“…Dende a dos meses, por el abril adelante, poblé la Villa-Rica, que es por donde se ha de descubrir la Mar del Norte: hice cincuenta vecinos, todos tienen indios; y así iré conquistando y poblando hasta ponerme en la boca del Estrecho, e siendo Vuestra Majestad servido y habiendo oportunidad de sitio donde se pueda fundar una fortaleza, se hará para que ningún adversario entre ni salga sin licencia de Vuestra Majestad. Para dar a V. M. cuenta de todo lo subcedido va el capitán Jerónimo Alderete, criado y tesorero de V. M.: es una de las preeminentes personas que comigo vinieron a esta tierra e que bien han acertado a servir…”
(CARTAS DE PEDRO DE VALDIVIA QUE TRATAN DEL DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA DE CHILE, SEVILLA, ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE M. CARMONA, VELAZQUEZ 11, MCMXXIX)
Con una batería de fuegos artificiales después de un show artístico, la municipalidad de Villarrica celebró el sábado 28 de abril su aniversario 460°. Por la mañana distintos grupos, instituciones y organizaciones de la comuna desfilaron ante las autoridades al compás del Orfeón Nacional de Carabineros de Chile. Si esta fuera una celebración de españoles invasores, como los que fundaron la Villa Rica en 1552 la noticia sería una reminiscencia de la historia; pero no, es el año 2012 y se trata de chilenos celebrando, recordando alegremente, el inicio del intento de extermino del pueblo Mapuche. Villarrica marca la historia genocida contra el pueblo mapuche, desde la llegada del enviado de Pedro de Valdivia, Jerónimo de Alderete (hoy hay un busto de este sujeto en el frontis del municipio) donde dejaron 50 españoles con mapuches hechos prisioneros (nunca pudieron esclavizarlos) para el servicio de los invasores.
¿Qué se conmemora en Villarrica?
La denominación inicial de la ciudad hace alusión a los lavaderos y vetas de oro. Ésta fue la característica de la ciudad, ya que la explotación de lavaderos de oro y plata fue la principal actividad económica de Chile en el Siglo XVI, para lo cual era imprescindible someter a trabajos forzados a los mapuche capturados.
Pero Villarica nunca tuvo tregua, los mapuche asediaron siempre Mallolafken, (nombre original de Villarrica) y su reconquista comienza con la Batalla de Tucapel, el 25 de diciembre de 1553. Apresado, sometido a juicio de acuerdo a la norma mapuche Valdivia es encontrado culpable “de haber querido esclavizarnos y de haber pretendido poblar la tierra con gentes de otros mundos y enseñorearse de todos ellos”. Leucotón cumple la sentencia golpeándolo con una macana en el cráneo. [1]Liderados por Pelantaru y Anganamón con un ejército de cerca de 10.000 konas Villarrica fue sitiada al punto que en su interior se practicó el canibalismo; el español Rodrigo de Bastidas les convenció que al comer guerreros mapuche tendrían más fuerza para la batalla. Un cristianismo a toda prueba.
Entre octubre de 1554 y enero de 1555 los españoles la retoman y repueblan; sólo hasta el año 1598, el triunfo de Curalaba permite nuevamente la destrucción de Villarrica y el mantenimiento de Mallolafken escondido por 280 años, hasta que en la Guerra a Muerte o la llamada “pacificación de la Araucanía” el 1° de enero del año 1883, el general Urrutia funda para Chile Villarrica, sometiendo a los mapuche a las reducciones, confinándolos a terrenos pequeños, de mala calidad y sometidos a leyes «protectoras» dictadas por el Congreso Nacional de Chile. En la década de 1960 la Iglesia Católica introducirá el concepto de “comunidades” en las reducciones. Eufemismo con el cual se intenta cambiar la imagen de un pueblo reducido, que contaba con 5 millones de hectáreas, reducido a menos de 500 mil (el 10%). El Resto del botín se lo repartieron los terratenientes, los colonos y los aventureros buscadores de fortuna.
Si Villarrica celebrase su aniversario número 126, asumiendo como su fecha de fundación ese 1° de enero de 1883, entonces habría que encarar el pillaje y el genocidio que el ejército chileno, vergonzosamente hizo contra el pueblo mapuche (de todas formas siempre lo ha hecho contra el pueblo, nunca a favor de el, da lo mismo si chileno o mapuche); habría una relación más sana entre lo chileno y lo mapuche; porque entonces podríamos juntos enfrentar las injusticias. Pero lo patético es que las autoridades políticas, el Estado “celebran” 460 años!, es decir asumen como válida la fundación a sangre y fuego, esclavitud incluida, de la corona española en el siglo 16. ¡en España misma se les caería la cara de vergüenza si tal hecho se “celebrase”, excepto claro los escasos desubicados que celebran hasta la cacería de elefantes de su extemporáneo rey.
¿Dónde se cría la violencia, que la alimenta?.Celebraciones como esta, donde además se fuerza, con proyectos INDAP, con subsidios y prebendas, a comunidades mapuche para que “desfilen en el día de la invasión española a sus tierras” y que lo hagan “invitados por chilenos, en representación del Estado de Chile”. Y estuvieron, con sus pancartas financiadas por los impuestos de todos, con logos de gobierno, del municipio junto al nombre de las comunidades representadas.
Es cierto: hubo poca gente, no más de 2 mil personas, que los dirigentes concientes, los jóvenes y las familias, se quedaron en los cerros, en sus predios, rehusaron ser usados por estos chilenos, para “conmemorar la invasión española en aquel fatídico 1552”. Los hermanos y hermanas desfilando al son del Orfeón de Carabineros, celebrando la invasión, la esclavitud y la masacre a los nuestros, es parte de la violencia que alimenta y en la que descansa buena parte del Estado de Chile y de sus instituciones.
Por Antonio Kilapán
El Ciudadano
[1] Rosales, Diego de,1603-1677