George Forsyth nació en 1982 en Caracas, cuando su papá trabajaba en la embajada de Perú en la capital venezolana. Sin embargo, al escuchar cualquier cosa que tenga que ver con esa ciudadanía, el ahora candidato presidencial peruano parece sentir repulsión, asco, odio y xenofobia. Incluso, en medio de ese amargo sentimiento maldice a los venezolanos y jura que los expulsará de suelo peruano.
Forsyth se ha convertido en uno más de los políticos sudamericanos con aspiraciones presidenciales que utilizan el tema Venezuela para intentar infundir miedo. Así quieren llamar la atención de Estados Unidos y conseguir ‘beneficios’ y ‘recursos’ para su candidatura.
Algunos estudios ya demostraron que la migración venezolana no genera aumento en la criminalidad en Perú. Aun así, el candidato presidencial por el partido Victoria Nacional, considera que los venezolanos son una maldición para su país. Aunque el partido que lo representa dice desvincularse de la «vieja política», George siempre ha pertenecido a esa burocracia. Esto se lo debe a su padre, Harold Forsyht, quien ha estado vinculado a diferentes Gobierno desde hace cuatro décadas.
Sus discursos son abiertamente xenófobos
Forsyth fue uno de los candidatos presidenciales que arrancó la campaña en medio de la crisis generada por la pandemia. Incluso, lo hizo cuando aún era alcalde de la municipalidad de La Victoria, en la provincia de Lima.
Es un hijo predilecto de la élite política peruana que domina el poder desde hace más de medio siglo. Es la misma élite que hoy llevó al país a una de sus peores crisis políticas. Forsyth es señalado por llamar la atención de la prensa utilizando la xenofobia en discursos abiertamente beligerantes.
Sus declaraciones son abiertamente xenófobas, principalmente contra los venezolanos. Siempre criminaliza a estos ciudadanos que emigraron a Perú buscando nuevos horizontes, ante la crisis económica que vive su país. Venezuela es victima del férreo bloqueo de Estados Unidos, que provoca una gran pérdida en su calidad de vida, sobre todo por el saboteo continuo de su economía y sus servicios fundamentales.
Forsyth contra los comerciantes informales
Este polémico personaje, además de xenófobo, es señalado como misógino. Ha demostrado ser fanático de Donald Trump y amante de las armas de guerra, al estilo del ultraderechista Jair Bolsonaro. También es adicto a las redes sociales, como el ultraconsevador salvadoreño Nayib Bukele. Curiosamente, esos tres personajes que tiene como modelo poseen prontuarios lúgubres dentro de sus propias gestiones de gobierno.
Una de las controversias de Forsyth se vincula a su gestión como alcalde de de La Victoria. En ese periodo, se dedicó a perseguir y reprimir con la fuerza policial a los comerciantes informales. Su zona ‘preferida’ para hacerlo fue una de las que posee mayor vida comercial en Perú: Gamarra.
En una de esas arremetidas contra estos trabajadores -quienes tratan de ganarse la vida en medio de la pandemia para evitar ser echados a la calle de dónde viven- Forsyth aseguró que todos son ciudadanos venezolanos. Incluso, los calificó de delincuentes y los culpabilizó por los heridos que dejaron sus redadas y represiones policiales.
Según el entonces alcalde de La Victoria, los venezolanos eran responsables de formar «mafias malditas» para ejercer el mercado informal. “Mafias malditas. ¡No vamos a olvidar jamás lo que nos han hecho hoy! Estamos trabajando para poner orden, entregando más de siete mil tiendas gratis para los ambulantes que realmente quieren y necesitan trabajar. Pero, estas lacras quieren que siga el desorden y el caos para hacer de las suyas”, señaló Forsyth en sus redes sociales.
La ‘promesa’ de Forsyth contra los venezolanos
Forsyth prometió que «los responsables de la violencia» serían expulsados del Perú: «El operativo se viene. ¡No lo pueden parar! Yo mismo estaré adelante. A esos delincuentes venezolanos que nos rompieron la cabeza hoy, los vamos a botar del Perú«.
Luego, aseguró -sin presentar pruebas- que 80% de los migrantes venezolanos controlan las mafias en La Victoria. No obstante, el Instituto de Defensa Legal (IDL) demostró, a través de un estudio, que hasta noviembre de 2019 la Policía afirmó haber desbaratado 1.028 bandas delictivas. De ellas, exactamente 1.000 eran peruanas y 28 extranjeras, entre colombianas, ecuatorianas y venezolanas.
El IDL también dijo, aunque no justifica el comercio informal, que en La Victoria muchos migrantes se dedican a esta actividad porque la pandemia los ha golpeado muy fuerte. Incluso, los deja en una situación de vulnerabilidad, como a la mayoría de los peruanos de bajos recursos.
El IDL también desmintió a Forsyth sobre su teoría de las «mafias malditas». El Instituto alega que las mafias no son organizadas por comerciantes informales extranjeros. Al contrario, afirma que precisamente estos son víctimas de la extorsión que les aplican las mafias de la ciudad de Lima.
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