Los sicariatos, asesinatos selectivos y masacres en Colombia no se detienen en 2021. Las víctimas siguen siendo líderes sociales, ex guerrilleros, políticos, indígenas y campesinos. En la primera semana del año, suman seis las víctimas de este tipo de crímenes de lesa humanidad. Entre ellos destacan dos excombatientes de las FARC, una mujer, dos docentes y un adolescente indígena.
Según reportes de la Policía, el asesinato más reciente lo sufrió un excombatiente de las FARC, Duván Arled Galíndez Nadia. Su asesinato se produjo el sábado 2 de enero en Cartagena del Chairá, departamento de Caquetá, al sur de Colombia.
El comandante de la Policía de Caquetá, coronel Franklin Cruz, afirmó que Galíndez Nadia figura en el listado de personas reincorporadas de las extintas FARC. «Fue atacado por un hombre armado tras salir de un establecimiento público del barrio Antioquia de Cartagena del Chairá».
«La víctima fue trasladada al centro hospitalario del municipio, donde posteriormente falleció por la gravedad que revestían las heridas«, agregó. Ante lo ocurrido, la Policía y la Fiscalía realizan «todas las acciones necesarias para esclarecer este hecho. El objetivo es dar lo más pronto posible con los responsables y dejarlos a disposición de la justicia».
La senadora Victoria Sandino, del partido Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), denunció en Twitter el crimen. «Segundo asesinato en lo que va de 2021. ¡Exigimos la implementación integral del Acuerdo de Paz!», escribió la congresista.
El primer sicariato fue contra dos mujeres
El caso de Galíndez se suma al denunciado el pasado viernes 1 de enero por el representante a la Cámara Omar Restrepo. Según el funcionario, Yolanda Zabala fue la primera excombatiente de las FARC asesinada en 2021, víctima de los sicariatos.
El crimen fue perpetrado por desconocidos -según la policía- en el municipio de Briceño, departamento de Antioquia (noroeste). En el suceso resultó también asesinada la hermana de la exguerrillera, Reina Zabala Mazo.
Con estos crímenes, suman 251 los exguerrilleros asesinados en sicariatos desde la firma del acuerdo de paz, en noviembre de 2016. El número se incrementó desde que el actual jefe de Estado, Iván Duque, decidió romper el pacto.
En julio pasado, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) ordenó a varias instituciones, entre ellas la Fiscalía y la Consejería Presidencial para la Estabilización y la Consolidación, tomar medidas de protección en favor de los exmiembros de las FARC.
Dos docentes y un adolescente indígena
La Policía también informó del asesinato del docente Diego Betancourt Higuera. Su cuerpo se encontró el viernes 1 de enero en la vereda (aldea) Paloma, que hace parte de Yopal. Esto queda en la capital departamental del Casanare, al este de Colombia.
«Estaba desaparecido desde la mañana del 31, pues iba a recoger a unos amigos para ir a una finca, pero no lo hizo. Alrededor del mediodía, su familia empezó la búsqueda y lo encontraron tras saltar la tapia de la escuela, en la parte de afuera de donde dormía«. Así lo informó el comandante de la Policía de Casanare, coronel José Rafael Miranda.
El oficial agregó que «no se trató de un tema de hurto». La víctima tenía las llaves para abrir las diferentes zonas del colegio, dinero y su vehículo estaba en el lugar de los hechos. «Pensamos que puede ser más un tema de convivencia», precisó el comandante de la Policía de Casanare.
Un días después, las autoridades informaron del asesinato de otro profesor y de un adolescente. Este crimen ocurrió durante la celebración del año nuevo en un resguardo indígena del departamento del Meta (centro).
«La Policía Nacional lamenta los hechos que llevaron a la muerte del señor Gerardo León, de 68 años, y del adolescente Esneider Amaya León, de 16 años«, dijo la institución en un comunicado. Alegan que presuntamente el hecho se presentó «por actos de intolerancia y de ingesta de licor». No obstante, este motivo fue utilizado por el uribismo para tapar sus ejecuciones extrajudiciales.
Colombia vio correr un río de sangre por las masacres perpetradas durante todo el 2020. Estos hechos violentos hacen recordar las épocas más convulsas de la guerra: el régimen de Álvaro Uribe (2002-2010). El expresidente dejó a Colombia plagada de fosas comunes.
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