Se acabó la farsa de Áñez en Bolivia: ¿Cuándo vence la de Guaidó en Venezuela?

En enero de 2019 salió a relucir en la mediática internacional el nombre de un diputado venezolano completamente desconocido para la colectividad: Juan Guaidó

Se acabó la farsa de Áñez en Bolivia: ¿Cuándo vence la de Guaidó en Venezuela?

Autor: Ronald Ángel

En enero de 2019 salió a relucir en la mediática internacional el nombre de un diputado venezolano completamente desconocido para la colectividad: Juan Guaidó. Su imagen se viralizó rápidamente como si se tratara de un acontecimiento mundial. Se había autoproclamado «presidente encargado» y/o «presidente interino» -nunca se supo cual de los dos era en realidad- de una especie de Estado paralelo. Lo hizo con apoyo de Estados Unidos, la Unión Europea, varios gobiernos lacayos y la complicidad de la Organización de los Estados Americanos (OEA).


El objetivo de Guaidó es usurpar el Poder Ejecutivo, que ejerce Nicolás Maduro, reelecto en 2018 con más de 60% de los votos. Su victoria en esos comicios presidenciales le permiten gobernar el periodo 2019-2025 por mandato constitucional.

Así comenzó una de las más grandes mentiras de la época reciente. Con ello quedó en evidencia la «fragilidad» de una democracia cuando instancias internacionales como la OEA se convierten en lobbys golpistas. El ente es acusado de derrocar gobiernos con trucos politiqueros y campañas de guerra sucia contra pueblos ajenos a los intereses de Washington.

De esa forma, Guaidó se convirtió en una especie de antecedente «político» para tratar de imponer -sin cortapisas- decisiones arbitrarias de Washington para dominar y controlar el mundo a su antojo.

Esquema Guaidó para Bolivia

Poco más de 10 meses despueś, se repitio la historia en otro de los países suramericanos que más perseguía el régimen estadounidense: Bolivia. El Estado Plurinacional de Evo Morales logró tantísimas conquistas sociales a favor de los más necesitados. Incluso, el país se convirtió en uno de las más pujantes del continente -incluso por encima de Estados Unidos- y del mundo. Así obtuvo el reconocimiento de instancias con un historial deleznable como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial, entre otras defensoras del modelo capitalista.

En los comicios presidenciales de octubre de 2019, los bolivianos decidieron reelegir a Evo Morales para un nuevo mandato. Una victoria que -tras casi un año- ha sido verificada por distintas instancias internacionales como legítima y absoluta. Pero, en aquel entonces, el candidato opositor Carlos de Mesa gritó fraude. Inmediatamente, la OEA -que aprovechó la invitación de Morales a revisar el conteo- secundó la falsa acusación.

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La sentencia de la OEA, que posteriormente se verificó que fue sesgada, tuvo como único objetivo sacar al presidente Morales del camino. Así, propició un golpe de Estado orquestado por la extrema derecha, la embajada de Estados Unidos; el secretario general de la OEA, Luis Almagro; y las cúpulas militares y policiales de Bolivia. Estas últimas amenazaron de muerte a Morales, quien incluso no había terminado su mandato constitucional, e impusieron de facto a Jeanine Áñez. Esta ultracatólica odia a los indígenas y a los pobres y se autoproclamó con biblia en mano como «presidenta encargada».

En seguida, Áñez recibió algunas «felicitaciones» por asumir un cargo presidencial que ningún boliviano le otorgó, al igual que pasó con Guaidó. Precisamente, Guaidó fue uno de los primeros en abrazar su «mandato», todo bajo el control de Estados Unidos y la OEA. Enseguida, comenzó una persecución contra Morales, al punto de obligarlo al destierro, junto a varios miembros de su gobierno, bajo amenaza de muerte.

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En la dictadura de Áñez se radicalizó la persecución a los indígenas

Mentiras y corrupción: una relación de autoproclamados

Cuando Áñez se autoproclamó, Guaidó le escribió. «Desde el Gobierno legítimo de Venezuela reconocemos a @JeanineAnez como Presidenta interina de Bolivia, en su misión de guiar una transición constitucional hacia una elección presidencial. Son una inspiración para nuestro país, tenemos la convicción que lograremos la libertad», fue el mensaje.

Seguidamente, la autoproclamada respondió: «Agradezco al Presidente (E) de la República de Venezuela @jguaido por el reconocimiento a mi gobierno. Como Presidenta Constitucional de Bolivia le invito a designar al nuevo Embajador de Venezuela en Bolivia, quien será reconocido de inmediato por nuestro gobierno».

Guaidó

Ambos -Áñez y Guaidó- han estado involucrados en escandalosos casos de corrupción. También en robo de recursos a sus Estados y vínculos con mafias de la droga, entre otras perversas irregularidades.

Pero, ¿cuánto tiempo dura una mentira?, ¿cuánto tiempo tarda el karma en cobrar? En el caso de Áñez, su «gobierno» dictatorial, represor y violador de derechos humanos ya pasó a ser parte de la historia perversa de Bolivia. Este domingo -19 de octubre- los bolivianos confirmaron en un nuevo proceso electoral su voluntad de ser gobernados por personas afines a sus intereses. Su decisión fue respaldar a los candidatos del partido de Evo Morales Ayma, quien por una década logró grandes avances para su país.

Guaidó
Guaidó ha estado involucrado en varios casos de corrupción

Áñez caducó, ¿Guaidó cuándo?

A Jeanine Áñez no le quedó otra opción que felicitar al nuevo presidente, Luis Arce, y su vicepresidente, David Choquehuanca. Ambos fueron protagonistas del Gobierno exitoso de Morales y militantes del partido Movimiento al Socialismo (MAS).

Entre tanto, Guaidó hoy no tiene popularidad alguna y perdió el férreo apoyo de quienes antes lo respaldaban. A pesar de sus triquiñuelas e inventos para tratar de convencer al mundo de su inexistente poder político en Venezuela, sus días están condenados al finiquito.

Guaidó

La fecha de expedición de Guaidó es 6 de diciembre de 2020, cuando en Venezuela se celebren -por mandato constitucional- elecciones parlamentarias. En los ultimoś cinco años el Poder Legislativo sólo sirvió para crear un falso Estado paralelo, imponer y promover el bloqueo total contra los venezolanos, sabotear la industria petrolera y robarse los recursos del país en el extranjero.

Por ahora, Guaidó insiste en su retórica de desconocer los venideros comicios. Pero, todo apunta a que su llamado «interinato» -que pareciera querer extender aunque nadie lo reconozca- va directo al cese de sus ya limitadas operaciones. En el camino sólo le queda un desenlace, pues entre tantas mentiras lo único que puede pescar es la sentencia de la verdad.

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