Esta semana se conoció que Oswaldo Cisneros, uno de los empresarios más poderosos de Venezuela y Latinoamérica, miembro de la multimillonaria familia Cisneros, y dueño de una de las principales compañías telefónicas del país suramericano, financió parte de la campaña presidencial del uribista Iván Duque, algo que la ley colombiana tiene prohibido.
Se trata de la compañía CNE Oil & Gas S.A.S, filial de Canacol Energy -de la que el empresario venezolano es accionista- aunque la compañía asegura ser «100 % colombiana» y que sus transacciones están «regladas en escrituras públicas».
De acuerdo con el diario El Espectador, la empresa publicó el pasado viernes un comunicado en el que confirman que sí financiaron la campaña de Duque, pero dicen que lo hicieron sin responder a «intereses particulares» y «legalmente».
El comunicado salió luego que el portal La Silla Vacía informara que una compañía de la que es socio Cisneros aportó «dineros» al Centro Democrático, el partido fundado por el expresidente Álvaro Uribe -recientemente privado de libertad por presunto soborno electoral y manipulación de testigos- en medio de la campaña que llevó a Duque al Palacio de Nariño en 2018.
La información divulgada denuncia que para esa campaña, ya bastante cuestionada por la compra de votos en varias regiones, habría contado con una supuesta financiación extranjera de más de 300.000 dólares que habría dado Cisneros, un hecho prohibido por la ley colombiana.
La fortuna de los Cisneros está valorada en cerca de 1.100 millones de dólares y se constituye como una de la más abultadas de Venezuela, según la revista Forbes.
Su negocio principal está enfocado en las telecomunicaciones, sector en el que figura como presidente de la telefónica Digitel. Además, controla un conglomerado de medios de comunicación, inversiones inmobiliarias y desarrollos turísticos, todos a la cabeza de Gustavo Cisneros quien figura como líder de la Organización Cisneros.
En el caso específico de Oswaldo, es un empresario de padres con raíces cubanas que ha incursionado en diferentes áreas de negocios, entre ellas el de bebidas (Pepsi Cola Venezuela), alimentos, envases de vidrios, telecomunicaciones (Digitel) y el sector petrolero (Delta Finance BV).
En noviembre de 2016, Cisneros Fajardo, presidente de la empresa Delta Finance BV, firmó con Petróleos de Venezuela (Pdvsa) un convenio por 1.130 millones de dólares para potenciar el aumento de la producción de Petrodelta, una de las concesiones cedidas en el bloque Junín de la Faja petrolífera del Orinoco que pasaría de 420.000 a 855.000 barriles diario.
En 1991, Cisneros Fajardo fundó TELCEL, la primera empresa de telefonía móvil que ofreció el servicio de prepago en el continente. Luego de vender esta compañía, invirtió en la compra de Digitel.
Cisneros y la filial canadiense que dieron dinero al uribismo
La empresa CNE Oil & Gas S.A.S es una filial de la canadiense de gas natural Canacol Energy Ltd, y en la que el empresario venezolano tiene una participación accionaria del 18 %.
Además, Cisneros figura como miembro de la junta directiva de CNE Oil & Gas S.A., que según los registros del Consejo Nacional Electoral (CNE) colombiano aporta 700 millones de pesos o 300.000 dólares.
En su comunicado, CNE Oil & Gas se declara “fiel creyente” en el sistema y «los procesos democráticos» que se desarrollan en ese país. De allí que, argumenta, realiza aportes a partidos políticos en el marco de las campañas electorales, subraya El Espectador.
En esa línea, admite que en 2018 –amparada por la ley colombiana–, realizó donaciones al Centro Democrático, y supuestamente también a Cambio Radical, Partido Liberal y Opción Ciudadana.
“Estas transacciones están regladas en escrituras públicas”, aseguran los empresarios, mientras dicen que «es importante aclarar que dichas donaciones se hacen a partidos políticos y no a campañas políticas, y las mismas fueron aprobadas por la asamblea general y el equipo de administración de la compañía».
«Son recursos generados en Colombia»
Según explica CNE Oil & Gas, los financiamientos al uribismo «no responden a intereses particulares de alguno de los miembros de dicha asamblea o de la compañía”.
En la misiva, firmada por Andrés Valenzuela Pachón, quien figura como representante legal de la empresa, se precisa que los fondos utilizados por la compañía para las donaciones “provienen estrictamente de los recursos generados por sus operaciones dentro de Colombia”.
La controversia se desató la semana pasada por cuenta de un audio entre la directora del Centro Democrático, Nubia Stella Martínez, y la exasesora de Uribe, María Claudia Cayita Daza, en el que hablan del supuesto aporte de 300.000 dólares a la campaña de Duque a manos de Cisneros.
«Si bien Martínez negó la entrada de ese dinero –teniendo en cuenta que la ley prohíbe que un candidato reciba financiación extranjera–, La Silla Vacía reveló que una compañía de la que es socio el empresario sí aportó dineros, pero directamente al partido uribista», agrega El Espectador.
Sobre esto, el diario El Tiempo informó que la directora del partido, María Claudia Cayita Daza, tuvo que rendir declaraciones en la Fiscalía por cuenta de una serie de interceptaciones legales por la investigación por falsos testigos que implica a Uribe.
La investigación de La Silla Vacía a Cisneros
En medio de esas indagaciones, se conoció una conversación entre Martínez y Cayita Daza alrededor de la «ñeñepolítica», calificativo con el que los medios colombianos han denominado a las denuncias por supuesta compra de votos para favorecer a Iván Duque.
En esa charla, Daza preguntó “¿Qué pasó con lo del venezolano?” –en referencia a Cisneros, presidente de la empresa de telecomunicaciones Digitel– a lo cual la directora del partido respondió: “Sí. ¿Sabes cuánto nos dio? 300.000 dólares”.
Sin embargo, la propia Martínez aseguró que en ese momento sufrió un “lapsus” y agregó: “No era ‘dio’, sino ‘ofreció dar’. Dije esa suma porque fue la que el empresario usó. Pero una cosa es lo que la gente ofrece en las campañas y otra lo que efectivamente terminan dando”.
La directora agregó que no fue Cisneros, sino sus socios quienes aportaron a la campaña de Duque 320 millones de pesos colombianos, unos 85.000 dólares. Se trata de la familia conservadora Ricaurte Silva que, según explica La Silla Vacía, son socios de Cisneros en su banca de inversión Silk.
No obstante, tras una revisión hecha por el portal a las cuentas del Centro Democrático en el CNE, se evidencia que fue otra compañía, de la que es accionista Cisneros, la que aportó 700 millones de pesos al partido, y es la compañía canadiense de gas natural Canacol Energy Ltd. Esta empresa, agrega La Silla Vacía, opera en Colombia mediante la filial CNE Oil & Gas S.A.S., que es una de las que aparece en los registros del CNE.
Puntualmente, la compañía hizo dos donaciones al Centro Democrático, primero por 400 millones de pesos, y luego por 300 millones, para un total de 700 millones de los 27.000 millones que aportaron al partido en 2018.
«La financiación a través de los partidos es el canal que utilizan algunas campañas presidenciales para sacarle el cuerpo a los topes legales que tienen los candidatos, pues las colectividades no tienen tope. Además, la ley permite que personas jurídicas, que no pueden donar a estas campañas, lo hagan», recuerda La Silla Vacía.
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