Venezuela apuesta a las Zonas Económicas Especiales para enfrentar el bloqueo y dejar la dependencia petrolera

El Gobierno de Venezuela busca por distintas vías sacar al país del atolladero económico y social en el que se encuentra desde hace años, producto de una crisis agudizada por las sanciones de EE

Venezuela apuesta a las Zonas Económicas Especiales para enfrentar el bloqueo y dejar la dependencia petrolera

Autor: Ronald Ángel

El Gobierno de Venezuela busca por distintas vías sacar al país del atolladero económico y social en el que se encuentra desde hace años, producto de una crisis agudizada por las sanciones de EE.UU. y un proceso hiperinflacionario que ha deteriorado la calidad de vida de la población.


En medio de esta situación, tanto la población como el Gobierno deben lidiar con los efectos del bloqueo impuesto por EE.UU. y la Unión Europea (UE) que, según las autoridades venezolanas, se traduce en una pérdida de 99 % de sus ingresos.

El Ejecutivo ha adelantado acciones que buscan sortear el impacto de las sanciones y generar alternativas para obtener recursos no dependientes de la industria petrolera, la más afectada por las medidas coercitivas. Así han surgido las Zonas Económicas Especiales (ZEE), con las que el Gobierno pretende crear ejes de desarrollo dedicados a la exportación, la producción nacional y a llamar la atención de inversionistas.

Ya en octubre de 2020, la extinta Asamblea Nacional Constituyente aprobó la Ley Antibloqueo, una legislación «temporal» que fue ratificada a finales de abril por el Poder Legislativo electo en diciembre pasado, y que en su momento fue presentada por el presidente Nicolás Maduro como una herramienta para enfrentar las sanciones extranjeras; reactivar y proteger los activos dentro y fuera de Venezuela; y recuperar la economía y el bienestar social.

El presidente de Venezuela ofrece un discurso ante el Poder Legislativo, en Caracas, Venezuela, el 12 de enero de 2021 Foto: Manaure Quintero / Reuters

«Una ley hija» de la Ley Antibloqueo

Ahora, el parlamento venezolano ha propuesto el Proyecto de Ley Orgánica de Zonas Económicas Especiales (LOZEE), que plantea un nuevo modelo de desarrollo económico y que está en debate público, tras ser aprobada en primera discusión a finales de abril.

El proyecto de ley, que requiere un segundo debate parlamentario, es considerado por el presidente Maduro y otros miembros del Ejecutivo, como una «ley hija» y «complementaria» a la Ley Antibloqueo, que —dicen— encaminará al país a cumplir «el tercer objetivo de la patria: la Venezuela potencia».

«Esta no es una ley fácil, no es una ley para complacencias, es una ley para poner los carriles de un nuevo modelo de desarrollo nacional», indicó Maduro a finales de mayo, durante una audiencia pública que se realizó en Caracas junto a diputados de la Asamblea Nacional (AN).

La importancia de la ley, dijo Maduro, radica en que las ZEE serán dotadas de los «elementos vitales» para que aporten al crecimiento del país «en las próximas décadas«, con oportunidades que se abrirán para la inversión nacional y extranjera; lo que coincide «con la perspectiva de esperanza de recuperación económica».

¿Qué son las Zonas Económicas Especiales en Venezuela?

El economista, diputado y presidente de la Comisión de Finanzas y Desarrollo Económico de la AN, Jesús Faría, explicó —en la misma audiencia televisada— que las ZEE son espacios geográficos que cuentan con una serie de características particulares que les permiten convertirse en ejes de desarrollo y fuentes de ingreso, con regulaciones especiales para su actividad.

«No son cápsulas ni son enclaves, son motores de desarrollo que trascienden en Zonas Económicas Especiales y que arrastran al resto de la economía», explicó. Faría añadió que estos espacios suelen estar ubicados en lugares cercanos a puertos, aeropuertos, fronteras, en los yacimientos de recursos naturales, zonas industriales y hasta en empresas que pueden calificarse como tal, si «la estrategia de desarrollo» lo estima pertinente.

«Desde esos territorios se generan condiciones óptimas en infraestructura, vialidad y el suministro de servicios«, todos esenciales para implementar cualquier proyecto productivo y promover la inversión, dijo Faría, quien destacó que la ley da «confianza y seguridad jurídica» a los empresarios y al Estado, porque están «cubiertos y sustentados» los aspectos necesarios de transparencia, coherencia y solidez a los estímulos que propiciarán el interés de inversionistas, incluso, con las limitaciones del bloqueo.

«En economía –insistió– todo se mueve y marcha al ritmo de estímulos que deben existir para incrementar la inversión, la producción. Tenemos estímulos fiscales, arancelarios, reducción y excepción de impuestos, reducción y eliminación de aranceles, todo para estimular la importación de maquinaria y materia prima que pueda ser procesada en el país».

¿Cómo y dónde desarrollarlas?

Faría comentó que las ZEE fueron creadas en países que presentaron atrasos asociados al limitado acceso de divisas, y que comenzaron a realizar «esfuerzos extraordinarios» para diversificar la exportación y la inversión industrial, acción que se tradujo en generación de empleos y nuevos ingresos que sirvieron para reactivar el aparato productivo, reparar el déficit y salir del estancamiento.

Para elaborar la propuesta, los parlamentarios estudiaron las experiencias de China, Vietnam, Singapur, Corea del Sur, entre otras. «En el caso venezolano, van a desarrollarse bajo la rectoría del Estado. No planteamos el libre mercado ni la aplicación de teorías neoliberales, vamos a tener al Estado como regulador y garante de que los proyectos de inversión conduzcan al incremento y la diversificación de las exportaciones, y que estas sean del desarrollo industrial nacional como elemento clave», explicó el diputado oficialista.

Algunas zonas que ya están activas y otras que se plantean crear, se ubicarían en estados como Anzoátegui, Aragua, Bolívar, Carabobo, Falcón, Lara, La Guaira, Nueva Esparta, Miranda, Táchira, Zulia, entre otros.

Faría aseguró que la futura norma ayudará a reactivar el aparato productivo, generar riquezas y con ellas, abrir «nuevos empleos de calidad que dignifiquen al ser humano con un salario digno«, dar seguridad social y mejorar los servicios públicos.

La «tarea esencial» de las ZEE, explicó, es lograr atraer la inversión y el «principal desafío» es superar el bloqueo, porque su imposición restringe la entrada de recursos extranjeros e incluso nacionales; y sus consecuencias se perciben en el deterioro de los servicios públicos y el daño a la infraestructura.

«Este es un proyecto político de extraordinaria importancia y alcance para el desarrollo. Es una ley a la altura de los requerimientos y exigencias que nos plantea esta difícil coyuntura».

Venezuela
El presidente Maduro en la inauguración de una terminal de contenedores en La Guaira, Venezuela, el 28 de abril de 2017Palacio de Miraflores / Reuters

¿Por qué no han sido exitosos los ensayos en Venezuela?

El presidente Maduro ha dicho que las ZEE han sido tema de estudio en su gobierno «durante años». De hecho, comentó que para su puesta en marcha ya se han «dado algunos pasos«, que calificó como «ensayos», que fueron acompañados por una ley sin carácter orgánico y un conjunto de decretos.

«Los ensayos fueron duramente, trágicamente golpeados, por la situación económica producto de las sanciones criminales y el bloqueo de los últimos dos, tres años. Tenemos un conjunto de Zonas Económicas en bajo nivel de desarrollo, muy golpeadas por las medidas de persecución financiera y sanciones económicas», comentó Maduro.

Sin embargo, el mandatario aseguró que esta normativa «abre grandes expectativas, esperanzas y oportunidades», para que Venezuela «conozca» una «fórmula exitosa» lograda por «los países de mayor crecimiento y desarrollo del mundo» en las últimas décadas.

El presidente consideró que estas zonas deberían ser adaptadas al país «post-bloqueo y post-sanciones» y tomar en cuenta lo polémico del tema laboral, razón por la que instó a «pensar muy bien» cómo crearlas, «en medio la andanada de medidas que Venezuela debe superar y derrotar».

«Es una ley que viene a ordenar, a organizar y a abrir oportunidades de inversión para el desarrollo industrial y tecnológico del país, particularizado y regionalizado, combinando inversión y tecnología internacional con la nacional, privada y pública. Es una ley muy importante en la búsqueda de caminos nuevos», dijo.

¿Qué dicen los detractores?

A pesar de que la mencionada ley cuenta con la anuencia de los grupos de oposición que integran el parlamento, quienes han dicho que es «positiva» y que va más allá del «periodo extraordinario de las medidas punitivas contra la República», como expresó el diputado opositor Luis Eduardo Martínez; tanto dentro como fuera del Poder Legislativo hay voces de izquierda que la rechazan por considerarla «neoliberal».

El Partido Comunista de Venezuela (PCV) y la Alternativa Popular Revolucionaria (APR), una coalición de izquierda que se desmarca de la política gubernamental, votó en contra de la ley durante su primera discusión por considerar que favorece los intereses «de la oligarquía parasitaria» que ha demostrado «históricamente» que no invierte en el país.

Así lo expresó el diputado comunista Oscar Figuera durante la plenaria en la que se aprobó el proyecto de ley en primera discusión. Ese día, sostuvo que el PCV y la APR votaban en contra porque la consideran contraria al proceso político «que desarrolló el presidente Hugo Chávez Frías».

Figuera cuestionó que la ley no específique cómo serán tratados los trabajadores y si se respetarán sus derechos consagrados en la Constitución y la Ley Orgánica del Trabajo, ni tampoco detalla a dónde va a ir la producción, y si favorecerá a la demanda nacional o solamente se privilegiará la exportación.

Luego de esa intervención, Figuera también rechazó en Twitter las declaraciones del diputado opositor Javier Bertucci, quien dijo estar a favor de la ley por el interés que despierta en los inversionistas «lo barato de la mano de obra venezolana».

«El proyecto de Ley de Zonas Económicas Especiales es una puñalada al desarrollo soberano e independiente de nuestro pueblo«, recalcó Figuera en respuesta a Bertucci, un empresario y dirigente político de derecha, que también es pastor evangélico, y ha sido candidato a la presidencia de la República.

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