«Todos estaban muy alarmados», son las palabras de Natalia, enfermera de la Cruz Roja en Puebla, al recordar el temblor del 19 de septiembre de 2017, de 7.1 grados a las 13:14 horas en Axochiapan, Morelos.
En aquel año ella estudiaba enfermería en la referida institución, por lo que el movimiento telúrico lo vivió en su escuela, algo que «le marcó» para toda la vida.
El colegio no presentó graves afectaciones estructurales, pero los compañeros y profesores sintieron temor debido al «fuerte» sismo.
«Estaba en clases, teníamos prácticas, de repente empezamos a sentir que se movía todo, acabábamos de entrar del simulacro cuando nos agarró el temblor»
Natalia
A pesar del susto, ella y algunos compañeros, decidieron trasladarse al zócalo de la ciudad de Puebla para brindar apoyo a los «sobrevivientes» del temblor.
Mencionó que al llegar al zócalo, ya había muchas personas esperando ser atendidas por personal de la Cruz Roja por crisis de ansiedad y algunas lesiones.
«Todos estaban muy alarmados, la mayoría de la gente presentaban cuadros de ansiedad, pero también se nos acercaron algunas personas que presentaban lesiones»
Uno de los pacientes que más recuerda era dos niños de primaria a quienes se les cayó un pedazo de las bardas de su escuela.
«Los dos niños estaban muy mal, a uno se le abrió la cabeza, llegó sangrando, me dijo que él se golpeó con una de las bardas por tratar de evitar que se le cayera a su hermano menor»
Fotos: Agencia Enfoque