En la Cordillera de los Andes, específicamente en Perú, Colombia, Bolivia y Ecuador, se cultiva un tubérculo llamado mashua. También se conoce como mashwa, añu o isaño, y crece entre 2.600 y 4.100 metros sobre el nivel del mar.
La mashua es de sabor picante y se siembra en diciembre, enero y mayo. Le atribuyen propiedades curativas, como un efecto positivo inmediato para desinflamar la próstata, entre muchos otros padecimientos.
El corresponsal de Russia Today en Ecuador, Edgar Romero, realizó un reportaje sobre este tubérculo, calificado por las comunidades indígenas de los andes suramericanos como ancestral y mágico.
«Este tubérculo, nuestros ancestros lo tenían como medicina natural«, declaró la ecuatoriana María Cutiupala. Ella representa a la Asociación de Mujeres Indígenas ‘Mushuk Kawsay’, nombre en kichwa que en español significa ‘Nueva vida’.
Cutiupala añade que es «bueno para los varones para evitar cáncer de próstata» y otras enfermedades asociadas. Pero, también se asocia a beneficios en los riñones, el hígado, la piel y los huesos. Además, es efectivo para mantener las defensas altas y prevenir la anemia.
El uso de esta materia prima para hacer sus productos representa una «herencia de los ancestros». Adicionalmente, está muy ligado a su «identidad cultural», dice la representante de la asociación ‘Mushuk Kawsay’.
Valor curativo y nutricional de la Mashua
La Revista Peruana de Medicina Integrativa publicó que el extracto acuoso de la mashua —cuyo nombre científico es Tropaeolum tuberosum— tiene una actividad poderosa antioxidante.
De este tubérculo se han reconocido más de 100 variedades. De acuerdo con esa diversidad, se consume en sopas, guisos, frita, mezclada con otras verduras. Incluso, también se degusta como dulce, preparada en mermelada.
El tubérculo mide entre 5 y 15 centímetros, tiene forma cónica alargada, textura arenosa y un sabor acre y picante. Sin embargo, ese sabor desaparece con la cocción, tornándose, más bien, dulce. Se da de diversos colores, como negro, rojizo, blanco, amarillo, morado y gris, con algunas tonalidades oscuras en la piel.
«Posee un alto valor nutritivo, que combina proteínas, carbohidratos, fósforo, calcio y hierro. Además, posee una sustancia llamada antocianina, conocida como anticancerígena«, explica la representante de la asociación ‘Mushuk Kawsay’.
Sin embargo, en Ecuador, el consumo decayó significativamente y el tubérculo estaba cerca de desaparecer del mercado. «Nuestros hijos no han consumido la mashua, no estamos consumiendo con normalidad», enfatiza Cutiupala, en la entrevista con RT.
En las faldas del Chimborazo
El reportaje añade que la asociación de estas emprendedoras tiene 22 integrantes, con edades de 16 a 78 años. Está ubicada en el barrio Chaupi Zambrano, comunidad Calerita Santa Rosa, parroquia San Juan, cantón Riobamba, provincia del Chimborazo.
Ellas relatan que se asociaron con la finalidad de mejorar la calidad de vida de sus familias. Durante varios años exploraron varios tipos de emprendimientos que no daban los frutos requeridos. Pero, hace tres años decidieron rescatar la Mashua y darle un valor agregado para su comercialización.
Las mujeres están, específicamente, en las faldas del volcán Chimborazo, el punto más alejado del centro de la Tierra o el más cercano al Sol. Justamente allí es donde cultivan este tubérculo.
Cutiupala señala que la siembra se hace a escala. El propósito es no tener una saturación de la Mashua al momento de la cosecha y de procesarlo.
Con el tiempo, surgió la idea de hacer un yogurt. Aunque hubo ensayo y error en los primeros intentos, aprendieron a esterilizar los recipientes y encontraron un sabor que les agradó.
«El yogurt es 100 % orgánico, libre de conservantes y colorantes. No es empalagoso», describe Cutiupala. Además, se elabora con otra materia prima del lugar: la leche de vaca de San Juan. Su sabor dulce lo proporciona la misma mashua.
Al yogurt lo denominaron ‘Tandalla warmis’ (‘Mujeres juntas’) y lo tienen en cuatro presentaciones: un cuarto, medio, uno y dos litros.
El producto se comercializa, principalmente, en ferias y en tiendas. Además de Chimborazo, puede encontrarse en otras provincias como Imbabura, Pichincha, Azuay, Loja, Cañar y Bolívar.
Bebida y mermelada
Para Cutiupala, este yogurt «es especial», no únicamente porque les proporciona un beneficio económico, sino porque representa una «herencia de los ancestros» y está muy ligado a su «identidad cultural».
Con la buena acogida que tuvo el yogurt, decidieron sacar una bebida a partir de la Mashua. La idea surgió para atender solicitudes de personas intolerantes a la lactosa, que no podían consumir su producto principal.
También comenzaron a hacer mermelada y están en proceso de producir helados, precisó la representante de la asociación ‘Mushuk Kawsay’.
De acuerdo con Cutiupala, los compradores buscan sus productos principalmente por esos «beneficios medicinales» que puede otorgar, más que como un alimento.
Actualmente, poseen registro sanitario y pudieron adquirir una infraestructura propia para la asociación. Allí instalaron la planta para la elaboración de sus productos.
Ante el crecimiento de la demanda, además de usar la Mashua que ellas mismas cultivan, en ocasiones recurren a las parroquias cercanas a San Juan para comprar el tubérculo y las otras materias primas necesarias.
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