La presencia del fenómeno climático ‘La Niña’ en el continente americano ha provocado desastres naturales que en las últimas semanas han dejado decenas de fallecidos, heridos, desaparecidos y miles de damnificados en toda la región.
Lluvias abundantes, acompañadas de fuertes ráfagas de viento y tormentas eléctricas, generadas por depresiones tropicales, ciclones y huracanes, afectan al Caribe, al norte de Suramérica, Centroamérica y parte del territorio norteamericano.
Inundaciones, derrumbes y anegamientos han sido parte de la destrucción causada por la naturaleza en países como Venezuela, Colombia, Trinidad y Tobago, Cuba, Puerto Rico, Honduras, El Salvador, Guatemala, Panamá, México y EE.UU.
En estos países también se han registrado graves daños a la infraestructura pública y privada, con miles de viviendas destruidas, industrias afectadas, pérdidas de bienes particulares como autos, vehículos de transporte y camiones de carga pesada.
Las pérdidas materiales son multimillonarias e impactan a sectores como ganadería, agricultura, servicios de agua potable, telecomunicaciones, energía eléctrica, entre otros.
Pero ‘La Niña’ no es solo lluvia e inundaciones. En países de América como Argentina, Bolivia, sur de Brasil, Chile, Paraguay, Perú y Uruguay, o en el Cuerno de África, se manifiesta de otra manera: una intensa y alargada sequía que afecta la generación de energía hidroeléctrica, impacta contra los cultivos y la producción de alimentos, seca ríos, lagos y humedales, y produce olas de calor extremas e incendios forestales.
¿Qué es ‘La Niña’?
El evento ‘La Niña’, que forma parte del ciclo natural global del clima conocido como El Niño Oscilación del Sur (ENOS), aparece cuando los vientos alisios del Este intensifican la corriente de agua más fría de las profundidades del Océano Pacífico tropical oriental.
Esto provoca un enfriamiento masivo de la superficie del Océano Pacífico oriental y central cerca del Ecuador, que puede tener una duración variable, entre los 9 meses y 3 años, y genera cambios en la circulación atmosférica tropical, que se evidencia en el aumento de los vientos, la presión y las precipitaciones, alterando así el sistema climático global, afectando a múltiples regiones del mundo que experimentan cambios en los regímenes de precipitación y temperatura.
A ‘La Niña’ se le conoce por ese nombre porque provoca efectos contrarios al evento de ‘El Niño‘, que consiste en el calentamiento inusual de las aguas superficiales del Pacífico Ecuatorial y que cuando se activa produce sequías severas en las mismas regiones donde ‘La Niña’ genera inmensas precipitaciones.
Los eventos El Niño y La Niña, que son importantes condicionantes del sistema climático de la Tierra, forman parte de los fenómenos naturales recurrentes que causan variabilidad en el clima desde hace miles de años. Sin embargo, en años recientes, con el calentamiento global, ambos episodios han mostrado variaciones tanto en su frecuencia como en su intensidad.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) señala que ahora, «todos los fenómenos climáticos de origen natural» se producen en el contexto del cambio climático, lo que provoca «un aumento de las temperaturas mundiales, exacerba los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos, y altera la configuración de las temperaturas y las precipitaciones estacionales».
Un episodio inédito para este siglo
A finales de agosto pasado, la OMM informó que este 2022 ‘La Niña’ podría alcanzar el primer «episodio triple» de este siglo. ¿Eso qué significa? Que el fenómeno que se registra en la actualidad puede extenderse hasta finales de año, es decir, que su duración se ha mantenido durante tres inviernos consecutivos en el hemisferio norte o tres veranos para el hemisferio sur.
Entonces, el llamado «episodio triple» se da porque desde septiembre de 2020 las condiciones atmosféricas han permitido que ‘La Niña’ se mantenga activa en el Pacífico tropical, reforzada por «la intensificación de los vientos alisios registrada entre mediados de julio y mediados de agosto de 2022».
En su último boletín sobre ‘El Niño/La Niña’, la OMM indicó que la probabilidad de que el actual episodio de ‘La Niña’ continúe durante los próximos seis meses, es de 70 % hasta noviembre próximo. Sin embargo, el porcentaje baja hasta el 55 % para los meses de diciembre de 2022 y hasta febrero de 2023.
«Ello ha incidido en las pautas de temperatura y en la configuración de las precipitaciones y ha exacerbado la sequía y las inundaciones en distintas partes del mundo», agrega la OMM.
El secretario general de la OMM, Petteri Taalas, señaló en el informe de la OMM que este episodio de ‘La Niña’ «es excepcional» porque resulta difícil que el evento se mantenga durante tres años consecutivos. Además, el efecto de enfriamiento que causa, dijo, «está ralentizando de forma transitoria el aumento de las temperaturas mundiales, pero no detendrá ni invertirá la tendencia al calentamiento a largo plazo».
Por ejemplo, la estancia del fenómeno ha causado, en el Cuerno de África, la agudización de la sequía, lo que afectará a millones de personas. Lo mismo ocurre al sur de Suramérica. En paralelo, se intensificarán las fuertes precipitaciones ya observadas en India, Indonesia, Bangladés, entre otros países del sureste asiático y Australia, en el norte de Suramérica, Centroamérica y El Caribe.
Por ahora, la estancia de ‘La Niña’ también aumenta las probabilidades de que se generen tormentas y fuertes huracanes como Julia, que avanza hacia México tras causar daños en Suramérica y Centroamérica, así como Ian y Fiona, que semanas atrás dejaron devastación en Puerto Rico, Cuba y el sur de EE.UU., país que podría recibir a finales de año fuertes nevadas en la zona norte.
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