande, que las cadenas de suministro pasan a ser un área de disputa a nivel global”.
Esta dimensión ha sido confirmada en más de una ocasión por la jefa del Comando Sur de los Estados Unidos, Laura J. Richardson. En enero de 2023, en un foro del Atlantic Council planteó el interés de la potencia del norte en Latinoamérica y en especial en el triángulo del litio. La general dijo que “con todos sus ricos recursos y elementos de tierras raras, está el triángulo de litio, que hoy en día es necesario para la tecnología. El 60% del litio del mundo se encuentra en el triángulo de litio: Argentina, Bolivia, Chile”.
Remató el discurso diciendo que “esta región importa, tiene mucho que ver con la seguridad nacional y tenemos que intensificar nuestro juego”.
A los pocos meses Richardson desplegó un nutrido programa de visitas a altos mandos militares y funcionarios de distintos gobiernos de América latina. Estuvo en Guatemala, Brasil, Argentina y Perú, entre otros países. En Chile vino el año pasado y en junio reciente, cuando su gira fue acompañada del portaaviones George Washington, integrante de la Cuarta Flota de Estados Unidos y que circunnavegó el Estrecho de Magallanes.
“Para Estados Unidos la doctrina Monroe sigue vigente en la visión de Laura Richardson -comenta Marcela Vera, economista y doctora en Ciencias Sociales-. Y esta doctrina se fundamenta en América para los americanos, es decir, la interpretación de Estados Unidos que considera el libre acceso a todos los bienes que sean necesarios para ellos en desmedro de la soberanía local”.
La economista que asesoró en temas de minería y economía el primer proceso constituyente, destaca que “Richardson ha sido muy clara respecto del posicionamiento militar que tiene Estados Unidos sobre el control de los bienes estratégicos: no escatiman en ser categóricos respecto de esta relación entre lo militar y lo económico, lo que va en desmedro de las soberanías nacionales y el mantenimiento de un modelo primario exportador para nuestros países”.
LITIO CHILENO PARA LA UNIÓN EUROPEA
En esta dinámica global, el papel jugado por Chile como reserva de importantes recursos mineros estratégicos, está siendo la de un peón más en el gran tablero de ajedrez de las grandes potencias y las grandes corporaciones. Cuando en marzo de 2023 fue presentada la Estrategia Nacional del Litio, hubo especial preocupación del Gobierno en destacar la ‘complementariedad público-privada’ en el modelo de explotación diseñado. Así se mantiene el régimen vigente de explotación del Salar de Atacama, en donde la norteamericana Albemarle tiene un contrato de explotación hasta el año 2040; y, recientemente, se renovó el negocio con el litio a SQM -de propiedad de Julio Ponce Lerou, ex-yerno del dictador Pinochet– hasta el año 2060, en un contrato con la estatal Codelco.
Según el economista especializado en minería, Jan Cademartori, en Chile rige el modelo de enclave exportador, el cual es caracterizado por el agotamiento progresivo de los yacimientos mineros, que no es acompañado de “un proceso de desarrollo industrial, que habría sido la forma de poder generar la incorporación de tecnología a nuestra economía y la generación de empleos calificados. La economía de enclave minero es un boom transitorio, como ya lo experimentamos cuando se agotó el salitre en el norte, transformando así a las regiones anfitrionas de los inversionistas en economía yogur, es decir, con fecha de vencimiento”.
La perspectiva privatizadora y de enclave exportador se confirmó recientemente con el anuncio de la entrega de concesiones para la explotación de litio en 26 salares más, definiéndose apenas un 30% para conservación. Así el ministerio de Minería abrió entre abril y junio de 2024 un proceso de llamado a manifestar interés (RFI) sobre áreas de explotación de litio, recibiendo 80 manifestaciones de interés presentadas por 50 firmas de 10 países.
La búsqueda de inversionistas fue el objetivo central de la reciente visita del presidente Boric a la Unión Europea (UE). Lo reflejó el titular de la cadena Deutsche Welle (DW) que presentó la visita de Boric a Berlín diciendo que “el mandatario chileno llegó a Alemania buscando inversiones privadas en la explotación del litio”.
En la cita que sostuvo con el canciller alemán, Olaf Scholz, el presidente Boric dijo que “existe por parte de ambos países la intención de incrementar nuestro intercambio comercial, en particular, en una industria tan prometedora como es la del litio”. Anunció así que “Chile tiene la expectativa de doblar nuestra producción de litio durante la próxima década“, agregando que “por eso tenemos que mejorar la cooperación con países que están con nuestra misma visión, como es el ejemplo de Alemania”.
Por su parte, el canciller alemán anunció que “hemos acordado reforzar el intercambio científico entre los institutos de investigación en nuestros dos países (…) nuestros institutos ideológicos colaborarán aún más estrechamente en cuanto a estos temas, por ende, en el marco de esta visita hemos firmado un acuerdo al respecto“.
Según el analista Bruno Lima Rocha, “hay distintas formas de seducir a élites locales, ya sea cediéndoles una pequeña cuota en las ganancias de los recursos minerales u ofreciéndoles algún mínimo intercambio tecnológico”.
Un ingeniero que trabaja y conoce la industria minera que prefiere mantenerse off the record comenta que Alemania no tiene mucho que aportar en tecnologías de extracción de litio. “En temas de salares no tienen idea y en Chile tenemos más profesionales con dicha experiencia. En lo que sí puede aportar la industria alemana es en la fabricación de aleaciones o cátodos”.
El interés de Alemania es poder asegurar la provisión de litio para su industria alemana, tanto automotriz como de paneles solares. Un analista de la propia cadena DW, Carlos Moses, reconoce que “por un tiempo previsible, Europa tendrá que cubrir con importaciones una gran parte de sus necesidades de litio. La Agencia Alemana de Materias Primas calcula que, hasta 2030, quizás se podría cubrir un 25% o a lo sumo un 40% de la demanda de la UE mediante producción propia”, por lo que “un acuerdo con Chile sobre litio sería ciertamente una buena noticia”.
En función de asegurar esta fuente de recursos estratégicos, la Unión Europea cada ciertos años renueva las cláusulas de los tratados de libre comercio que tiene con países del sur del mundo. La economista Marcela Vera advierte que “Europa utiliza la actualización de los TLC y la herramienta de los Memorándum de Entendimiento para que los países subdesarrollados como Chile garanticen el suministro de las materias primas reconocidos como críticas y así poder mantener los procesos productivos europeos”.
Vera considera que tanto el acuerdo con SQM como las invitaciones a inversores europeos “van en directa sintonia con los procesos de privatización de nuestros principales bienes naturales estratégicos, así como el fortalecimiento de un modelo extractivista primario exportador. El asunto es que los privados no están generando hoy ni valor agregado, ni industrialización, ni mucho menos capacidad instalada para el futuro desarrollo de nuestro país. Quienes son dueños de las mineras privadas son dueños de transnacionales que prefieren hacer esos procesos en sus casas matrices, es decir, en sus propios países, generando un aumento en la brecha entre los países desarrollados y los países subdesarrollados”.
La economista advierte que “este tipo de acuerdos imposibilita generar crecimiento económico y desarrollo, no sólo económico, sino que social, político y cultural. En la medida en que los pueblos no son dueños de sus recursos naturales, no los explotan, van perdiendo poder y control”.
ESTADOS UNIDOS Y LOS MINERALES CRÍTICOS
Otra potencia interesada en el litio chileno es Estados Unidos, cuyo gobierno ha intensificado los contactos con funcionarios del gobierno chileno. Así, en noviembre del año pasado, José W. Fernández, subsecretario de Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente del Departamento de Estado norteamericano, visitó a la ministra de Minería, Aurora Williams, para conversar “sobre la colaboración de nuestros países para construir cadenas de suministro de minerales críticos seguras, responsables y diversas en la región”-según sostuvo el norteamericano.
Aprovechó la ocasión para hacer una conferencia para reimpulsar la Alianza de las Américas, que incluye a 12 países de la región, instancia que definió como una prioridad para el presidente Biden. Sostuvo que su objetivo es “reforzar la integración económica y la prosperidad en nuestro hemisferio”. Luego agregó que era prioritario “estrechar los lazos económicos entre nuestros países, construyendo en las Américas las cadenas de suministro que sean más competitivas del mundo”.
Con el clásico primera persona en plural ‘nosotros’, usado cuando se trata de la propiedad de los recursos naturales, el funcionario también sostuvo que “tenemos un potencial ilimitado en nuestra región. Podemos alimentar y dar energía a la mayor parte del mundo con nuestros terrenos fértiles y nuestros abundantes recursos naturales”.
En un posteo reciente (13 de junio de 2024), Fernández presentó los lineamientos de la política energética de Estados Unidos, diciendo que “la seguridad económica es seguridad nacional”. Luego definió tres áreas de trabajo, las que definen sus políticas fundamentales: “fortalecer nuestra economía y nuestras relaciones con aliados y socios; invertir en nosotros mismos y dejar que nuestras empresas lideren el camino; y promover la competencia estratégica”. En otras palabras, el objetivo es mantener la hegemonía económica de Estados Unidos a través del uso de los recursos de “sus aliados”, cuyo control permite el liderazgo de las firmas norteamericanas.
Y, como no, se volvió a referir a los minerales estratégicos. Así, Fernández sostuvo que, para competir en el mercado global, es importante “fortalecer las cadenas de suministro y abordar las vulnerabilidades, como los minerales críticos”.
Finalmente, sentenció que “Todas estas cosas se sienten en nuestra vida diaria. Debemos ser competitivos, debemos diversificarnos, debemos mitigar el cambio climático, debemos defender nuestros valores. . . Esto afecta directamente nuestra seguridad personal aquí en casa, en los Estados Unidos”.
En abril de 2024, la ministra Williams anunció en Toronto la adscripción del país al Foro intergubernamental Mundial de Minería, Metales críticos y Desarrollo Sostenible (IGF), instancia financiada por el gobierno canadiense y que promueve sus políticas de gobernanza minera en el resto del mundo. Además, la ministra firmó un acuerdo con el Ministerio de Minas de Canadá.
A juicio de la economista Marcela Vera, “el Gobierno se está posicionando en el bloque que ha sido derrotado en términos económicos, políticos, éticos y militares. Por tanto, es muy importante comprender esto de buena forma y retomar un rumbo que Chile tomó con el presidente Salvador Allende, de que pudiésemos desarrollar una propuesta para que el mundo pudiera redistribuir su estructura de propiedad. Es decir, el presidente Allende propone ante el consejo de Naciones Unidas que los bienes nacionales estratégicos sean para la soberanía nacional, el desarrollo económico y superar las estructuras de subordinación y dependencia de los países subdesarrollados al gran capital”.
La economista agrega que “es así entonces, es en la medida en que cada país logra explotar esos bienes naturales estratégicos y dotarlos de valor agregado. Eso genera un nivel muy alto de rentabilidad y eso redunda en dar garantías económicas para la satisfacción de los derechos básicos de toda la población, al mismo tiempo que para la diversificación productiva, el aumento de la capacidad instalada de la economía, lo que permitiría retomar el rumbo del desarrollo económico”.
EL SUR DEL MUNDO Y LOS BRICS+
En las primeras semanas de junio se dieron cita en la ciudad rusa de Nizhni Nóvgorod los ministros de Relaciones Exteriores de los países BRICS+, palabra que integra al bloque de países emergentes en la escena global y que apuestan por generar mecanismos más justos de comercio e inversiones.
El bloque surgió en 2009, tras la crisis financiera del año anterior, y de ser integrado originalmente por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, en la cumbre realizada el año pasado en Sudáfrica, se ampliaron a nueve miembros, sumándose Egipto, Etiopía, Irán y Emiratos Árabes Unidos. Otros 30 países esperan participar próximamente.
Los nueve países albergan una población de 3.500 millones de personas, que equivalen al 45% de la población mundial, representando su economía unos 28,5 billones de dólares, es decir, casi un 30% de la economía mundial. Con la incorporación de los países árabes, producen un 44% del crudo disponible en el mundo.
Uwe Optenhögel, vicepresidente de la Foundation for Progressive Studies (FEPS), con sede en Bruselas, comentó que “la ampliación de los BRICS debe ser comprendida en un nuevo contexto geopolítico global y de malestar del Sur global” y que pese a su diversidad e intereses a veces contrapuestos, apuestan por el desarrollo de una noción de multipolaridad contraria al orden basado en reglas impuesto hasta ahora por los países ricos del norte global. El analista destaca que instancias claves del orden actual y la economía, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas reflejan el equilibrio de poder del siglo XX y no el de la tercera década del siglo XXI (2).
Esta mudanza en las relaciones internacionales se profundizó desde 2022 con las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania, como el despojo de sus bienes guardados en bancos europeos; y las medidas comerciales contra China promovidas por el gobierno de Estados Unidos, sean republicanos o demócratas. Dichas medidas fueron la mecha que aceleró el proceso que conduce al fin de la hegemonía de los países del norte global en el comercio internacional y el predominio del dólar. Para octubre está anunciada la próxima cumbre de jefes de estado de los países BRICS+ a realizarse en la ciudad rusa de Kazán.
George Sheperd, doctorando de la Universidad de York (Reino Unido) dedicado a la industria del litio en Chile y las tensiones ecológicas que acompañan la transición energética global, comentó a El Ciudadano que “en esta dinámica hay algo positivo para los países latinoamericanos y para el sur global. Con la entrada de esta multipolaridad. Ahora será posible asegurar comercios favorables más allá de Estados Unidos, sino que también con China, Rusia y varios otros poderes emergentes en el mercado global. La oportunidad de negociar con estos países puede asegurar comercios más favorables”.
De igual forma Sheperd considera que “el interés global en Latinoamérica todavía son sus recursos naturales. Así, no hay oportunidad de escapar directamente del extractivismo. Esta transición verde y hacia la multipolaridad significa una intensificación del extractivismo y la competencia entre los poderes globales. De igual forma, los gobiernos latinoamericanos pueden aprovechar esta situación para mejorar acuerdos que sean mejores para los países y sus poblaciones, aunque esto depende de su capacidad de negociación con los actores globales”.
Para la economista Marcela Vera, “los BRICS tienen la posibilidad de construir un bloque económico que si bien está desintegrado geopolíticamente, permite de igual modo generar la fortaleza de tener ciertas posiciones en determinados lugares del mundo que pueden controlar. Y, por tanto, aquello les permite construir una red de desarrollos logísticos, de cadenas de producción y comercialización que fortalezca al conjunto de conglomerado y no sólo a los países de manera individual”.
Vera además llama la atención en el aspecto monetario, considerando que los BRICS avanzan hacia la creación de una moneda en común para sus relaciones comerciales, que supere el uso del dólar estadounidense. “La política monetaria hoy en los países subdesarrollados sigue anclada a dólar -destaca la economista-. Al mismo tiempo podemos observar como la economía estadounidense está entrando progresivamente en una crisis cada vez mayor en relación a sus niveles de endeudamiento, y el valor del dólar también va a entrar en un proceso de crisis los próximos años. De este modo, es muy relevante que exista la posibilidad para los países subdesarrollados de poder anclar sus economías a otra moneda que sí les pueda dar estabilidad económica y que pueda, al mismo tiempo, generar una mejor relación entre los flujos de capital internacional y las necesidades de los requerimientos de inversión en los países locales”.
La economista agrega que hay una multiplicidad de posibilidades que los BRICS le están entregando al mundo. “Lo primero, es su alto nivel de desempeño en términos económicos en los últimos años, que tanto China como India han tenido. Podemos así observar que en cada uno de los indicadores que estaban retrasados respecto del mundo desarrollado, rápidamente los superaron, encontrando una senda de crecimiento y desarrollo, pero, al mismo tiempo, de construcción de propiedad social, distribución de la riqueza y de fomento al medio ambiente en toda la cadena del proceso productivo”.
El analista Bruno Lima Rocha agrega que nuevas posibilidades de negociación permitirán que los recursos de los países sean “considerados dentro de un proyecto económico de desarrollo estatal, lo que permite una mayor captación de plusvalía en el negocio, como es el caso de Bolivia, en donde se apostó por generar una cadena productiva local. Esto se acrecienta si tenemos el control sobre los precios y el acceso a la materia prima. De este modo, los países del sur del mundo se enfrentan a que pueden generar proyectos nacionales que van a generar una nueva cadena de desarrollo en el territorio mismo, o seguir con las relaciones coloniales que mantienen a una élite local ganando plata, financiarizados e internacionalidados”.
Por Mauricio Becerra R.
NOTAS
- Bruno Fornillo: Las fronteras latinoamericanas del litio
https://nuso.org/articulo/306-fronteras-latinoamericanas-del-litio/ ↩︎ - Uwe Optenhögel: BRICS: de la ambición desarrollista al desafío geopolítico
https://nuso.org/articulo/310-BRICS/ ↩︎