La Comisión Económica de las Naciones Unidas para África (Uneca) advirtió que “más de 300.000 africanos” podrían morir por la pandemia del coronavirus COVID- 19.
El nuevo coronavirus ya se ha extendido a 52 de los 54 países del continente africano. Hasta la fecha, acumula más de 18.000 casos y 1.000 muertes.
En la región, sólo dos países, dos superan los 2.500 contagiados, que son Sudáfrica y Egipto; les siguen Marruecos (2.283), Argelia (2.266), y Camerún (922).
Aunque este número podría considerarse bajo al compararse con los 1.200 millones de habitantes en África, expertos en salud advierten que el continente está semanas por detrás de Estados Unidos y Europa en la pandemia y que los contagios aumentarán exponencialmente.
La rápida extensión del coronavirus por los países africanos es considerada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una grave amenaza, no solo para el frágil sistema sanitario de esta región, sino para la misma subsistencia de gran parte de la población sometida ya a otras calamidades como la pobreza extrema y la dificultad de acceso a recursos básicos.
“Si en condiciones normales una acción urgente de ayuda en África ya sería exigible, en este contexto resulta inaplazable que la comunidad internacional colabore en evitar los estragos que causará la enfermedad”, alertó la OMS, que observó una alta velocidad en la expansión de la enfermedad dentro de las naciones africanas.
Esta advertencia concuerda con la del informe «COVID-19: Proteger vidas y economías africanas», elaborado por la Uneca, que señala que África es especialmente vulnerable porque el 56 % de su población urbana se concentra en barrios marginales o viviendas informales.
Sólo 34 % de los hogares africanos tienen acceso a instalaciones básicas para lavarse las manos, que es una de las principales medidas de prevención para la expansión del COVID-19, explicó la organización en un comunicado reseñado por la agencia EFE.
Según el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), en África Subsahariana el 63 % de la población de las zonas urbanas, unos 258 millones de personas, tambien carecen de acceso a instalaciones para lavarse las manos.
Efectos devastadores de la pandemia
Para los expertos, las carencias crónicas en los sistemas sanitarios de la mayoría de los países pueden multiplicar los efectos devastadores de la pandemia.
Una de las consecuencias más temidas es el aumento del hambre. En muchos países africanos los alimentos se han encarecido de forma prohibitiva mucho antes de que se extendiera el virus, y la paralización de las actividades económicas no hará más que incrementar su valor.
“Cuando llegue el periodo de carestía en verano las personas con necesidad de ayuda alimentaria serán muchas más que los 257 millones que reportó la FAO en 2019, cifra escalofriante, pero que inexplicablemente la comunidad internacional asume como algo normal año tras año”, indicó el diario El País.
Los organismos financieros internacionales auguran que, en su conjunto, la economía africana entrará en una mayor recesión con consecuencias brutales para los millones de habitantes que apenas subsisten en la actualidad
El informe de la Uneca planteó que, como consecuencia de la pandemia, se espera que el crecimiento económico de África “disminuya de 3,2 % a 1,8 % en el mejor de los casos, empujando a cerca de 27 millones de personas a la pobreza extrema«.
Por otra parte, se debe tener en cuenta también el impacto político. Las medidas que están adoptando muchos de los gobiernos, que han optado por cerrar centros educativos y prohibir las concentraciones de personas, podrían ser explotadas con fines más allá de los meramente sanitarios.
“En un año en que son varias las citas importantes con las urnas, ya que hay elecciones presidenciales en países como Burkina Faso, Guinea o República Centroafricana (RCA), existe el temor a que el coronavirus pueda ser la excusa perfecta para aplazar los comicios.
Igualmente, ofrece a las autoridades el argumento perfecto para impedir cualquier movimiento de protesta contra su gestión”, reseñó Europa Press.
COVID-19 obstaculiza lucha contra otras enfermedades
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió que la pandemia del COVID-19 en África obstaculiza la lucha contra otras enfermedades, prioritarias como la polio y la tuberculosis.
Tedros indicó ya se han suspendido las campañas de vacunación, mientras algunos programas de inmunización están en riesgo debido al cierre de las fronteras y las prohibiciones para viajar.
Además, recordó que ha habido cuatro nuevos casos de ébola en la República Democrática del Congo.
Otro punto a considerar es que la enfermedad también parece cebarse en las personas que presentan patologías previas. Según resalta la OMS, en la región hay casi 26 millones de personas con VIH, un colectivo muy vulnerable al coronavirus, y más de 58 millones de niños presentan desnutrición crónica.
Además, la situación en África podría agravarse por la falta de insumos y materiales médicos. De hecho, hay países del continente que no cuentan con respiradores artificiales, que son indispensables para el tratamiento de los pacientes en estado de gravedad.
El número total de camas en las Unidades de Cuidados Intensivos disponibles para luchar contra la COVID-19 en 43 países de África es inferior a 5.000 .
Asimismo, el Centro Africano de Control de Enfermedades (África CDC) advirtió que se necesitarán en los próximos meses 15 millones de test de detección de COVID-19 en esta región.
«Hacer test se ha convertido en un desafío«, por la falta de medios en el continente, admitió la directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti. Asimismo, aseveró que el continente no ha experimentado nunca una crisis de esta escala o magnitud.
«Los africanos no son ratas de laboratorio»
Varias voces han alertado del interés de algunas empresas farmacéuticas de realizar experimentos en África, en la búsqueda de una vacuna.
Días atrás, dos expertos médicos franceses sugirieron que se realizaran pruebas en africanos para determinar si una vacuna contra la tuberculosis sería efectiva contra el coronavirus.
“Si puedo ser provocativo, ¿no deberíamos estar haciendo este estudio en África, donde no hay máscaras, ni tratamientos, ni reanimación?”, dijo Jean-Paul Mira, el jefe de la unidad de cuidados intensivos del hospital Cochin en París , en un debate transmitido por el canal de televisión LCI.
“Tienes razón”, respondió Camille Locht, director de investigación del Instituto Nacional Francés de Investigación en Salud y Medicina luego agregar que “estamos en el proceso de pensar en un estudio paralelo en África”, haciendo alusión a los ensayos existentes en países de otros continentes.
La sugerencia de que los africanos podrían ser utilizados como conejillos de Indias fue objeto de duras críticas y ambos médicos fueron acusados de racismo.
El presidente del Partido Socialista de Francia, Olivier Faure, dejó claro que África no es el laboratorio de Europa. Los africanos no son ratas”.
El grupo antirracismo SOS Racisme presentó una queja al regulador de medios francés, diciendo que tales comentarios son de naturaleza colonial e inaceptables.
Solidaridad y fondos para África
Ante la grave situación de África, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó el apoyo del organismo a los pueblos y gobiernos de ese continente en la lucha contra el COVID-19.
Según Guterres, es momento de cooperación regional y multilateralismo, pues todos los esfuerzos deben dirigirse al enemigo común que representa el nuevo coronavirus, y a crear las condiciones para frenar la propagación del la enfermedad.
A su vez, la secretaria ejecutiva de Uneca, Vera Songwe, aseguró que las naciones africanas necesitan un estímulo económico de emergencia de 100.000 millones de dólares, que les permita adoptar medidas de prevención y apoyar a los frágiles sistemas de salud del continente.
En ese sentido, planteó que la mitad de los fondos podrían proceder de renunciar al pago de intereses a las instituciones multilaterales.
Igualmente, indicó que la falta de recursos y personal en el continente exige a las autoridades trabajar con rapidez para limitar la propagación del coronavirus.
«Covid-19 es uno de los mayores desafíos sanitarios a los que África se ha enfrentado en una generación», afirmó.
A su vez, la directora regional de la OMS para África, Matshidiso Moeti, declaró estar «preocupada porque el virus sigue expandiéndose» por el continente. «La pandemia de COVID-19 ahora ha alcanzado casi todos los rincones de África«, subrayó.
Sobre la decisión adoptada esta semana por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de suspender los fondos que su país aporta a la OMS, Moeti señaló que el «impacto potencial» de esa medida será «bastante significativo» en África.
«Esperamos que esta decisión sea reconsiderada», señaló, para luego agregar que 47 países africanos tienen un plan contra el coronavirus y requieren un presupuesto de unos 300 millones de dólares para los próximos seis meses.