Desde el pasado 28 de diciembre se han registrado varios sismos en Puerto Rico. Sin embargo, este martes 7 de enero la isla sufrió el peor terremoto de su historia reciente, de magnitud 6,4 en la escala de Richter, con una profundidad de 10 kilómetros, al cual le siguió una réplica de magnitud 6,0. Así lo informó el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
La Red Sísmica de Puerto Rico advirtió que este es el peor sismo en sacudir la isla en más de 100 años. En octubre de 1918, ocurrió el «terremoto de San Fermín», el más mortífero en el país, con una magnitud de 7,3 y que provocó un tsunami y dejó 116 muertos.
Hasta el momento, como consecuencia del sismo de 6,4 se registró un muerto, así como decenas de viviendas derrumbadas y un apagón que dejó sin electricidad a toda la nación caribeña, que aún no se recupera de los estragos del huracán María que azotó sus costas en 2017.
La víctima, un hombre de 73 años, murió al recibir el impacto de una de sus paredes mientras dormía en Ponce, la principal ciudad del sur de la isla.
El temblor despertó de forma literal cerca de las 04:30 de la madrugada (hora local) a los puertorriqueños, que especialmente en el área suroeste sufrieron un sismo con una fuerza desconocida para la gran mayoría de la población.
Aunque los edificios temblaron en la geografía de todo el territorio caribeño, fue el suroeste el que se llevó la peor parte, con cientos de viviendas, infraestructuras y vías destrozadas.
Luego del fuerte sismo, la isla quedó inmediatamente a oscuras al colapsar el sistema eléctrico, que tiene en el área sur las principales centrales de generación.
Aunque en un principio el director ejecutivo de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE), José Ortiz, indicó que el servicio se recuperaría mayoritariamente al mediodía, luego informó que debido a los daños ocasionados en las plantas generadoras el sistema no se recuperará hasta, probablemente, dentro varios días.
Asimismo, al menos 300.000 personas se vieron afectadas por las interrupciones en el suministro de agua, mientras otras 350.000 se quedaron sin casa.
Estado de emergencia
La gobernadora de Puerto Rico, Wanda Vázquez, declaró «estado de emergencia» a causa del terremoto y la situación creada por la actividad sísmica que se registra desde finales de diciembre, y que ha ocasionado graves daños en la isla.
«Acabo de firmar una declaración de estado de emergencia y la hemos firmado para todo Puerto Rico», anunció Vázquez en una conferencia de prensa.
“Estamos hablando de una situación a la que Puerto Rico nunca había estado expuesta en los últimos 102 años y estamos hablando también de algo que no podemos predecir», subrayó.
El estado de emergencia comprende a todo el territorio y busca dar respuesta a las personas damnificadas y atender los daños causados a las infraestructuras.
Vázquez dispuso de 130 millones de dólares para atender a los afectados y activó a la Guardia Nacional, un cuerpo estadounidense de civiles con entrenamiento militar que responde a desastres naturales o problemas de orden público.
También se constituyó un grupo de trabajo integrado por el Negociado de Emergencias y Administración de Desastres (NMEAD), el Gobierno y los municipios que se vieron afectados.
1.800 movimientos telúricos
Desde el 28 de diciembre, Puerto Rico ha sufrido más de 1.800 movimientos telúricos, a causa de una «secuencia sísmica».
Este fenómeno consiste en un evento sísmico principal, precedido o seguido de una serie de réplicas de menor magnitud. Estos sismos principales a veces pueden estar precedidos de sismos de menor intensidad, llamados «precursores».
Así, el temblor de magnitud 6,4 que se registró el martes pudo haber sido el sismo principal y los que se han sentido desde el 28 de diciembre fueron posiblemente sus precursores.
Incluso, este temblor se produjo apenas un día después de que un sismo de magnitud de 5,8 se sintiera en gran parte de la isla, incluyendo la capital, San Juan
Una de las explicaciones a este fenómeno es que “Puerto Rico está rodeado de características geológicas que son favorables para que ocurran eventos sísmicos«, tal y como explicó a BBC Alberto López Venegas, investigador de la Red Sísmica de la nación caribeña.
La isla está ubicada dentro de una zona sísmica en la que dos placas tectónicas mayores interactúan entre sí. En el norte se encuentra la placa norteamericana y por el sur la placa del Caribe.
«La isla está sujeta a las presiones de estas dos placas», explicó en rueda de prensa Víctor Huérfano, director interino de la Red Sísmica de Puerto Rico.
Una de las zonas de mayor inestabilidad sísmica en el continente americano se halla, de hecho, al norte de la isla, la llamada Fosa o Trinchera de Puerto Rico, el punto más profundo del océano Atlántico, que es precisamente donde chocan las dos placas.
No obstante, el suroeste de la isla también tiene la particularidad de producir sismos cerca de la superficie, lo que los expertos llaman «eventos llanos», por lo cual se sienten más fuerte y causan mayor terror en la población.
Sin embargo, los científicos no pueden descartar que pronto pueda ocurrir un sismo de mayor magnitud. «No sabemos exactamente cuándo va a parar esto”, advirtió el profesor Alberto López Venega.
Para el científico, no es usual que en menos de dos semanas se hayan registrado 1.800 sismos. «Estamos viendo una activación que probablemente no volvamos a ver en los próximos 500 o 1.000 años», dijo.
Los expertos señalan que aunque con la tecnología actual es imposible predecir un terremoto, mediante la observación de la actividad sísmica sí es posible pronosticar que durante los próximos días sigan ocurriendo estos movimientos.
«La placas siguen ahí, las fallas siguen ahí, el movimiento sigue ahí, la acumulación de energía seguirá ahí, y nosotros seguiremos investigando qué es lo que está ocurriendo», planteó Víctor Huérfano.
«La única cosa predecible sobre los sismos es que son impredecibles. Esa es la base de la ciencia moderna sobre estos fenómenos», agregó Elizabeth Vanacore, investigadora la Red Sísmica de Puerto Rico (RSPR).
«Lo que yo espero es que el del martes (6,4) sea el mayor de la secuencia, que será seguida por una secuencia de otros sismos menores hasta que desaparezcan», dijo.
El temor de Puerto Rico
Lo más terrible de la situación que atraviesa Puerto Rico es que ni la isla ni sus habitantes han podido recuperarse de los estragos ocasionados por el huracán María.
A mediados de septiembre de 2017, María golpeó la isla y la oscuridad se apoderó del país durante 11 meses.
Muchos recuerdan que fue poco lo que hizo la administración estadounidense para ayudar a la población del estado asociado a Washington a superar el desastre.
El presidente Donald Trump fue claro desde el principio. Cuando visitó la isla, trece días después del paso del huracán, les comunicó: «Odio decirles esto, pero hemos gastado mucho dinero en Puerto Rico».
Sin embargo, la mayor ofensa llegó cuando, antes de finalizar un encuentro con damnificados, les lanzó unos pocos rollos de papel como si estuviese jugando baloncesto.
Durante los 11 meses en que la isla estuvo en penumbra, más de 3,4 millones de puertorriqueños padecieron también, bajo la mirada indiferente de Estados Unidos, la falta de agua potable, de atención médica y ruptura de las telecomunicaciones.
Pese a las las fotos, videos y cifras que mostraban la magnitud de la catástrofe, el inquilino de la Casa Blanca no dio signos de preocupación y aseguró que su administración dio una respuesta «fantástica».
«Hemos puesto miles y miles de millones de dólares en Puerto Rico y fue muy difícil. Creo que la mayoría de la gente allí realmente aprecia lo que hemos hecho», llegó a decir.
Por si fuera poco, Trump optó por no reconocer el número de muertos que dejó María. Según las investigaciones, alrededor de 3.000 personas perdieron la vida, pero el Mandatario republicano indicó que esa cifra había sido inventada por los demócratas para dejarlo mal parado.
«No murieron 3.000 personas en los dos huracanes que golpearon Puerto Rico. Cuando dejé la isla, después de que la tormenta había pasado, había entre seis y 18 muertos (…) Luego, mucho tiempo después, comenzaron a informar de números realmente grandes, como 3.000. Esto fue hecho por los demócratas para hacerme ver tan mal como fuera posible cuando logré juntar miles de millones de dólares para ayudar en la reconstrucción de Puerto Rico», escribió en un mensaje publicado en su cuenta en Twitter.
En noviembre pasado, el portal Axios aseguró que Trump dijo que no quiere asignar más fondos de ayuda para Puerto Rico y que, incluso, tenía la intención de recobrar fondos que ya se habían asignado, información que hasta el momento no ha sido desmentida por Washington.
Por tal motivo, el pueblo puertorriqueño teme que la respuesta del Gobierno norteamericano sea una vez más ignorar la crisis que atraviesa la isla.
En manos de Trump
Por el momento, la Casa Blanca indicó que Trump está al tanto de los hechos recientes, que las agencias federales continuarán «monitoreando los efectos» de los sismos, y que el administrador de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), Pete Gaynor, ha estado en contacto con la gobernadora y su equipo.
Pese a esas declaraciones, Trump no se ha expresado sobre el sismo, ya que está avocado al conflicto que generó contra Irán, como consecuencia del asesinato del general persa Qasem Soleimani.
Sin embargo, el Mandatario tendrá la última palabra tras la declaración de emergencia emitida por la gobernadora Wanda Vázquez .
La comisionada residente de Puerto Rico, Jenniffer González, se unió a los senadores de Florida Marco Rubio y Rick Scott para que Trump se digne a apoyar la solicitud de ayuda federal.
De aprobarse la solicitud, se activarían recursos federales para los ciudadanos norteamericanos en Puerto Rico.
“Le pedimos que dirija a las diferentes agencias de la rama ejecutiva, incluida la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias, el Departamento de Transporte, la Administración Federal de Carreteras, Departamento de Vivienda y el Cuerpo de Ingenieros y todos los demás con jurisdicción y capacidades para proporcionar rápidamente el apoyo necesario”, destacó González en la misiva dirigida al mandatario estadounidense, citada por Telemundo.
En el documento, explicó que las municipalidades afectadas “no tienen los recursos necesarios para manejar la situación solos y las agencias locales están sujetas a sus límites por su condición fiscal y el esfuerzo continuo de recuperación”.
Asimismo, los principales líderes demócratas del Congreso exhortaron a Trump a actuar con premura y brindar asistencia federal con urgencia a Puerto Rico luego de los terremotos de esta semana, y la lenta e ineficiente respuesta federal tras el huracán María.
“La administración Trump debe responder a esta tragedia con urgencia y compasión, y conceder rápidamente la solicitud de una declaración de emergencia para que la asistencia de emergencia pueda llegar rápidamente a los afectados por los terremotos de esta semana”, indicó la titular de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Al final, la pregunta es si el Mandatario accederá a brindarle ayuda al pueblo de Puerto Rico, o si les lanzará papel higiénico otra vez.