Haití y la extorsión que le hizo Francia para condenarla a un futuro injusto

La historia de Haití, el pequeño país caribeño que se convirtió en la primera República libre de Latinoamérica, parece estar signada a un lucha constante contra la injusticia, la adversidad, la gobernabilidad y la injerencia extranjera

Haití y la extorsión que le hizo Francia para condenarla a un futuro injusto

Autor: Ronald Ángel

La historia de Haití, el pequeño país caribeño que se convirtió en la primera República libre de Latinoamérica, parece estar signada a un lucha constante contra la injusticia, la adversidad, la gobernabilidad y la injerencia extranjera.


Desde hace décadas, el país caribeño es el más pobre de América y uno de los menos desarrollados del mundo, pero semejante situación no la convirtió en titular de primera página durante esta semana, sino el lamentable asesinato de su presidente, Jovenel Moïse.

Haití tiene años inmersa en una crisis de gobernabilidad que es acompañada por indicadores alarmantes de pobreza, hambre y desigualdad, un conflicto humanitario de décadas que afecta a la gran mayoría de sus 11,3 millones de habitantes. Según datos del Banco Mundial, el 60 % de la población haitiana (6,3 millones) viven en pobreza y otro 24 % (2,5 millones) están en pobreza extrema.

Un hombre muestra un plato vacío como protesta en Puerto Príncipe, Haití, el 29 de marzo de 2014 Foto: Dieu Nalio Chery / AP

A la grave situación se suma el ciclo de fragilidad y violencia, la falta de institucionalidad, el descontento social y las protestas antigubernamentales. Los desastres naturales también han golpeado al país, con cuantiosas pérdidas humanas y de infraestructura, hechos que han originado ocupaciones de fuerzas militares extranjeras como los llamados «cascos azules» de la ONU que —por si fuera poco— añadieron la comisión de crímenes de lesa humanidad.

Pero antes que todo esto sucediera, hubo una serie de hechos que se remontan a la declaratoria de independencia (hace 217 años) y que hipotecaron el futuro del país.

Haití: de la independencia a la esclavitud económica

Marlene Daut, profesora de Estudios de la Diáspora Africana de la Universidad de Virginia, explica en un artículo publicado por The Conversation que al poco tiempo que la revolución haitiana logró independizarse del colonialismo francés, la nación europea esclavizó nuevamente a los caribeños a través de un método más sofisticado: la deuda económica.

«Lo que Francia hizo al pueblo haitiano tras la Revolución de Haití es un ejemplo particularmente notorio de robo colonial», señala Daut. La historiadora argumenta que en medio del debate que ha surgido por las reparaciones o compensaciones históricas para las comunidades afrodescendientes de EE.UU., tema que se avivó tras el asesinato de George Floyd, uno de los casos más graves que debería atenderse es el de la esclavitud vivida por Haití, incluso después de su independencia.

«Del mismo modo que el legado de la esclavitud en EE.UU. ha creado una gran disparidad económica entre estadounidenses negros y blancos, el impuesto para la libertad que Francia impuso a Haití (denominado en su momento ‘indemnización’), perjudicó gravemente la capacidad del nuevo país para poder prosperar», refiere la investigadora.

Policías mueven barricada tras el asesinato de Evelyne Sincère, el 5 de noviembre de 2020 Foto: Dieu Nalio Chery / AP

Daut resalta que aunque Haití declaró oficialmente su independencia en 1804, Francia se negó a aceptarla y siempre buscó la manera de volver a someterla. Los franceses, dice, se aprovecharon de la división interna que se generó en 1806, cuando Alexandre Pétion se fue a gobernar el sur del país y Henri Christophe el norte.

En 1814, el rey Luis XVIII envió tres comisionados a Haití para exigir a sus gobernantes que se rindieran. De acuerdo a Daut, del lado de Christophe se negaban a cualquier pacto con Francia y alegaban que cualquier tipo de indemnización hacia los antiguos colonos era inadmisible.

Por su parte, Pétion mostró interés en negociar con los europeos para que reconocieran la independencia. Propuso pagar 15 millones de francos, monto que dio EE.UU. a Napoléon por el estado de Luisiana, pero el rey Luis rechazó la oferta porque venía de «esclavos fugitivos». Petión falleció en 1818 y su sucesor, Jean-Pierre Boyer, continuó con la idea de negociar. Sin embargo, las conversaciones continuaron estancadas hasta 1820, cuando murió Christophe.

¿Cómo se produjo la extorsión?

Explica Daut que al morir Christophe, Boyer aprovechó para reunificar Haití y siguió con la idea de que Francia los reconociera libres. Los franceses se negaron. En 1824, Boyer envió dos comisarios a París para tratar de negociar con el nuevo rey, Carlos X, una indemnización a cambio del reconocimiento, pero nuevamente la propuesta fue rechazada.

Para 1825, el monarca francés cambió de opinión y emitió un decreto en el que Francia reconocería la independencia de Haití a cambio de un pago de 150 millones de francos. Dicha suma sería para «reparar» a los colonos franceses por la pérdida de ingresos en la isla, así como sus esclavos y bienes.

Haití
Miles de manifestantes en medio de una protesta en Puerto Príncipe, Haití, el 20 de octubre de 2019 Foto: Rebecca Blackwell / AP

La propuesta de Francia no era solo papel. Francia envió un escuadrón de 14 barcos de guerra, tipo bergantines, cargados con al menos 500 cañones bajo el mando del Barón de Mackau, quien tomó la costa de Puerto Príncipe, a mediados de 1825, con un mensaje claro: la posible restauración de la esclavitud.

«El rechazo de la ordenanza probablemente significaría la guerra. No se trataba de diplomacia, sino de extorsión. Con la posibilidad de un conflicto violento sobre sus cabezas, el 11 de julio de 1825, Boyer firmó el documento fatídico», comenta Daut.

La experta resalta que información de la época revela que Carlos X sabía que lo que había pedido a Haití era un exabrupto, pues representaba 10 veces más del presupuesto anual de la isla.

¿Un nuevo tratado para Haití o nueva extorsión?

Boyer tuvo que recurrir urgentemente a préstamos para cumplir con los pagos. Francia, además, le exigió que debía solicitar los créditos a bancos franceses que cobraban tasas de interés exorbitantes, lo que comprometió aún más las cuentas de la isla que llegó a ser la primera exportadora de azúcar del mundo.

Haití pidió un primer crédito por 30 millones de francos a la banca francesa para cumplir con el primer giro de la deuda. Los recursos se aprobaron, pero el banco se tomó 6 millones de francos por «comisiones» y los otros 24 millones pasaron a la tesorería francesa.

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Policía lanza lacrimógenas contra manifestantes que pedían la renuncia de Jovenel Moise, el 19 de noviembre de 2020 Foto: Andres Martinez Casares / Reuters

En una transacción, Haití quedó debiendo 6 millones a Francia por concepto de la primera cuota más los intereses del préstamo bancario. La isla entró en un espiral financiero sin fin. Además de la deuda con Francia, ahora se veía obligada a cumplir compromisos con la banca, una trampa que la llevó a endeudarse también con financiamientos de EE.UU. y Alemania.

La extorsión fue de tal magnitud, que el propio Carlos X propuso, en 1938, rebajar la deuda a 90 millones con un «Tratado de Amistad». El «acuerdo» se firmó tras otra expedición de 12 buques de guerra franceses que obligó a Haití a pedir más. El monto era cinco veces más que el presupuesto anual de Francia.

Consecuencias sufridas por los haitianos

Daut señala que el pueblo haitiano ha sido el más afectado por «las consecuencias del robo de Francia«.Desde el momento que Boyer firmó, se aplicaron impuestos severos a la población por le deuda. Además, el sistema de escolarización haitiano se estancó por la falta de dinero y se paralizaron obras de infraestructura importantes para la isla.

«La deuda de la independencia y el consiguiente drenaje del tesoro haitiano fueron directamente responsables, no sólo de la falta de financiación de la educación en Haití durante el siglo XX, sino también de la falta de atención sanitaria y la incapacidad del país para desarrollar una infraestructura pública», explica Daut.

La catedrática añade que por los intereses de todos los préstamos, los haitianos pagaron más del doble del valor de lo que reclamaron los colonos.

Haití tardó 122 años para pagar la deuda de independencia. Lo hizo en 1947, cuando transfirió el último débito por intereses a París.

«Teniendo en cuenta –sostiene Daut– que la indemnización pagada por Haití a Francia fue la primera y única vez que un pueblo esclavizado tuvo que compensar a quienes lo habían oprimido. Haití debería estar en el epicentro del movimiento mundial para exigir indemnizaciones«.

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