Un testigo estrella en la investigación de juicio político asestó un golpe devastador al presidente estadounidense Donald Trump, al testificar este miércoles sobre la existencia de un quid pro quo (expresión latina que significa «dar algo algo a cambio de algo») con Ucrania. En su declaración señaló tajantemente: «Seguimos las órdenes del Presidente».
Se trata de Gordon Sondland, el embajador estadounidense ante la Unión Europea, quien sorprendió a Washington con pruebas explosivas que hicieron un agujero en las defensas de la Casa Blanca, implicó a numerosos altos funcionarios y dejó al Mandatario en las puertas de una probable acusación, según reseñó The Washington Post.
Sondland declaró ante un comité del Congreso y en transmisión directa por televisión nacional. Relató cómo el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, intentó condicionar una reunión de la Oficina Oval con el nuevo presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, a cambio de investigaciones políticamente motivadas de los rivales de Trump, principalmente Joe Biden.
«Sé que los miembros de este comité con frecuencia han enmarcado estos problemas complicados en la forma de una simple pregunta: ¿hubo un quid pro quo? Como testifiqué anteriormente, con respecto a la convocatoria de la Casa Blanca, la respuesta es sí«, precisó Sondland, citado por el The Washington Post.
El embajador es un empresario hotelero y donante de Trump. Los medios lo habían calificado como el testigo que más alarmaba a los funcionarios de la Casa Blanca, temores que rápidamente demostraron estar bien fundados.
La polémica declaración
Afirmó que una reunión del Presidente ucraniano con Trump dependía de que Kiev anunciara investigaciones sobre Burisma, una compañía de gas vinculada al hijo del exvicepresidente Joe Biden, y una teoría de conspiración ampliamente desacreditada de que Ucrania plantó evidencia en un servidor del Partido Demócrata para mostrar que Rusia interfirió en las elecciones de 2016.
«Las solicitudes del señor Giuliani fueron un quid pro quo para organizar una visita a la Casa Blanca para el presidente Zelenskiy», dijo Sondland. “El señor Giuliani exigió que Ucrania haga una declaración pública anunciando las investigaciones sobre el servidor y sobre Burisma. El señor Giuliani estaba expresando los deseos del presidente Trump y sabíamos que estas investigaciones eran importantes para él».
Seguidamente, Sondland quiso aclarar nunca escuchó directamente de Trump que la asistencia de seguridad dependía de un anuncio de investigaciones, pero fue su «suposición personal». «Estaba muy claro para todos que había un vínculo», precisó.
La declaración de apertura de 19 páginas fue un potencial golpe mortal para la lucha de Trump contra la destitución, demoliendo los puntos de discusión de los republicanos de la Cámara y los medios conservadores. Sin embargo, el propio Presidente intentó minimizar su importancia, señalando que Sondland testificó sobre una conversación en la que Trump le había negado que hubiera un quid pro quo.
«Le dije al embajador en respuesta que no quería nada», dijo Trump a los periodistas, leyendo las notas garabateadas con un Sharpie en mayúsculas antes de abordar el helicóptero Marine One en la Casa Blanca. «No quiero nada. No quiero quid pro quo. Dígale a Zelenskiy, presidente Zelenskiy que haga lo correcto».
Una acusación contra Trump por parte de la Cámara baja, controlada por los demócratas, lo llevaría a un juicio político en el Senado, pero una mayoría republicana allí probablemente lo absolverá y lo mantendrá en el cargo, al menos, hasta el final de su mandato.
La evidencia de Sondland también plantea preguntas sobre el futuro de Giuliani, el ex alcalde de Nueva York, quien presionó fuertemente por las investigaciones en Ucrania a pesar de no tener un papel diplomático oficial. Giuliani, quien tiene intereses comerciales propios en Ucrania, se ha negado a declarar o entregar documentos para la investigación de juicio político a pesar de una citación.
“No queríamos trabajar con el señor Giuliani. En pocas palabras, jugamos la mano que nos repartieron. Así que seguimos las órdenes del Presidente», enfatizó Sondland.
El embajador con sede en Bruselas, quien no tiene experiencia previa en política exterior, defendió su propia conducta y dijo que actuó de buena fe. También dijo que siempre se opuso a la suspensión de la ayuda a Ucrania debido a la necesidad del país de luchar contra la agresión rusa.
«Todos estaban informados»
Asimismo, negó rotundamente su participación en «alguna diplomacia irregular o deshonesta» que se apartó de la política de la Casa Blanca, alegando que mantuvo informados a sus funcionarios del Departamento de Estado y del Consejo de Seguridad Nacional sobre sus actividades.
«Todos estaban informados», dijo Sondland en la audiencia. «No fue ningún secreto». Su referencia incluye al vicepresidente, Mike Pence; al secretario de Estado, Mike Pompeo; y al jefe de Gabinete interino Mick Mulvaney.
The Washington Post tuvo una respuesta rápida de la oficina de Pence. Marc Short, su jefe de gabinete, dijo: «El Vicepresidente nunca tuvo una conversación con Gordon Sondland sobre la investigación de Bidens, Burisma o la liberación condicional de ayuda financiera a Ucrania basada en investigaciones potenciales».
A su vez, Morgan Ortagus, portavoz del Departamento de Estado, negó que Sondland le dijera a Pompeo que creía que Trump estaba vinculando la ayuda de Ucrania a las investigaciones de opositores políticos.
Sondland también testificó sobre una llamada telefónica que tuvo con Trump desde un restaurante en Kiev. Testigos anteriores han señalado que escucharon a Trump preguntar: «¿Entonces se va a hacer la investigación?» Y Sondland respondió: «Lo va a hacer», porque Zelenskiy «hará todo lo que le pidas».
El miércoles, Sondland le dijo al comité: «Si bien no puedo recordar los detalles precisos, nuevamente, la Casa Blanca no me ha permitido ver ninguna lectura de esa llamada. La llamada del 26 de julio no me pareció significativa en ese momento».
A pesar del ataque, los republicanos se mantuvieron firmes en defensa de Trump. Devin Nunes, el principal republicano en el Comité de Inteligencia de la Cámara, descartó «supuestos bombardeos» en el testimonio de Sondland y repitió su queja de que los demócratas se niegan a llamar al hijo de Biden, Hunter, como testigo.
Sondland vs. Los Republicanos
En un momento tenso de su declaración, lejos de permitir que los republicanos le dieran la espalda y lo «arrojaran debajo de un autobús», Sondland señaló que estaba preparado, si era necesario, para empujar a todos a su alrededor al centro de la carretera.
En ese momento reafirmó que el vicepresidente Mike Pence, el abogado de Trump, Rudy Giuliani; el entonces asesor de Seguridad Nacional, John Bolton; y el principal ayudante de Bolton en Rusia, Tim Morrison; tenían conocimiento de la jugada del presidente. «Todos estaban informados», apuntó Sondland, dos veces.
En Bruselas fue que Sondland hizo gran parte de su conexión personal con el Presidente, y llegó a Kiev en primavera, dejando en claro a otros diplomáticos que estaba allí para hacer cumplir sus órdenes. En octubre, Trump señaló su continuo respaldo y en Twitter describió a su embajador como «un hombre realmente bueno y un gran estadounidense».
Pero, desde que Sondland decidió testificar, la memoria de Trump sobre él se ha desvanecido dramáticamente. «Apenas conozco al caballero», dijo a principios de noviembre, aunque su doble moral ya no debe sorprender a nadie.
«No lo conozco muy bien. No le he hablado mucho. Este no es un hombre que conozco bien. Sin embargo, parece un buen tipo», dijo Trump días atrás.
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