¿Quién es Susana Raffalli, una de las 100 mujeres ‘más influyentes’ según la BBC?

La venezolana Susana Raffalli fue reconocida este lunes por la BBC como «una de las 100 mujeres más influyentes e inspiradoras del 2020»

¿Quién es Susana Raffalli, una de las 100 mujeres ‘más influyentes’ según la BBC?

Autor: Ronald Ángel

La venezolana Susana Raffalli fue reconocida este lunes por la BBC como «una de las 100 mujeres más influyentes e inspiradoras del 2020». En el mismo listado también aparece la gobernadora de Bogotá, Claudia López. Esta funcionaria recientemente asumió una postura xenófoba contra los migrantes venezolanos en Colombia, al calificarlos de criminales.


Segúnla agencia británica, Raffalli estáincluida en su lista anual por su aporte en el área de ‘conocimiento’. La BBC destaca la labor de personas que brindan aportes valiosos en cuatro áreas: identidad, creatividad, liderazgo y conocimiento.

“En 2020, Raffalli trabajó en el mantenimiento de los servicios alimentarios para ciudadanos de bajos ingresos. También con mujeres que padecen VIH y en cárceles para jóvenes durante la pandemia. Con el Movimiento Scaling Up Nutrition, aconsejó sobre cómo incorporar la nutrición a la corriente principal durante las respuestas nacionales a la pandemia en América Central”.

«Susana es una trabajadora humanitaria que lleva 22 años ayudando en emergencias en el mundo. Ayudó a Cáritas de Venezuela a establecer una herramienta que mostraba, en tiempo real, el impacto de la crisis humanitaria en la niñez en un momento en que la crisis se estaba negando en Venezuela”, describe BBC.

También destacan que Raffalli fundó una red de centros que brindan apoyo nutricional a niños en barrios populares de Caracas.

Raffalli
Susana Raffalli trabajando para Caritas

¿De dónde viene Raffalli?

Susana Raffalli Arismendi tiene su perfil en el portal de referencias Wikipedia. Aunque este medio carece de seriedad y confiabilidad en sus contenidos, ayuda a conocer a grosso modo sobre un tema. Raffalli nació en Caracas, es nutricionista y con el pasar de los años se interesó por los derechos humanos. En ese mismo orden, se convirtió en una activista política muy vinculada a los intereses de Estados Unidos contra Venezuela.

En su juventud, se graduó como nutricionista en la Universidad Central de Venezuela. Luego cursó el posgrado de especialización en Nutrición Clínica del Centro Médico de Caracas. En esa última etapa fue alumna de la doctora Josefa Vivas, cita Wikipedia.

«Susana confió a la doctora Josefa su intención de especializarse en el manejo de niños con ‘errores innatos del metabolismo’. Su mentora le recomendó estudiar en el mejor centro especializado en esa área: el Hospital Johns Hopkins de Baltimore, Estados Unidos. Allí pudo cursar un internado docente en nutrición y gastroenterología pediátrica», añade el portal.

Raffalli logró estudiar finalmente en Estados Unidos. Esto, tras recibir «un crédito educativo que reintegró con la ayuda de la Fundación Eliodoro González, los fabricantes de Ponche Crema. Esta empresa cubrió sus gastos durante un año, 1993».

Añade que «una compañera venezolana que estudiaba malaria le recomendó la maestría en Nutrición Internacional de la Escuela de Salud Pública de John Hopkins. A pesar de no tener recursos para inscribirse, asistió y finalizó el programa en calidad de oyente para todas las asignaturas».

Raffalli mutó de nutricionista a política

Los estudios de Raffalli siempre están vinculados hacia situaciones en países considerados «enemigos» de Washington o con intereses económicos de la Casa Blanca. Esto no es de extrañar considerando su postura sobre la actual Venezuela.

«En las primeras clases debatieron sobre Biafra, un estado que se independizó de Nigeria durante tres años y era un caso emblemático de hambruna en África. Discutieron sobre una epidemia de ceguera en Cuba durante el Período especial, que podría tener causas nutricionales. También estudiaron las razones políticas de las hambrunas en China durante la época de Mao Zedong; y en la Unión Soviética de Joseph Stalin», explica su biografía.

Susana está vinculada a «la lucha» de la extrema derecha venezolana. Es una de las voces utilizadas por los grandes medios que ejecutan la campaña de desprestigio contra su país. «Raffalli decidió abandonar la nutrición clínica para dedicarse a la pública dos meses después de arrancar el curso«.

https://twitter.com/latablablog/status/1322213182694457344?s=20

«En Baltimore se conformó un equipo de nutricionistas guatemaltecos del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP). Se trata de uno de los laboratorios de investigación de hambre y nutrición más importante de América Latina. Raffalli decidió irse a Guatemala para hacer la maestría y formarse en políticas públicas de nutrición. Para ello recibió apoyo financiero de la Fundación Andrés Mata, del diario El Universal», agrega el texto biográfico.

Su profesión como nutricionista, al poco tiempo, mutó hacia estudios de «economía política» que la llevaron a estar vinculada a «planes de varios países latinoamericanos», para viajar, incluso, por Centroamérica «para conocer proyectos comunitarios de gestión alimentaria».

«Al volver a Venezuela para realizar su tesis de grado, propuso un arreglo tipo economato comunal para facilitar el acceso alimentario en Catuche, un barrio en Caracas que creció sin planificación ni servicios públicos, en una montaña junto a una quebrada», dice Wikipedia.

Así, Raffalli, habría completado todo un «ciclo de estudios de postgrado, especializándose en seguridad alimentaria a nivel poblacional y en gestión de emergencias humanitarias en los programas del Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Guatemala (INCAP), en la Universidad Complutense de Madrid y con el Comité Permanente Interagencial para Asuntos Humanitarios (IASC).

El trabajo de Raffalli coincide con las acciones sediciosas de la extrema derecha

Trabajos vinculados a guerras gringas

Raffalli, añade la biografía mencionada, también trabajó en el programa de «Acción Contra el Hambre y en la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)». Con ellos laboró en Angola, Afganistán, Pakistán, Sahara Occidental y Colombia.

«Después de 20 años en el circuito de ayuda humanitaria, Oxfam la nombró coordinadora regional para el Sureste Asiático de su programa de seguridad alimentaria en emergencias; trabajó en Filipinas, Vietnam, Camboya, Tailandia, Indonesia y Birmania, donde escribió uno de los pocos programas de la agencia sobre seguridad alimentaria, derechos humanos y gobernanza», añade el texto.

En Birmania, una zona utilizada por las tropas invasoras estadounidenses para aumentar la producción de heroína y gestionar acciones intervencionistas contra China por agentes relacionados al Instituto Albert Einstein (AEI) coordinado por Gene Sharp, creador del manual para derrocar gobiernos a través de la creación de Estados paralelos y la promoción de las llamadas «revoluciones de colores», con sus versiones en Serbia y Venezuela, de las «manos blancas», de donde proviene el grupo extremista Voluntad Popular, y entre ellos Juan Guaidó, Freddy Guevara, entre otros; describe la biografía de Raffalli, que ella «se vio obligada a entrar en el campo de la defensa de los derechos humanos al documentar crímenes de Estado relacionados con la alimentación perpetrados por la Junta Militar».

Añade su biografía que «en 2008», «presenció la limpieza étnica de los Rohingyas (una minoría musulmana apátrida que vive en Myanmar, Birmania)».

El texto dice que al poco tiempo, Susana retorna a Venezuela para atender asuntos familiares, pero en el ínterin «se preocupó por ver la erosión de la seguridad alimentaria en Venezuela y sintió la necesidad de alertar y contribuir a mitigar una situación parecida a la que le tocó vivir en Birmania».

https://www.youtube.com/watch?v=iFE–pJM_i8

Raffalli ayudó a promocionar las «sanciones»

El retorno de Raffalli a Venezuela coincide con los correos filtrados por Wikileaks, donde la entonces secretaria de Estado de Estados Unidos (2009-2013), Hillary Clinton, insistía en que había que hacer creer -con el apoyo de la mediática internacional- que en Venezuela hay una «profunda crisis humanitaria», «generar crisis en los servicios públicos» como agua, electricidad, transporte, combustibles, y también una «crisis alimentaria», que permita justificar el derrocamiento del gobierno a través de una intervención extranjera.

En ese contexto, Raffalli comenzó a «colaborar» con la empresa Cáritas de Venezuela, administrada por la cúpula de la iglesia católica que en Venezuela siempre ha estado vinculada abiertamente a la sedición y los planes de golpe de Estado.

También Raffalli comenzó a trabajar para la asociación Meals4Hope, el Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humanos (PROVEA); la Red Venezolana por los Derechos Humanos de Niños, Niñas y Adolescentes, entre otros, todos vinculados a ejercer vocería mediática para justificar la línea emanada por Washington de hacer ver «la crisis humanitaria» en Venezuela.

«Janeth Márquez, la directora de Cáritas Venezuela, le propuso a Susana que la asesorara en el diseño y gestión de un Sistema de Monitoreo, Alerta y Atención en Nutrición y Salud (SAMAN) para la protección y supervivencia infantil. En poco tiempo, SAMAN se convirtió en uno de los pocos instrumentos que registraba en tiempo real la emergencia humanitaria en Venezuela, y para 2016 Raffalli asumió la vocería que divulgaba mediciones y analizaba el hambre en un país censurado, donde el gobierno negaba la crisis», explica Wikipedia, hecho que evidencia que la otrora nutricionista se había convertido ya en una agente de acción política y promotora de las acciones que terminaron en la imposición del bloqueo total contra los venezolanos.

Además, destaca Wikipedia, que para 2018, Raffalli «participó en una de las audiencias de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos como representante de Cáritas Venezuela».

Guaidó

Reconocimientos a su accionar

La biografía de Raffali destaca que en 2017 recibió el Premio Nacional de Derechos Humanos de la Coordinadora de Derechos Humanos de la sociedad civil venezolana y ese mismo año fue reconocida «como una de las 10 mujeres cuyo trabajo destacó en el ámbito nacional». El reconocimiento lo hizo el portal de marcada línea opositora al Gobierno venezolano «Efecto Cocuyo».

Luego, en 2018, «coincidiendo la celebración del 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Raffalli recibió el Premio Franco-Alemán de Derechos Humanos otorgado por los gobiernos de Francia y Alemania».

Además,»fue listada por la revista Americas Quarterly como una de las 10 Personas Que (Algún Día) Reconstruirán Venezuela».

En el 2019, volvió a ser galardonada «por su servicio público con el Woodrow Wilson Awards (Award for Public Service) del Programa Latinoamericano del Woodrow Wilson International Center for Scholars de la Smithsonian Institution; y es distinguida con el galardón premio «Alma Mater 2019″ otorgado por la asociación de egresados de la Universidad Central de Venezuela».

El más reciente reconocimiento se lo acaba de dar la BBC este 2020.

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