El Gobierno de Estados Unidos sufrió un revés en su guerra contra el gigante tecnológico Huawei, cuando esta semana Reino Unido y la Unión Europea (UE) decidieron no vetar a la empresa china en el desarrollo de sus redes 5G, lo que puede enturbiar las relaciones de Washington con Londres y Bruselas.
La red 5G es la próxima generación de banda ancha móvil que reemplazará la conexión 4G, aportará velocidades de carga y descargas mucho más rápidas.
Sin embargo, la administración de Donald Trump viene presionando desde hace tiempo a varios países para que excluyan al gigante chino, al que califica como “no confiable” para ser uno de los proveedores de la tecnología del futuro.
Las autoridades estadounidenses consideran que Huawei es inseguro porque el Gobierno chino pudiera obligar a la compañía a incluir en su tecnología puertas de acceso a la información que estarían abiertas para Beijing.
Específicamente, han alertado sobre sus presuntos “vínculos” con el Partido Comunista de China y sus posibles conexiones con el Ejército de la nación asiática.
Trump ha prohibido a las compañías estadounidenses compartir tecnología con Huawei y además ha presionado a otras naciones para que sigan sus pasos.
Por su parte, la empresa china niega las acusaciones y argumenta que Washington quiere frenar su crecimiento, porque ninguna compañía estadounidense es capaz de ofrecer la misma tecnología a un precio competitivo.
De hecho, la administración Trump no ha hecho públicas ningún tipo de pruebas que acompañen a sus acusaciones de espionaje y creación puertas traseras a disposición del Gobierno chino. Adicionalmente, varios países de la UE han abierto investigaciones sin encontrar motivos para tomar medidas o vetar a Huawei, y así lo han comunicado públicamente.
Hasta el momento, solo Australia y Japón han decidió seguir el ejemplo de EE. UU. y vetar a Huawei y otras empresas chinas en sus desarrollos 5G.
La UE no veta a Huawei
La Enisa (Agencia de la Unión Europea para la Ciberseguridad) publicó su informe sobre el sistema 5G, en el que estableció una serie de medidas específicas que recomienda a todos los Estados miembros.
El documento señala que la tecnología 5G traerá una “mayor exposición a los ataques e incrementará los posibles puntos de entrada para los atacantes”. En consecuencia, pide “aplicar restricciones relevantes para los proveedores considerados de alto riesgo, incluidas las exclusiones necesarias para mitigar estos riesgos”.
Los países de la UE están llamados a vigilar que cada uno de sus operadores “disponga de varios proveedores” para “evitar la dependencia de cara a empresas consideradas de alto riesgo”.
Sin embargo, Bruselas no incluyó la medida reclamada por Washington de vetar a la compañía asiática, al no considerarla un proveedor de alto riesgo.
“No hay ninguna discriminación. Es importante que todo el mundo tenga las reglas claras y que sepa que puede hacer negocios en Europa, pero de forma justa”, afirmó el Comisario de Mercado Interior de la UE, Thierry Breton.
En un comunicado, Huawei afirmó haber acogido “positivamente la decisión de Europa que permite a la compañía el despliegue de 5G” en este continente.
No obstante, la Enisa tampoco dio vía libre a las compañías chinas en Europa, al pedir a los socios de la UE un control muy estricto y una diversificación de sus proveedores.
“Aceptamos a todo el mundo, pero tenemos reglas”, recordó el comisario Breton.
“Estamos equipando a los países y a sus proveedores de telecomunicaciones con las herramientas para construir una infraestructura europea con los más altos estándares de seguridad, para que todos podamos beneficiarnos de las ventajas de la tecnología 5G», subrayó el francés.
La tecnología 5G no solo tiene que ver con la velocidad con la que los usuarios podrán descargar una foto o un video, sino que facilitará el desarrollo de las ciudades inteligentes y abarcará ámbitos como salud, transporte y negocios.
La Unión Europea estima que para 2025 la nueva red moverá 225.000 millones de euros en todo el mundo.
De no contar con tecnología 5G, los europeos podrían quedarse atrás en materia tecnológica y comercial, ya que hasta el momento no han desarrollado la capacidad para expandir las redes por sus propios medios.
Reino Unido se rebela ante Trump
El Gobierno del primer ministro Boris Johnson decidió que, a pesar de las amenazas y los intentos de chantaje, adoptará un enfoque similar al de la Unión Europea para el despliegue de la red 5G de Huawei.
El Consejo de Seguridad Nacional consideró a Huawei un proveedor de alto riesgo, pero en lugar de prohibir a la empresa trabajar en el desarrollo de la nueva red, pidió a las compañías británicas “usar Huawei de forma limitada para que podamos gestionar el riesgo colectivamente”.
De este modo, la empresa china tendrá acceso al mercado británico y podrá suministrar la tecnología necesaria, pero solo para las partes periféricas y no sensibles de la red 5G y otras redes de alta velocidad.
También limitará la participación de Huawei y otros proveedores considerados de “alto riesgo” en el 35 % de las partes no sensibles de la red de Gran Bretaña.
Boris Johnson, quien presidió la reunión del Consejo, había advertido principios mes que existían pocas alternativas a Huawei, dado que tiene una ventaja tecnológica sobre sus dos principales competidores, Nokia y Ericsson.
Además, indicó que si se excluyera al grupo chino sería necesario eliminar sus estaciones existentes en la infraestructura 4G, algo que incrementaría el costo del servicio para los usuarios, además de retrasar el paso a la 5G.
Por su parte, los servicios de seguridad británicos aseguraron repetidamente que es posible trabajar con el fabricante chino sin comprometer la seguridad.
Victor Zhang, vicepresidente de Huawei, calificó de “tranquilizadora la confirmación del Gobierno del Reino Unido de permitirnos continuar trabajando con nuestros clientes”.
Agregó que esta decisión “tendrá como resultado una infraestructura de telecomunicaciones más avanzada, más segura y con mayor eficiencia de costes para el futuro”.
Algunos observadores de la industria consideran que la resolución beneficiará el desarrollo de los servicios de datos móviles de próxima generación.
«Creo que es una decisión pragmática que brinda estabilidad y continuidad en el ecosistema 5G«, comentó Stephane Teral, ejecutivo del proveedor de información global IHS Markit.
«Huawei ha estado invirtiendo en Reino Unido y en otros países de Europa, incluidos Francia, Alemania, Italia y Polonia, desde el comienzo de este siglo. Una prohibición hubiera sido desastrosa«, subrayó, citado por BBC Mundo.
¿Acuerdo comercial en peligro?
Con la decisión de no bloquear a Huawei, la administración de Boris Johnson corre el riesgo de enojar a Trump justo cuando Reino Unido espera fortalecer sus lazos bilaterales luego de concretar su salida de la UE y llegar a un acuerdo de libre comercio con Washington.
El propio Johnson habló al respecto por teléfono esta semana con Trump, quien “amenazó con limitar el intercambio de inteligencia con Londres en caso de que Huawei gane espacio Reino Unido”, según reportó Página 12.
Según fuentes vinculadas con la Casa Blanca, el Mandatario «está decepcionado» con la decisión tomada por Londres de permitir que el gigante tecnológico chino juegue un papel en las nuevas redes 5G.
«Estados Unidos está decepcionado por la decisión de Reino Unido. No hay opción segura para que proveedores no confiables controlen cualquier parte de una red 5G», dijo un representante del Gobierno a AFP.
Incluso, Washington no cesa su presión y exhortó a Reino Unido a revisar la medida.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, visitó Londres para evaluar temas de binacionales, entre los que figuran la relación de la nación europea con Huawei.
Pompeo señaló a los reporteros que EE. UU. quiere estar seguro de que su información solo pase a través de redes confiables, lo que confirma las amenazas de limitar el intercambio de inteligencia con Londres en caso de que Huawei gane espacio en Reino Unido.
«Nuestra opinión es que deberíamos tener sistemas occidentales con reglas occidentales y la información estadounidense sólo debería pasar a través de una red de confianza. Nos aseguraremos de hacerlo», destacó.
El tema Huawei se sumará a la lista de desacuerdos que ambos países deberán limar para negociar un ambicioso acuerdo de libre comercio posterior al Brexit, que constituye una prioridad, tanto para Trump como para Johnson.
Entre las otras manzanas de la discordia que enfrenta a Londres y Washington destaca el proyecto británico de imponer un impuesto a los gigantes digitales estadounidenses. Así como la negativa de EE. UU. a extraditar a Anne Sacoolas, la esposa de un diplomático implicada en un accidente de tráfico que mató a un joven británico en Inglaterra.
Las diferencias sobre el acuerdo nuclear con Irán, que abandonó Trump, y la denuncia de un fiscal estadounidense de que el príncipe Andrés, hijo de la reina Isabel II, no coopera con una investigación que lleva a cabo el FBI sobre el difunto empresario Jeffrey Epstein, relacionada con un caso de pederastia, contribuyen a la tensión.
Grietas con la UE
En el caso de la Unión Europea, las grietas en la malograda relación con Trump podrían incrementarse.
Los principales operadores de telecomunicaciones de Europa y la mayoría de los clientes de Huawei, han presionado a Bruselas en contra de una prohibición total de la empresa china.
“Se espera que la UE publique un acuerdo de todo el bloque para abordar los riesgos en las redes, pero no se espera que imponga prohibiciones a empresas individuales”, indicó BBC.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha sido una de las principales defensoras de Huawei y ha advertido que no se debe dejar fuera del mercado al gigante chino en el desarrollo de la tecnología 5G.
El plan de Estados Unidos
Mientras ve como sus principales aliados le dan la espalda y no ceden a sus presiones para vetar a Huawei y detener el avance de la red 5G, el Gobierno de Estados Unidos evalúa estrategias para no quedarse atrás en la carrera tecnológica.
Según la cadena CNBC, un grupo de senadores, tanto republicanos como demócratas, propone crear un fondo de 1.250 millones de dólares para subvencionar a las principales competencias occidentales de Huawei en el terreno 5G, que incluiría a empresas como Nokia y Ericsson.
Sin embargo, este plan ha sido criticado ya que el gigante chino ya está años luz adelantado en el desarrollo de la nueva red.