Aunque Riad indicó que la paralización de las refinerías afectadas sería compensada con el uso de inventarios de crudo de la empresa y que las exportaciones continuarían, el mercado petrolero respondió con un disparo en el incremento del precio del barril
Los ataques con drones perpetrados este sábado contra la empresa Aramco de Arabia Saudita, la mayor petrolera del mundo, han originado que se disparare el precio del crudo y se incremente el conflicto de Estados Unidos con Irán.
La acción provocó gravísimos incendios en la refinería de Abqaiq, la principal planta del país, y en el campo petrolero de Khurais.
El ministro de energía saudí, el príncipe Abdulaziz bin Salman, indicó que la acción redujo la producción de la estatal en 5,7 millones de barriles por día, es decir, cerca de 50 % de la extracción actual. Esta cifra representa además el 5 % de los suministros globales de petróleo del mundo.
“Estas explosiones también han detenido la producción de gas asociado estimado en 2.000 millones de pies cúbicos por día, utilizada para producir 700.000 mil barriles de gas líquido, lo que reducirá el suministro de gas etano y gas natural en hasta un 50 %”, dijo el Ministro, citado por la agencia de noticias local SPA.
Aunque las fuerzas rebeldes hutíes de Yemen reivindicaron los bombardeos realizados con 10 drones sobre dos instalaciones vitales en Buqayq y Khurais, y prometieron intensificar sus ataques contra el reino saudí como respuesta a su política de agresión, tanto Riad como Washington han responsabilizado a Irán del siniestro, mientras que la nación persa niega tales acusaciones.
Petróleo por las nubes
Aunque el reino saudí indicó que la paralización de las refinerías afectadas sería compensada con el uso de inventarios de Aramco y que las exportaciones continuarían, el mercado petrolero respondió con un incremento en el precio del crudo.
La jornada de lunes abrió con un disparo del precio por encima del 20 %, una subida repentina que no se veía desde la Guerra del Golfo en 1991, luego se redujo a un 15 %, ubicando a la cotización del crudo en 69 dólares por barril, un monto que no se registraba por desde mayo.
Aunque no es un nivel demasiado elevado, ya que en octubre de 2018 se situaba por encima de 85 dólares, supone una ruptura a la tendencia de precios contenidos en el 2019, año que ha estado marcado por la ralentización económica que afecta a gran parte de las naciones.
El comportamiento del precio del crudo dependerá en gran medida de lo que tarde Arabia Saudita en volver a poner sus instalaciones a funcionar al 100 % de su capacidad.
La nación árabe produce 11 millones de barriles diarios de petróleo y cuenta con reservas e inventarios para paliar el problema a corto plazo, alrededor de 188 millones de barriles almacenados.
Una fuente del sector, citada por Reuters, afirmó que las exportaciones estarían garantizadas en las próximas semanas gracias, precisamente, a la reserva repartida entre el propio territorio saudí y depósitos en Japón, Holanda y Egipto.
La mayor parte de los 7 millones de barriles de crudo que exporta Arabia Saudita van a China, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos. Los cuatro países tienen importantes reservas estratégicas de petróleo, que pueden llenar el vacío temporal en el suministro de crudo.
Incluso, el presidente estadounidense Donald Trump autorizó la liberación de reservas de petróleo de su país para que, en caso de que fuese necesario, garantizar el suministro mundial.
Según los analistas de Danske Bank, «la compañía petrolera estatal, Saudi Aramco, puede reanudar una parte significativa del volumen de producción perdido en cuestión de días, pero puede necesitar semanas para volver a su capacidad total».
Si la recuperación llega pronto, los analistas calculan que los precios pueden estabilizarse en 70 dólares. Si la situación se alarga, advierten que el incremento puede darse en torno a los 90 dólares. Y si desemboca en un conflicto militar, pudiera llegar a los 100 dólares.
«Los precios saltarán tras este ataque (…) Si la interrupción en la producción saudita es prolongada, parece probable y sensato que los miembros de la Agencia Internacional de Energía (IEA, por su sigla en inglés) liberen crudo de su reserva estratégica», indicó Jason Bordoff, director del Centro sobre Políticas Globales de Energía de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, quien considera que el precio seguirá en aumento, incluso si el suministro de crudo se restablece.
«Abqaiq es probablemente la instalación más crucial en el mundo para el suministro de petróleo (…) Ha aumentado significativamente el riesgo de que una escalada regional de ojo por ojo empuje los precios del petróleo aún más«, ya que «cada parte se siente obligada a responder de alguna manera al incidente anterior», dijo el analista, citado por Actualidad RT.
Conflicto entre los hutíes y Arabia Saudí
Desde hace cuatro años, Arabia Saudí ha liderado una coalición de países en contra de los rebeldes hutíes en Yemen, desde que este grupo derrocara al presidente yemení Abdrabbuh Mansour Hadi en 2015.
Los hutíes son miembros de un grupo también conocido como Ansar Allah (Partidarios de Dios), que se adhiere a una rama del islam chiita conocida como zaidismo.
Los zaiditas conforman un tercio de la población y gobernaron Yemen del Norte bajo un sistema conocido como imamato por casi 1.000 años, hasta 1962, reseña BBC Mundo.
A lo largo del conflicto, la coalición liderada por Riad ha ejecutado bombardeos aéreos casi diarios en contra de las posiciones de los rebeldes, quienes, por su parte, han respondido con ataques que incluyen el uso de misiles hacia territorio saudí y en especial contra instalaciones petroleras y tanqueros en aguas del Golfo Pérsico.
En agosto, los hutíes lanzaron un ataque con drones contra el yacimiento de petróleo y gas en Shaybah, y la nación árabe respondió con ataques contra las posiciones de los hutíes al norte de Yemen.
“Prometemos al régimen saudí que nuestras operaciones futuras se expandirán más y serán más dolorosas que antes, mientras continúen las agresiones y el asedio”, aseveró el portavoz los hutíes, quien calificó el nuevo ataque con drones como una respuesta “legítima” tras cinco años de agresiones saudíes en el Yemen.
El diario norteamericano The New York Times planteó que el ataque con drones perpetrado por el grupo rebelde yemení ha puesto en jaque a Arabia Saudí, al ser incapaz de hacerles frente, a pesar de contar con las capacidades financieras, militares y de inteligencia necesarias para ello.
“Esto se ha convertido en un desafío al que los saudíes no pueden hacer frente, sin importar cuáles sean sus capacidades financieras, militares o de inteligencia”, señaló Farea al-Muslimi, cofundadora del Centro de Estudios Estratégicos de Saná, citada por el Times.
Además, el diario planteó que los hutíes demostraron “cuán barato se ha vuelto perpetrar tales ataques de alto nivel”.
Wim Zwijnenburg, investigador principal de drones en la ONG holandesa PAX, reseñó que las aeronaves no tripuladas utilizadas por las fuerzas yemeníes en el ataque podrían costar tan solo 15.000 dólares o menos, lo que contrasta con el poderío de Arabia Saudí, que en 2018 ocupó el tercer lugar en gastos en equipamientos militares, con una inversión de 67,6 millardos de dólares.
Sin embargo, el Gobierno de Estados Unidos ha responsabilizado a Irán, que apoya los hutíes en Yemen, de ayudar a la desestabilización de la región al financiar a este grupo rebelde.
Ataque contra Irán
Estados Unidos y Arabia Saudita señalan a Irán como responsable del bombardeo contra las instalaciones petroleras de Aramco. Ambos países rechazan la versión de los rebeldes yemeníes, que han reivindicado el ataque en solitario.
“¿Recuerdan cuando Irán derribó un dron, alegando que había sucedido en su espacio aéreo, pero de hecho no estaba ni cerca de él? Mantuvieron esa historia de forma tajante sabiendo que era una gran mentira”, recalcó este lunes Trump en su cuenta de Twitter, en referencia al ataque a un dron estadounidense registrado en junio.
“Ahora —continuó el mandatario en su mensaje— dicen que no tiene nada que ver con el ataque en Arabia Saudí. ¿Lo veremos?”.
En declaraciones a la prensa, el magnate señaló que Estados Unidos está «más preparado» para un conflicto que ningún país en la historia, e insistió en que Irán «parece detrás» de los bombardeos, pero luego será que informará de la conclusión definitiva.
“Teherán está detrás de casi el 100 % de los ataques contra Arabia Saudí, mientras Rouhani y Zarif llevan adelante falsas actividades de diplomacia”, dijo el secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo en Twitter, en referencia al presidente y al ministro de Relaciones Exteriores de la nación persa.
Riad ha evitado acusar directamente a Teherán. Sin embargo, todas las declaraciones de sus funcionarios apuntan a su máximo rival en la región de Oriente Medio.
“Las primeras investigaciones indican que las armas utilizadas eran iraníes (…) El ataque terrorista no se originó en Yemen como ha afirmado la milicia huthi”, declaró este lunes el coronel Turki al Malki, portavoz de la coalición árabe que, bajo la dirección saudí, combate a los rebeldes yemeníes.
Al Malki, un oficial de aviación saudí, también dijo que estaban trabajando para determinar el lugar desde el que salieron los drones y que harían pública la información en cuanto la tuvieran.
Sin embargo, aunque no hay pruebas concluyentes para demostrar la implicación de Irán, Washington filtró a la prensa imágenes satelitales del ataque con drones contra las instalaciones petroleras de Aramco.
De acuerdo con la fotografías publicadas por The New York Times, son al menos 17 los puntos de impacto en las refinerías de petróleo saudíes que supuestamente provienen del norte o del noroeste, es decir, de Irán o de Irak, y no de Yemen, donde los rebeldes se han responsabilizado del ataque.
Teherán, por su parte, negó su participación en el ataque y condenó las acusaciones de la Casa Blanca.
El portavoz del Ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Abás Musaví, afirmó que se trata de acusaciones “sin sentido” que buscan destruir la imagen de Irán para allanar el camino hacia futuras acciones.
“Los estadounidenses han seguido una política de máxima presión que, debido a su fracaso, parece tender a máximas mentiras”, indicó.
Musaví tildó de “acusaciones ciegas” las afirmaciones del jefe de la diplomacia estadounidense y sostuvo que carecen de “un mínimo de credibilidad”.
“Este tipo de medidas se parecen más a los planes de las agencias de inteligencia para destruir la imagen de un país (Irán) con el objetivo de allanar el camino para llevar a cabo algunas acciones en el futuro”, advirtió.
¿Guerra en puerta?
La tensión entre Teherán y Washington ha escalado desde que el gobierno de Donald Trump se retiró del acuerdo nuclear, suscrito en 2015 en Austria, y volvió a imponer sanciones a Irán, incluido a su sector petrolero.
Al verse afectado el reino saudí, su principal aliado comercial y militar en el Oriente Medio, Estados Unidos podría aumentar su política agresiva contra la nación persa.
A pesar de que Trump afirmó este lunes que no desea una guerra con Irán, indicó que su país está «mejor preparado» que Irán, ya que tiene «los mejores sistemas armamentísticos del mundo».
«No quiero guerra con nadie (…) Ciertamente nos gustaría evitarlo», dijo Trump en declaraciones a los periodistas en la Casa Blanca al ser preguntado sobre un posible conflicto bélico entre ambas naciones, para después repasar el actual arsenal militar estadounidense que cuenta- según él- con varios tipos de misiles, tanques y aviones.
«Estamos cargados y listos«, dijo el mandatario estadounidense en Twitter, a la espera de que Arabia Saudí señale quién es el culpable del ataque.
Asimismo, el príncipe heredero saudí, Mohamed Bin Salmán, afirmó que su reino estaba “preparado para hacer frente a la agresión terrorista”.
Si ambos países deciden aplicar un ataque militar contra Irán, la República islámica ha dejado claro que no se quedará de brazos cruzados.
El comandante de los Guardianes de la Revolución de Irán, Amir Ali Hayizadeh, advirtió que las bases militares y los barcos estadounidenses en el Golfo Pérsico están al alcance de los misiles iraníes.
«Además de las bases estadounidenses en la región, tenemos todas sus embarcaciones, incluidos buques de guerra, a una distancia de hasta 2.000 kilómetros al alcance del fuego de nuestros misiles», explicó.
Hayizadeh afirmó, además, que están «vigilando constantemente» las naves estadounidenses, según las declaraciones publicadas por la agencia Fars.
“En cualquier punto en el que estén, es suficiente que se prenda la chispa de la guerra para que ataquemos sus naves«, dijo y citó como posibles objetivos los buques de guerra estadounidenses en el mar de Omán y sus bases militares en Catar y Emiratos Árabes Unidos.
Por su parte, los rebeldes hutíes amenazaron con emprender nuevas operaciones contra las infraestructuras clave para la economía saudí, y advirtieron a las empresas y ciudadanos de terceros países que eviten las instalaciones petroleras del reino.
“Tenemos el brazo largo y este puede alcanzar cualquier lugar, en cualquier momento”, declaró el general Yahya Sari, portavoz militar de los rebeldes, al tiempo que pidió a Riad que “revise sus cálculos y ponga fin a la agresión y el bloqueo contra Yemen”.
Por el momento, lo que está claro es que el ataque a las refinerías de Aramco es apenas un adelanto del conflicto que se extenderá entre EE. UU. y Arabia Saudí contra Yemen e Irán, y que tendrá significativos impactos en el mercado petrolero internacional.