La presidencia de Pedro Castillo en Perú estuvo marcada por la inestabilidad, ya que nunca logró conformar un equipo de trabajo sólido, tuvo a más de 70 ministros, enfrentó permanentes amenazas de destitución y fue denunciado por presunta corrupción en seis investigaciones judiciales.
Desde que asumió, la oposición en el Congreso y los principales medios apostaron por el fracaso de su Gobierno, vaticinaron que no terminaría su mandato y promovieron en tres ocasiones la «vacancia por incapacidad moral», es decir, el mecanismo institucional que existe en Perú para deponer a los gobernantes, reseña RT.
A las presiones de la derecha se sumaron las de la izquierda, ya que los problemas internos de la alianza que lo llevó al poder culminaron en una serie de rupturas que lo debilitaron políticamente al dejarlo casi en soledad.
Además, tanto Castillo como sus familiares y sus ministros protagonizaron interminables escándalos y polémicas, ya fuera por declaraciones desafortunadas, o por denuncias que avanzaron hasta la detención de su cuñada y la fuga de sus sobrinos.
Sumido en una crisis de gobernabilidad, el presidente denunció que la oposición quería cometer un golpe de Estado y solicitó y obtuvo la intervención de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Una misión del organismo viajó al país y, luego de reuniones con líderes de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, convocó a una tregua y a que todos los actores políticos respetaran la democracia. La oposición ignoró el llamado y avanzó con la tercera «vacancia».
Pero antes de enfrentarla y tener que defenderse nuevamente ante el pleno, el presidente optó por disolver el Congreso, lo que lo dejó solo. Pese a ello, la moción de vacancia avanzó y finalmente fue destituido. La vicepresidenta, Dina Boluarte, asume ahora el cargo.
2021: Asunción de Castillo
28 de julio: Pedro Castillo asume como presidente de Perú. Después de un conflicto post-electoral, las autoridades confirman su triunfo con el 50,1 % de los votos, frente al 49,8 alcanzado por Keiko Fujimori. La polarización social y la debilidad institucional del mandatario son una constante. La oposición pide su renuncia desde el primer día.
29 de julio: Castillo presenta a su primer gabinete encabezado por el presidente del Consejo de Ministros, Guido Bellido, quien de inmediato recibe críticas por sus presuntos vínculos con la organización terrorista Sendero Luminoso, entre otras acusaciones.
17 de agosto: El canciller Héctor Béjar renuncia al cargo, a dos semanas de haber sido nombrado, luego de que saliera a la luz una entrevista en la que culpó a la Marina de haber incitado el terrorismo que padeció Perú en los años 80 y 90, lo que provocó críticas de congresistas y medios de oposición. Es la primera baja del gabinete.
27 de agosto: El Congreso otorga a Guido Bellido el voto de confianza después de semanas de incertidumbre y polémicas.
31 de agosto: El ministro del Trabajo, Iber Maraví, renuncia acosado por denuncias que lo vinculan con el terrorismo.
6 de octubre: Bellido renuncia por pedido del presidente. En sus 69 días al frente del gabinete estuvo rodeado de polémicas por una denuncia por supuesta «apología del terrorismo», además de sus peleas con otros ministros y congresistas. Incluso contradijo en algunas ocasiones al propio Castillo.
27 de octubre: La hija menor del presidente celebra su cumpleaños en el Palacio de Gobierno y en medio de las restricciones de la pandemia que impiden este tipo de eventos, lo que desata una controversia y una investigación judicial. Tres meses después el presidente dirá que se enteró del festejo a último momento, cuando escuchó «la bulla».
3 de noviembre: El ministro del Interior, Luis Barranzuela, renuncia ante el escándalo que provocó por organizar en su casa una fiesta que violaba las restricciones de la pandemia.
4 de noviembre: Mirtha Vásquez obtiene el voto de confianza en el Congreso como nueva presidenta del Consejo de Ministros.
24 de noviembre: El secretario general del Palacio de Gobierno, Bruno Pacheco, es obligado a renunciar después de una serie de escándalos por corrupción y por el supuesto ascenso irregular de militares.
28 de noviembre: El programa televisivo Cuarto Poder revela, a través de una serie de videos, que Castillo realiza reuniones clandestinas en su casa con funcionarios, empresarios y exministros. Una de las invitadas es Karelim López, una empresaria que ha logrado que firmas que representa obtengan concesiones del Estado. La oposición intensifica las denuncias de corrupción en contra del presidente. La justicia lo investiga por tráfico de influencias.
7 de diciembre: El Congreso rechaza con mayoría de votos el primer intento de vacancia (destitución) de Castillo, que fue promovido por la oposición de derecha por supuesta «incapacidad moral». La solicitud se desestima.
21 de diciembre: El Congreso aprueba una moción de censura al ministro de Educación, Carlos Gallardo, quien renuncia después del escándalo provocado por la venta de exámenes para obtener nombramientos docentes.
Inicio de 2022: La crisis se profundiza
24 de enero: Castillo ofrece su primera entrevista internacional a CNN. Provoca una fuerte controversia porque reconoce que no se formó para ser político, ni presidente; y también al anunciar que está dispuesto a someter a consulta popular la posibilidad de que Perú le otorgue a Bolivia acceso al mar. La oposición lo acusa de traición a la patria.
28 de enero: El ministro del Interior, Avelino Guillén, renuncia por sus desacuerdos con el Comandante General de la Policía, Javier Gallardo, a quien el presidente se niega a destituir.
31 de enero: Castillo anuncia la renovación total del gabinete.
1 de febrero: El presidente designa a Héctor Valer como nuevo presidente del Consejo de Ministros, pero ni siquiera llega a asumir. Cuatro días más tarde renuncia en medio del escándalo generado por las denuncias de que ha golpeado a su esposa y a su hija.
8 de febrero: Aníbal Torres se convierte en el cuarto presidente del Consejo de Ministros. Un mes más tarde, obtiene el voto de confianza del Congreso.
1 de marzo: El ministro de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva, renuncia en medio de denuncias de corrupción por presuntamente manipular las licitaciones de obra pública para favorecer a determinados empresarios.
14 de marzo: Ahora sí, el Congreso admite el segundo pedido de vacancia contra Castillo, quien dos semanas más tarde se presenta ante el pleno para defenderse durante cinco horas. El juicio de destitución no consigue los votos necesarios.
20 de marzo: Asume el nuevo ministro de Justicia y Derechos Humanos, Félix Inocente Chero Medina. Con él, Castillo ya acumula el récord de 50 ministros en menos de ocho meses.
28 de marzo: El Gremio Nacional de Transportistas y Conductores inicia un paro nacional e indefinido en protesta por el alza en el precio de los combustibles. En los días siguientes el país es un caos, hay bloqueos en las carreteras, saqueos, enfrentamientos y manifestaciones masivas.
31 de marzo: El Congreso censura al ministro de Salud, Hernán Condorí, quien se ve obligado a renunciar solo 45 días después de haber asumido. Lo acusan de mala gestión en la campaña de vacunación contra el coronavirus.
Toque de queda y polémicas
5 de abril: Castillo decreta un toque de queda que obtiene un repudio generalizado. Miles de personas se rebelan y salen a las calles a exigir la renuncia del presidente, quien horas más tarde deroga el estado de emergencia. La oposición mediática y partidaria da por hecho su salida anticipada del poder. En medio de la crisis política, algunas voces apuestan por el cierre del Congreso y por una Asamblea Constituyente. También acusan a «la derecha golpista» de querer derrocar a un gobierno democráticamente electo.
7 de abril: El presidente del Consejo de Ministros, Aníbal Torres, elogia a Adolf Hitller al considerar que «convirtió a Alemania en una potencia».
8 de abril: El Congreso aprueba una moción para pedirle a Castillo que renuncie.
18 de abril: Pedro Castillo provoca un nuevo escándalo al proponer la castración química para violadores de niños, adolescentes y mujeres tras el caso de la niña de tres años víctima de agresión sexual.
17 de mayo: La Policía peruana emite una alerta internacional para detener a un sobrino y a un exsecretario de Pedro Castillo por presuntos actos de corrupción.
30 de junio: Castillo presenta su «renuncia irrevocable» a la militancia del partido Perú Libre que lo llevó al poder.
26 de julio: Bruno Pacheco, exsecretario de Castillo, se entrega a la Justicia después de cuatro meses de haber estado prófugo.
3 de agosto: El presidente del Consejo de ministros, Aníbal Torres, renuncia, pero Castillo no acepta su decisión y lo mantiene en el gabinete.
4 de agosto: El Congreso de Perú no autoriza a Pedro Castillo a viajar a Colombia para la investidura de Gustavo Petro. Semanas más tarde tampoco le deja viajar al Vaticano.
10 de agosto: La Justicia de Perú autoriza la detención de Yenifer Paredes, cuñada de Castillo, por un presunto acto de corrupción. La Policía allana la residencia presidencial. El país vive un clima de máxima tensión. El presidente llama a defender la democracia. Finalmente, Paredes se entrega y queda en prisión preventiva.
11 de agosto: La Fiscalía de Perú abre la sexta investigación contra Castillo y le impide a la primera dama, Lilia Paredes, salir del país durante 36 meses. Crecen los rumores de que será detenida.
25 de agosto: Castillo rearma nuevamente su Gabinete. En 13 meses de Gobierno ya ha reemplazado a 68 funcionarios de primer nivel.
5 de septiembre: Castillo declara ante la Fiscalía y rechaza todas las acusaciones en su contra.
Últimos meses de Castillo: la tensión aumenta
11 de octubre: La Fiscalía presenta una denuncia constitucional contra Castillo, quien se convierte en el primer presidente de la historia de Perú en enfrentar esta acusación. Está acusado de organización criminal y tráfico de influencias.
Ese mismo día, la Policía Nacional y el Ministerio Público allanaron las oficinas y las casas particulares de un grupo de congresistas conocidos como «Los Niños» y de funcionarios, amigos y familiares de Castillo. Todos están denunciados en varias causas por presunta corrupción. La crisis política se agrava.
20 de octubre: La OEA acepta enviar una misión a Perú por pedido de Castillo, con el fin de promover el diálogo entre el Gobierno y la oposición. El 1 de diciembre, luego de visitar el país, el grupo de expertos propone «una tregua».
17 de noviembre: El Congreso le niega a Pedro Castillo el permiso para viajar a la Cumbre del Pacífico en México. Andrés Manuel López Obrador decide cancelar el encuentro.
22 de noviembre: El Tribunal Constitucional de Perú anula el proceso contra Pedro Castillo por «traición a la patria», una de las causas más graves que había en su contra.
25 de noviembre: El presidente del Consejo de Ministros de Perú, Aníbal Torres, presenta por tercera vez su carta de renuncia. Era uno de los pocos funcionarios que duró más tiempo en el cargo: nueve meses y 16 días.
2 de diciembre: El Congreso peruano aprueba iniciar, por tercera vez, un juicio político contra Castillo. El debate por la moción de vacancia se cita para el 7 de diciembre.
7 de diciembre: Horas antes de que se celebrase la moción de vacancia, el presidente anuncia de manera sorpresiva la disolución del Congreso. Finalmente, la cámara sigue adelante con la iniciativa y destituye al mandatario. Minutos después, es detenido bajo los presuntos delitos de «sedición, abuso de autoridad y grave perturbación de la tranquilidad pública». La vicepresidenta, Dina Boluarte, asume el cargo.
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