¿Qué gana y qué pierde Puebla al sumarse al IMSS-Bienestar?

Están en juego la administración del presupuesto de salud y el control de la compra de medicamentos y equipo

¿Qué gana y qué pierde Puebla al sumarse al IMSS-Bienestar?

Autor: Héctor Llorame Zepeda

El gobierno de Sergio Salomón Céspedes Peregrina analiza que Puebla adopte el sistema IMSS-Bienestar, que el difunto exgobernador Luis Miguel Barbosa Huerta rechazaba porque implica la federalización del servicio de salud con lo que el estado perdería más de lo que podría ganar.

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Con dicho programa el estado cedería al gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador la rectoría del sistema de salud estatal, la administración del presupuesto destinado a este rubro, la gestión de la infraestructura médica y el control de la compra de medicamentos y equipo.

El secretario de Salud de Puebla, José Antonio Martínez García, sostuvo en enero que los servicios de salud del estado “están fuertes y seguirán más fuertes que nunca”, mientras que el IMSS atraviesa por una “crisis” que genera quejas diarias de sus hospitales, como el de La Margarita, así que advirtió que sería inviable adherirse al sistema federal.

Sin embargo, unas semanas después, el gobernador y el director General del Instituto Nacional del Seguro Social (IMSS), Zoé Robledo Aburto, instalaron una mesa de trabajo para comenzar el análisis de la federalización, aunque luego en solitario Céspedes Peregrina propuso un sistema híbrido.

Renunciar a recursos federales y aportar fondos al programa federalizado

El IMSS Bienestar es el órgano público descentralizado que se encargará del nuevo sistema, en conjunto con el Instituto Nacional para el Bienestar (Insabi), de acuerdo con el decreto del Programa Estratégico de Salud para el Bienestar, publicado el 7 de septiembre del 2022 en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

La intención es que para el año 2024 se proporcione el servicio de salud gratuito a 65.6 millones de personas que habitan en diferentes estados del país y carecen de seguridad social, para que sean atendidos por igual en hospitales estatales o del IMSS.

Para esto se busca que el IMSS asuma la gestión de la infraestructura hospitalaria y el personal médico que ya existe en los estados, con autorización de los gobernadores, mediante la firma de un convenio.

Con la adhesión al programa, los gobiernos estatales deberán aportar recursos para su financiamiento, ya sea renunciando a los recursos federales que actualmente reciben para el rubro de salud, o entregando un monto de recursos propios.

“La Ley de Ingresos de la Federación faculta al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) a celebrar acuerdos de coordinación con las entidades federativas sobre el proceso de federalización de los servicios de atención a la salud. En estos acuerdos se establecerán los montos que los gobiernos de las entidades federativas transferirán al IMSS, para su aplicación en el IMSS-Bienestar, con cargo a recursos propios o de libre disposición; o bien, a los recursos del fondo de aportaciones a los que se refiere el artículo 25, fracción II, de la Ley de Coordinación Fiscal”

Indicó el decreto en su numeral 3

También detalla que la transferencia de los servicios de salud se realiza mediante un diagnóstico en cada entidad federativa, con el fin de identificar la situación de su sistema; se analizan los recursos humanos de personal médico, de enfermería y administrativo; los recursos financieros y materiales; los servicios generales, de construcción y conservación, así como la situación jurídica de los inmuebles.

Además, se llevan a cabo mesas de trabajo con el personal encargado del sistema de salud estatal, donde se intercambia información, se resuelven dudas, se elabora la calendarización y los cronogramas de trabajo y se ejecuta la entrega de la infraestructura, finanzas, área médica y conservación.

Tras cederse los derechos, las autoridades estatales funcionarán como supervisoras del servicio, vigilarán el buen uso de las instalaciones y equipos, serán respondientes del servicio y del personal, pero la toma de decisiones será facultad del órgano descentralizado IMSS-Bienestar.

Antes de IMSS Bienestar fue Prospera, Oportunidades y Progresa

El IMSS-Bienestar, como programa social, existe desde hace 44 años, tiene presencia en 19 estados del país y ha tenido diferentes nombres por la alternancia de gobiernos, entre ellos: Prospera (de 2012 a 2018); Oportunidades (2000-2012) y Progresa (1994-2000).

Con su arribo a la presidencia de la República en 2018, López Obrador anunció la creación del IMSS-Bienestar como sistema de salud universal, con la premisa de que la descentralización ha precarizado el servicio, impidiendo el derecho humano a la salud.

El decreto del 7 de septiembre argumenta que: “el proceso de desincorporación de los servicios de salud federales hacia los estados siguió una lógica neoliberal de construcción institucional, la cual fragmentó en 32 entidades federativas la responsabilidad de la organización y gestión de los servicios de salud dirigidos a la población sin seguridad social; acentuando la fragmentación del sistema de salud, que ya se encontraba dividido entre derechohabientes y personas sin acceso a las instituciones de seguridad social. Lo anterior derivó en una mayor desarticulación de las capacidades de atención a la salud del sector público, dificultando el progreso hacia la erradicación de las asimetrías sociales y la cohesión social”.

Por ello, se explica que el IMSS-Bienestar, como órgano descentralizado, tendrá la rectoría del nuevo sistema de salud, mientras que el Insabi se encargaría de la planeación de la adquisición de medicamentos, vacunas, material de curación, de laboratorio y otros insumos; la construcción de obras nuevas de infraestructura y su dotación con los equipos básicos; la elaboración y ejecución de planes de conservación, mantenimiento y reparación de establecimientos de salud; así como apoyo y colaboración en el reclutamiento de personal de la salud.

¿Qué gana Puebla con el IMSS-Bienestar?

La incorporación al nuevo sistema facilitaría el acceso a la salud a la gente que trabaja en la informalidad o carece de seguridad social, ya que anteriormente sólo podían ser beneficiadas las personas en alguna situación de vulnerabilidad.

Luego de 44 años como programa social, el IMSS-Bienestar sumaba 1 millón 261 mil 217 personas afiliadas en Puebla al corte de marzo de 2022, es decir, aproximadamente una sexta parte de la población total del estado.

Aún así, la entidad poblana ocupa el tercer lugar nacional en personas afiliadas, sólo por debajo de Oaxaca y Chiapas, que concluyeron el año pasado con 1 millón 262 mil 316 y 2 millones 92 mil 221 beneficiarios, respectivamente.

En total, el programa contaba con 11 millones 678 mil 723 derechohabientes esparcidos en los 19 estados donde tenía presencia hasta marzo del año pasado, de acuerdo con el padrón de beneficiarios publicado en el portal de internet del IMSS.

El pasado 17 de enero, en conferencia de prensa con el presidente López Obrador, Robledo Aburto señaló que, ya como sistema de salud, con la adhesión de los estados, el IMSS-Bienestar podría atender a las 65.6 millones de personas que carecen de seguridad social en todo el país, según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El director del IMSS detalló que nueve estados ya firmaron los convenios para ceder a la federación sus sistemas de salud locales, y entre todos suman 11 millones de personas sin seguridad social, que se agregarían a los 10.1 millones que ya estaban afiliadas al programa, dando un total 21.7 millones de beneficiarios, el 33.3 por ciento de la meta.

Explicó que para la mitad de 2023 se planea aumentar a 40.3 millones de afiliados (61 por ciento de la meta), mediante la adhesión de otras 12 entidades, y reveló que había pláticas con los gobiernos de Puebla y Aguascalientes.

¿Por qué el rechazo al IMSS-Bienestar?

Siete estados ya anunciaron que no cederán sus sistemas de salud al IMSS-Bienestar: Chihuahua, Durango, Guanajuato, Jalisco, Nuevo León, Querétaro y Yucatán. Puebla era parte de la lista, con la negativa del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta antes de morir en diciembre del año pasado.

En su comparecencia anual ante el Congreso del estado el 21 de enero, cuatro días después de que Robledo Aburto anunció pláticas con el gobierno poblano, el secretario de salud estatal, José Antonio Martínez García, rechazó tajantemente la federalización del sistema de salud.

Ante los legisladores, reiteró la postura del difunto exmandatario, quien sostenía que el sistema estatal es fuerte y opera muy bien, mientras que el IMSS carece de personal e instalaciones suficientes para brindar un buen servicio.

La contundente postura del secretario de salud estatal fue la siguiente:

“El IMSS en Puebla, tanto su régimen ordinario, como su sistema rural de atención a población abierta, denominado IMSS-Bienestar, está pasando por una verdadera crisis; no podemos tapar el sol con un dedo. Todos ustedes tienen quejas del hospital La Margarita. ¿Qué pasó? Que todo el sistema falla después de la desaparición – bueno, del temblor del 2019- y pues sí, la desaparición de nuestro querido hospital San Alejandro. Yo soy también hijo del IMSS, ahí me formé y siempre lo he querido mucho. A ellos siempre me he referido como mi institución hermana, mi familia, pero aquí en Puebla no hay condiciones para que el IMSS adopte el sistema o la federalización de los servicios”

Y agregó: “ya hicimos estudios, y somos – me refiero a los servicios de salud del estado-con creces, mucho más eficientes que el IMSS en sus dos modalidades. Con base en eso y revisando el modelo de atención, ya lo estamos revisando las partes técnicas, y lo que vemos son muchísimo más dudas. Y si lo aplicamos a la atención médica, disminución en la calidad de la atención, tenemos ya todo un estudio, que con mucho gusto supe que el día de ayer subieron a un punto de acuerdo para este tema, y tenemos los dos comparativos. Voy a poner un ejemplo: en unidades médicas el IMSS tiene 333, los servicios de salud 755, más todas las casas de salud, que son más de mil 500. Entre todos hacemos un engranaje para dar atención de primer nivel. El IMSS no lo hace. Hay muchas situaciones donde (puedo decir) que no conviene ese tipo de modelos. Por lo menos ahorita, si este modelo o esta federalización la hubieran presentado hace diez años, la respuesta hubiera sido: claro que sí, desde ahorita. Pero los servicios de salud están fuertes y van a seguir más fuertes que nunca”.

Analizan IMSS-Bienestar en Puebla

Diez días después, el 31 de enero, Martínez García acompañó a Céspedes Peregrina y Robledo Aburto en la instalación de la “Mesa de análisis sobre federalización de los servicios de salud”, en la cual el gobernador se dijo abierto a la posibilidad de adherirse, contrario a la postura que mantuvo Barbosa Huerta.

El acto protocolario fue privado y sólo se dio a conocer a través de un boletín de prensa, igual que el recorrido que se realizó para supervisar las obras de reconstrucción del hospital del IMSS San Alejandro, demolido tras el sismo del 19 de septiembre de 2019.

El 13 de febrero Céspedes Peregrina refirió que la mesa de análisis no tenía fecha de conclusión, ya que se plantearán dudas, se buscarán coincidencias y se harán propuestas, pero anticipó su intención de impulsar un modelo híbrido, en el que los hospitales estatales puedan ser utilizados por el IMSS, sin relegar al gobierno local.

Ilustración: Iván Rojas

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