No se había terminado de informar sobre el despido del asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, John Bolton, anunciado por el presidente Donald Trump, cuando otra de sus piezas para intentar usurpar los poderes Político y Económico en Venezuela, Juan Guaidó, volvía a protagonizar un nuevo escándalo.
Se trataba de un par de fotografías del autoproclamado «presidente interino» -cargo inventado para intentar crear un Estado paralelo en Venezuela con el apoyo del Gobierno de Estados Unidos- con un par de narcotraficantes miembros de la banda paramilitar colombiana «Los Rastrojos», organización criminal responsable de innumerables delitos relacionados con narcotráfico, contrabando de combustible, sicariato, paramilitarismo, torturas, masacres, entre otras atrocidades.
Las fotografías fueron realizadas el 22 de febrero pasado, justo un día antes de que se intentara realizar una invasión de grupos irregulares armados desde Cúcuta, Colombia, hacia territorio venezolano, que terminó siendo repelida y controlada por la Fuerza Armada venezolana.
Los titulares en torno a este nuevo escándalo de Guaidó lo pusieron a dar explicaciones y a asegurar que él no tenía nada que ver con ellos y que por ningún motivo había recibido su ayuda para cruzar la frontera de forma ilegal por una trocha controlada por Los Rastrojos.
Pero las declaraciones de Guaidó distan mucho con lo que muestran las fotografías y lo que aseguran testigos que presenciaron su entrada a Colombia de forma ilegal, apoyado en un principio por los narcoparamilitares y luego por el Gobierno de Iván Duque, el Ejército y la Policía de Colombia.
Las fotos fueron publicadas 200 días después del hecho por Wilfredo Cañizares, vocero de la Fundación Progresar, quien sostiene que la única manera para que Guaidó entrara a Colombia por esa trocha era con el permiso y apoyo logístico de Los Rastrojos.
Entrevistado por el diario colombiano El Tiempo, Cañizares explica que para poder pasar esa línea fronteriza, sí o sí se debe contar con el permiso de las bandas criminales que operan ahí, pues hay una disputa territorial entre las bandas paramilitares de «los Urabeños» y «los Rastrojos», «por el control de rutas del narcotráfico».
Pero esta no es la primera vez que Guaidó se ve vinculado a la delincuencia organizada. El primer escándalo en el que se vio inmerso llegó precisamente en Cúcuta, cuando miembros de su «equipo de confianza» fueron acusados por el robo de recursos enviados para Venezuela como supuesta «ayuda humanitaria», y además usaron parte de ese dinero para la compra, uso y abuso de drogas, contratación de prostitutas, compra de bienes para uso personal como apartamentos, gastos multimillonarios en discotecas y hoteles, entre otros delitos. Eso sin hablar del caso Citgo en Estados Unidos, donde mantienen secuestrados más de 30.000 millones de dólares con el apoyo de la administración Trump.
La tercera fotografía de Guaidó con otro narcoparamilitar
En medio del escándalo por las fotos con dos paramilitares y la negación de Guaidó de su apoyo y vínculos al asegurar que no los conocía y que ese día se fotografió con «muchas personas», este lunes -16 de septiembre- Cañizares publicó una tercera foto de Guaidó con otro paramilitar.
Este otro delincuente está identificado como Hernando Iván Posso, alias “Nandito”, y según Cañizares es actualmente buscado por otros integrantes del grupo paramilitar para asesinarlo y así asegurar que no confiese sobre lo acontecido el 22 de febrero en la frontera con Cúcuta.
En las dos primeras fotos de Guaidó sale en una junto a Albeiro Lobo Quintero, alias ‘Brother’ –señalado jefe financiero de la banda– y su lugarteniente (sicario – guardaespaldas); Jhon Jairo Durán Contreras, alias ‘el Menor’.
Las fotos se realizaron en medio del plan organizado por el Gobierno de Iván Duque junto con el equipo de Guaidó, con el apoyo de los Gobiernos de Estados Unidos, Chile y Paraguay.
De hecho, los Presidentes de estos dos últimos países, Sebastián Piñera y Mario Abdo Benítez, estuvieron presentes en el lugar, junto con el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, donde también aprovecharon para concretar negocios bajo el argumento de llevar una supuesta «ayuda humanitaria» para Venezuela.
El Tiempo intentó defender a Guaidó
La «Unidad Investigativa» del diario El Tiempo de Colombia publicó este domingo 15 de septiembre un amplio trabajo para explicar que el Gobierno de Colombia no tuvo nada que ver en el cruce fronterizo por trochas ilegales de Juan Guaidó, desde Venezuela hacia Colombia.
En el mismo trabajo, los periodistas que trabajaron en el artículo intentan justificar las fotografías que se hizo el miembro del grupo extremista Voluntad Popular con los dos criminales de amplio prontuario delictivo pertenecientes a «Los Rastrojos».
«La verdadera historia detrás de las fotos de Guaidó con dos Rastrojos», fue el título colocado por el referido medio colombiano perteneciente a la familia Santos, de abolengo colonial español, y que en varias ocasiones ha ocupado la Presidencia de Colombia, como han sido los casos de Eduardo Santos (1938-1942), fundador del medio; Juan Manuel Santos (2010-2014 y 2014-2018); y Francisco Santos Calderón, quien no llegó a la Presidencia pero fue Vicepresidente para el gobierno Álvaro Uribe Vélez entre 2002 y 2010, y hoy es embajador en Estados Unidos, desde el 6 de septiembre de 2018.
«El Tiempo investigó la historia detrás de las fotos y documentó que ese viernes una comitiva del Gobierno colombiano acordó esperar a Guaidó por el paso de Guaramito, dado que solo podía hacerse responsable de él apenas cruzara la frontera», describe el texto que busca aclarar que Duque no tuvo nada que ver con la incursión irregular de Guaidó a Colombia.
Sin embargo, el medio agrega que el Gobierno de Duque sí recibió a Guaidó «siguiendo protocolos oficiales –reservados para jefes de Estado–» e incluso movilizó tropas, un helicóptero y una camioneta blindada para el traslado del autoproclamado y sus acompañantes a Bogotá.
«Se trasladó hasta la zona a un grupo de soldados de la Guardia Presidencial, a miembros de la seguridad de Casa de Nariño y hasta un tapete rojo, para darle la bienvenida en una polvorienta cancha de fútbol. Además, se desplazó el helicóptero FAC0006 y una Toyota blindada de placas MPT 926 de Bogotá, para movilizar a sus acompañantes, entre ellos, su esposa, Fabiana Rosales», describe el medio de la familia Santos.
También destaca el artículo una cita de un comunicado de la Cancillería , el cual expone que “el Gobierno no participó en la logística del traslado del presidente Guaidó desde Caracas hasta la frontera con Colombia, ni tuvo ningún rol en su paso por los sitios conocidos como trochas, usados por él y su equipo”.
De hecho, para contrastar las fotos con los narcotraficantes, el medio colombiano mostró «de manera exclusiva» varias fotos «del recibimiento que militares colombianos le dieron a Guaidó una vez cruzó la frontera».
Precisamente, sobre el cruce de la frontera de Guaidó, el concejal cucuteño del Partido Conservador, Juan Felipe Corzo, le aseguró a El Tiempo que ese operativo lo coordinaron ellos, es decir el Gobierno, con el asistente directo de Guaidó, Roberto Marrero, actualmente detenido por la justicia venezolana. El operativo lo habrían coordinado «en tan solo 48 horas» y según Corzo «no hubo apoyo de grupos ilegales».
«Todo lo coordinamos con Marrero desde Cúcuta. Cuando Guaidó llegó a Aguas Claras fuimos a recibirlo la Policía, un grupo de seguridad de la Casa de Nariño y sectores de la oposición venezolana”, dijo Corzo.
Sin embargo, la investigación de El Tiempo que más que aclarar oscurece el asunto, pues utiliza «testimonios, videos y fotos inéditas» de lo que pasó «antes de que Guaidó pisara suelo colombiano».
El artículo explica que el cruce del miembro de Voluntad Popular fue en un tramo fronterizo donde fue trasladado «en una Toyota Hilux 4×4 de color azul» y luego «a pie».
Agrega el texto que la » Toyota Hilux 4×4″ es «al parecer» el mismo vehículo que «se ve en la foto» donde Guaidó sale con alias el ‘Brother’, quien llevaba una pistola de costado.
«Gente de la zona dijo que, incluso, hubo un toque de queda el día que pasó Guaidó”, puntualizó Cañizares, quien publicó las fotos, que sirvieron para que la justicia venezolana le abrió una investigación formal.
Ambos criminales están actualmente privados de libertad. El ‘Brother’ se entregó «el 18 de junio, en Guaramito, zona de frontera, a soldados de la Trigésima Brigada» y el ‘Menor’ fue capturado. Al parecer, hasta el momento, no han dicho nada de su foto con Guaidó, sin embargo, «fuentes cercanas al caso» dijeron a El Tiempo, «que uno de sus escoltas fue quien tomó y filtró las fotos».
Guaidó lo único que ha dicho al respecto es que ese día «nos tomamos fotos con muchísima gente y con mucho riesgo logramos pasar (…) Es difícil discriminar quién pide una foto”. Otro en desmentir la ayuda de «Los Rastrojos» a Guaidó fue Humberto Calderón Berti, su supuesto «embajador» en Bogotá, quien justificó que alias «Brother» llevaba una pistola «por la situación de frontera», pues, «en esos pasos irregulares conocidos como trochas, todo el mundo anda armado; extraño sería que no”.
Masacres, narcotráfico y decapitaciones
El Tiempo añadió en su trabajo que los dos sujetos que aparecen posando en fotos con Guaidó tienen como una de sus principales fuentes de ingresos la extorsión de comerciantes de Cúcuta. Además, estarían inmersos en varias masacres perpetradas en la frontera así como casos de varias decapitaciones.
«Albeiro Lobo Quintero, alias ‘Brother’, quien aparece con el brazo de Guaidó sobre su cuello, lleno de gruesas cadenas de oro, figuraba desde hacía meses en el cartel de los delincuentes más buscados por la Policía. Según fuentes de esa institución, era el presunto cabecilla financiero de ‘Los Rastrojos’, banda residual de la mafia del Norte del Valle que opera en la frontera con Venezuela».
“Se encargaba del manejo del dinero que cobraban a comerciantes de Cúcuta por extorsión, y recogía el producto de las vacunas a capos de la zona”, dijo una fuente local citada por el diario colombiano.
En la foto se ve al «Brother», con objetos colgados en su cintura, al lado de la 4×4 y de Guaidó, que lleva la misma vestimenta con la que horas después recibió los honores militares al otro lado de la frontera.
«Cuando atravesó el puente limítrofe corriendo, Guaidó perdió la gorra que se le ve en las fotos. Era tanto el afán, que no se devolvió a recogerla», narró a manera de anécdota uno de los presentes ese día.
Pero más allá de si Guaidó recibió o no apoyo de los grupos paramilitares, lo extraño del caso es que en plena zona fronteriza y con la presencia comprobada de estos delincuentes que pudieron hasta fotografiarse con el autoproclamado, cuándo y en qué momento el Ejército colombiano y los funcionarios del Gobierno de Duque comenzaron a resguardar a Guaidó.
Es decir, si Marrero se encargó de pasar a Guaidó de manera ilegal por una trocha con el apoyo de Los Rastrojos, cuando llegan a suelo colombiano, ¿por qué los narcoparamilitares no fueron detectados por la policía y el Ejército de Colombia? y ¿quién le entregó el testigo a la Guardia Presidencial de Duque para que realizaran la protección de Guaidó?.
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