El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dejó asentada su decisión de avanzar hacia una nueva etapa de diálogo, con miras al «reformateo inmediato» y la «dinamización» de las conversaciones entre los distintos actores políticos.
El mandatario venezolano trazó al menos cinco líneas que cimentarán los próximos encuentros —aún sin fecha— y que tendrían como prioridad abordar los «procesos venideros» de interés nacional, reseña RT.
La propuesta de Maduro llega justo después de su encuentro el fin de semana con una delegación del gobierno de EE.UU. en Caracas, y en medio del llamado que ha hecho Venezuela de elevar las banderas de la paz y la diplomacia para resolver la situación actual entre Rusia y Ucrania.
¿Qué planteó Maduro?
Entre las líneas que dictó el presidente venezolano para iniciar la nueva etapa del diálogo en su país están las siguientes:
- Reactivación y «reformateo inmediato» del proceso de conversaciones.
- Participación de todos los factores políticos, sociales, económicos, religiosos y culturales.
- Dinamización del mecanismo de diálogo para hacerlo «más inclusivo, amplio y abarcador».
- El otorgamiento de «todas» las garantías políticas para los procesos venideros.
- La recuperación efectiva del país.
«Vamos hacia un proceso de diálogo más inclusivo, abarcador, amplio, que le tienda la mano a todos los venezolanos y venezolanas que quieren echar adelante nuestro país, recuperar efectivamente nuestro país«, resaltó Maduro.
Venezuela debe «dar el ejemplo»
Esta no es la primera vez que el Gobierno de Maduro recurre al diálogo. El año pasado, sectores del chavismo y la oposición se sentaron a conversar en México, pero el procesofue suspendido tras efectuarse la extradición a EE.UU. del embajador y representante plenipotenciario de Venezuela en África, Alex Saab.
Ese proceso provocó que la delegación gubernamental cesara inmediatamente las conversaciones con la oposición y pusiera como condición la liberación del diplomático para reanudar la mesa de negociaciones.
«El diálogo de México recibió un golpe tremendo, como saben ustedes, pero si estamos pidiendo diálogo para el mundo, tenemos que dar el ejemplo en el país. Y vamos a un reformateo del proceso de diálogo nacional, un proceso de diálogo más inclusivo, más amplio», señaló Maduro.
En esa línea, el presidente venezolano se refirió a la situación en Ucrania y rechazó la influencia que han tenido los países de la OTAN para escalar el conflicto. Sin embargo, consideró que lo primordial es «buscar condiciones que permitan acuerdos verdaderamente sólidos», a través de la negociación entre las partes.
«Es el tiempo de la diplomacia, es el tiempo de la palabra, es el tiempo de la verdad, y es el tiempo para reconstruir la paz y no dejar que se escale a una situación que se escape de las manos, y que genere una gran guerra donde todos perdamos. Una gran guerra que afecte el desarrollo del propio planeta y de la vida de la humanidad», advirtió Maduro.
«Una nueva oportunidad» entre Venezuela y EE.UU.
En ese contexto, Maduro hizo una valoración positiva de la reunión que sostuvo el pasado sábado con una delegación del gobierno de EE.UU. que viajó a Caracas.
«Se ha dado una nueva oportunidad y ha llegado una nueva delegación», dijo Maduro. Según el mandatario, la reunión fue «respetuosa, cordial, muy diplomática» y tuvo como propósito principal «avanzar en una agenda que permita el bienestar y la paz de los pueblos».
«Ahí estaban las banderas de EE.UU. y Venezuela, se veían bonitas las dos banderas, unidas como deben estar«, comentó el presidente venezolano sobre la conversación que duró «casi dos horas» y en la que estuvo acompañado de su esposa Cilia Flores, y el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, a quien le pidió dar a conocer los detalles de la reunión en una rueda de prensa.
«Continuarán hacia adelante las conversaciones, las coordinaciones y una agenda positiva entre el gobierno de EE.UU. y el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela», agregó.
En la víspera, la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, confirmó que una delegación de EE.UU. visitó Venezuela para discutir, entre otros temas, sobre la seguridad energética, así como «la salud y el bienestar de los ciudadanos estadounidenses detenidos» en el país latinoamericano.
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