El pasado 27 de diciembre, y a través de una transmisión por TVN, el Presidente Gabriel Boric anunció el pre acuerdo suscrito entre la estatal Codelco y la cuestionada minera SQM, con la finalidad de desarrollar en conjunto las actividades productivas, de extracción, y comerciales en el Salar de Atacama para las próximas décadas. Lo que ha generado diversas criticas de algunos sectores, especialmente por la directa relación entre SQM y el exyerno de Augusto Pinochet, Julio Ponce Lerou; además, por la actual disputa judicial entre la minera y el Servicio de Impuestos Internos, por la suma de 41 millones de dólares correspondiente al no pago del Impuesto Específico de la Actividad Minera (IEAM).
No obstante, más allá de este anuncio, existe otra arista que no deja de llamar la atención: La presidencia ejecutiva de Codelco.
El 1 de septiembre, asumió Rubén Alvarado como el nuevo presidente ejecutivo de la Corporación Nacional del Cobre de Chile (Codelco), esto tras el período de André Sougarret Larroquet, quien encabezó la estatal. Pero, Alvarado no es un personaje desconocido en Codelco, puesto que, fue el gerente general de El Teniente entre los años 2000 y 2004.
«(Estamos) muy felices y confiados en que, por su trayectoria minera, experiencia ejecutiva empresarial, conocimientos y competencias personales y humanas, Rubén Alvarado es el conductor que Codelco necesita para enfrentar exitosamente los desafíos (…) Durante su período se construyó y puso en marcha el Plan de Desarrollo Teniente, un conjunto de proyectos mineros, tecnológicos y de gestión, que revirtieron la baja de productividad prevista por el agotamiento de algunos sectores», se lee en el anuncio de la cuprífera estatal.
Desde el Comité de Defensa del Cobre cuestionaron la designación de Alvarado, afirmando -a través de una misiva- que su salida del Teniente fue justamente por los malos resultados en esta División de Proyectos, quien posee una desconexión de la minería por mas de 20 años y por lo tanto no contaría con equipo mineros que puedan hacerse cargo de la compleja situación que enfrenta Codelco.
«Con todo esto, llama la atención que no se trata de un ejecutivo minero “top de línea” como se dice en la jerga minera o que haya estado vigente en cargos mineros, por lo tanto definitivamente prevaleció o pesó mas que nada la amistad con Máximo Pacheco, y su cercanía con Ricardo Álvarez, por lo tanto, nuevamente los directores y directoras han sido un simple adorno decorativo a la imposición y imperialismo de Máximo Pacheco. Con todo esto, es penoso y lamentable como Codelco, se sigue tratando como un verdadero Club de Tobby, bajo el alero y la mafia del Tren de Rancagua, más que mal en el Directorio se encuentra el Padre de la Cofradía (Ricardo Álvarez) y Pacheco que está manejando la empresa, como se tratará un club de amigos», explicó el Comité.
Sin embargo, Rubén Alvarado no solo se ha desempeñado en el mundo minero, ya que, como es de conocimiento público, el actual presidente ejecutivo de Codelco ejerció como gerente general del Metro de Santiago entre el 2014 y 2022; gestión que no estuvo exenta de criticas, especialmente, desde la área sindical.
Respecto a esto, El Ciudadano conversó con Eric Campos, presidente de la Federación de Sindicatos de Metro (FESIMETROSA), quien afirmó que a su criterio, el exgerente general Rubén Alvarado es un antisindicalista, debido a que no tiene convicciones en materia de relaciones laborales, actuando siempre desde una narrativa oficial.
«Lo preciso es que ajusta su relación con los sindicatos dependiendo de los gobiernos de turno. Es un camaleón. Durante su gestión bajo el gobierno de Piñera, las relaciones laborales se restringieron básicamente a las negociaciones colectivas, permitiendo que otros ejecutivos promovieran la formación de sindicatos para debilitar a los sindicatos grandes, cuestión que no logró», dijo Campos.
Pero, el rol de Alvarado días previos al 18 de octubre de 2019 fue clave.
Según antecedentes a los que El Ciudadano tuvo acceso, la gerencia de Metro se reunión con representantes del Ministerio del Interior y Carabineros de Chile, con el objetivo de gestionar la presencia policial en diversas estaciones de la red de transportes. Estas reuniones, fueron confirmadas por el equipo de Comunicaciones de Metro, quienes aseguraron que Metro de Santiago se reunió con distintas autoridades de gobierno durante los días previos al 18 de octubre del 2019 y también los posteriores.
Respecto a esto, Campos fue critico en cuestionar el porqué justamente el 18 de octubre de 2019, no hubo presencia policial en las estaciones horas antes ni posteriores a los incendios, siendo que durante la semana del 15 de octubre fue constante que hubieran funcionarios de Control de Orden Público (C.O.P) en el Metro.
No obstante, y durante la tarde del viernes 18 de octubre, Eric Campos, solicitó mediante diversos medios de comunicación cerrar en su totalidad la red de transporte, debido a que funcionarios y funcionarias de Metro sufrieron lesiones por los hechos ocurridos en las estaciones.
«Le solicitamos a la administración, ante esta crisis, como ustedes le denominan, lo mejor, lo más sensato es cerrar la red, y desde lo concreto esperamos que el gobierno pueda entregar respuestas que ya fracasaron (…) es momento que el gobierno intervenga desde la política pública y no desde el criterio meramente policial (…) desde acá hago un llamado a Rubén Alvarado, a Louis de Grange, que en una medida sensata puedan dictaminar el cierre de la red», pidió Eric Campos a través de una entrevista en «24 Horas».
Sin embargo, pese a la solicitud de Campos, Metro (Alvarado y de Grange) no cerró el servicio de transportes. Incluso, en las declaraciones de funcionarios de estación La Granja -incendiada en su totalidad-, sostuvieron que pese a muchas solicitudes de la jefatura de cerrar la estación, desde el Metro no lo hicieron hasta las 20 horas. Además, de que algunas estaciones quedaron abiertas -sin candado-, como fue el caso de estación Einstein en Recoleta y La Granja.
Para Ariel López, ingeniero especialista en movilidad y diseño de sistemas de transporte, quien ha estudiado y recorrido más de 40 sistemas de Metro en 22 países, el Metro debió cerrarse, ya que, sus propios trabajadores solicitaron eso a sus gerencias y fueron ignorados. No solo Metro no se cerró, sino que además varias estaciones se dejaron abiertas durante la noche; siendo importante considerar que las estaciones fueron «limpiadas» rápidamente antes de que fueran periciadas.
-La gerencia y presidencia de Metro actuó torpe y negligentemente durante el estallido social poniendo en riesgo al metro y sus trabajadores, y además dificultando las pericias investigativas al haber limpiado las estaciones y desaparecer cámaras de seguridad. También, heredamos por parte de su gerencia, estaciones de Metro sin guardias ya que durante el estallido social se despidió a 700 guardias. Esto permitió que ambulantes y delincuentes se tomaran las estaciones-, explicó López.
Eric Campos también cree que si la gerencia hubiera cerrado el Metro a las 14 horas, se hubiese mitigado los incendios y los disturbios en las estaciones. Pero ni Alvarado ni de Grange dieron la orden de cerrar el Metro.
Finalmente, se quemaron siete estaciones y otras tantas resultaron con daños, mientras que las causas judiciales fueron cerradas.