El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, mantiene su desconocimiento a la institucionalidad en Venezuela. En una entrevista concedida a la agencia EFE y varios medios latinoamericanos intentó desvincularse del boicot contras Caracas. En ella, señaló que fue la administración de Donald Trump la que saboteó el proceso de diálogo realizado en Noruega. A su juicio, todo fue por la «falta de flexibilidad» del expresidente estadounidense en el caso venezolano.
Borrell resaltó que el diálogo en Oslo no llegó a buen puerto «porque en ese momento faltó flexibilidad, en particular por parte de la administración (norte)americana». Aun hoy, considera que esa situación no ha cambiado y por ello no ve probable en corto tiempo una nueva negociacion entre el Gobierno de Nicolás Maduro y el sector más extremista de la oposición que encabeza Juan Guaidó. Eso, aunque este último no sea el que actualmente agrupe más apoyo y liderazgo dentro de ese sector político venezolano.
El representante de la UE dejo entrever que la oposición venezolana no tiene libertad de opinión. Para iniciar un nuevo diálogo, precisó, quieren tener «más claridad sobre la postura del gobierno de Joe Biden» en Estados Unidos.
En ese sentido, afirmó que no hay señales de que se vayan a abrir «a fecha fija» las negociaciones entre ambas partes. «La oposición está adaptándose a la nueva situación y todos están también esperando cuál será la actitud de la nueva administración (norte)americana. Eso será, sin duda, determinante”, dijo Borrell sobre la perspectiva de los próximos meses.
Asimismo, agregó que, por ahora, Noruega no considera que existen condiciones para relanzar otro proceso de negociación. «Habrá que esperar a que todo el mundo se resitúe», apuntó.
Borrell admite que no colabora
Además, Borrell también admitió que él tampoco ha convocado al Grupo de Contacto Internacional para Venezuela. Esta ‘alianza’ está integrada por varios Estados miembros de la UE y un conjunto de gobiernos latinoamericanos afines a Washingtonn.
«No los podemos estar convocando todas las semanas. Hay que esperar, tener más claridad y mejor conocimiento de cuáles son las posiciones de los distintos actores. Entre ellos se incluye la administración (norte)americana», manifestó.
Igualmente, Borrell reiteró que para la UE la solución a la situación política en Venezuela pasa por la negociación. Incluso, insistió en que para tener éxito se necesita «voluntad de acuerdo» y «cesiones» de todas las partes involucradas.
«Hasta ahora, desgraciadamente, todos los intentos de negociación han fracasado», enfatizó el representante de la UE en la entrevista.
Sobre Guaidó: «No podemos reconocerle»
Entre tanto, Borrell reiteró la decisión de los 27 Estados de no reconocer más a Guaidó como «presidente interino». No obstante, descartó que sea una concesión para facilitar la apertura de negociaciones, pues aclaró, a regañadientes, que se trata de una situación legal.
«Esto no es una concesión. Esto es una consideración de los Estados miembros de la Unión Europea en base al análisis jurídico de la situación creada después de las elecciones», admitió. Sin embargo, su declaración dista mucho de la antigua posición sobre la supuesta «legitimidad» de Guaidó y -más bien- da reconocimiento al nuevo Poder Legislativo venezolano.
Precisamente, Borrell recordó que la UE no reconoce a la Asamblea Nacional electa el pasado 6 diciembre en Venezuela. Esos comicios forman parte del mandato constitucional venezolano y a los cuales la UE pudo asistir como veedora. Lamentablemente, no quisieron participar argumentando que «no se celebraron como debían». Contradictoriamente, Borrell reconoce que la antigua Asamblea Nacional presidida por Guaidó ya terminó su periodo constitucional.
«Consideramos a Juan Guaidó como líder de la oposición venezolana, porque así lo ha querido la oposición venezolana. (…) Pero, no podemos reconocerle como otra cosa que dificultaría el planteamiento jurídico que los Estados miembros consideran», aseguró. Sin embargo, no aclaró a qué «oposición venezolana» se refirió: ¿la extremista o la democrática? Porque, en la realidad, un buen sector de la oposición venezolana no quiere -ni reconoce- a Guaidó como su «líder».
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