Bangkok Restaurante: Auténticos sabores tailandeses en el centro de Santiago

La experiencia en el Bangkok Restaurante, sin duda que vale la pena. Los sabores de los platos típicos de Tailandia, se acercan casi en su totalidad a los ofrecidos en la carta. Se nota la mano de Tanyamon Kanchanapoomi, una de los 7 tailandeses que son parte del equipo y quien se encarga de recibir las comandas y chequear las preparaciones antes de salir al salón.

Bangkok Restaurante: Auténticos sabores tailandeses en el centro de Santiago

Autor: El Ciudadano

Por Álvaro Bustos Barrera

Me declaro un fanático de la comida tailandesa, de sus distintos sabores, de sus aromas tan característicos, de la gran variedad y combinación de preparaciones dulces, saladas y picantes, de sus mercados nocturnos, del sinfín de especias y hierbas frescas que ocupan en cada platillo, como la albahaca, el cilantro o las hojas de lima kaffir, ingrediente obligatorio en la gastronomía Thai. 

Sabores inigualables que tuve la suerte de conocer hace unos años cuando recorrí su capital, Bangkok, con sus caóticas calles atestadas de motos y tuk tuk, medio de transporte típico de Asia, sus impresionantes templos y quizá uno de los sellos del país: la comida callejera, ahí donde se remarca la identidad de cada nación. 

Mi encanto por estos sabores tan característicos de la cocina asiática y el cariño y admiración por su gente, me llevaron a Arzobispo González #441, una pequeña y tranquila calle en el barrio Yungay, entre Catedral y Compañía de Jesús, donde se encuentra el Bangkok Restaurante Thai, un local de dos pisos que hace honor a la comida tailandesa. 

Visité el restaurante junto a mi hermana Bárbara y mi cuñado Mauricio, fieles compañeros y eternos sibaritas. Llegamos a las 13:15 horas de un domingo y fuimos recibidos con la amabilidad tan típica de los tailandeses. Al llegar, lo primero que nos dijeron, fue si queríamos pasar a lavarnos las manos antes de ingresar al local.

Nos instalamos en una mesa cercana a la cocina, pues me gusta ver el movimiento de quienes hacen las preparaciones, captar los roles de cada uno, escuchar el chirriar de las proteínas mezcladas con verduras en los woks y los aromas que se despliegan por alrededor.    

El Bangkok Restaurante es relativamente nuevo y sus dueños son los mismos de la emblemática Fuente Mardoqueo. El lugar es una antigua casona de dos pisos, con un salón principal dividido en dos, el espacio más amplio alberga a unas 40 personas muy bien distribuidas, mientras que el segundo llega a 25 comensales más. 

Por su parte, en el segundo piso existe la opción de acomodarse en mesas bajas (40 cm), donde podrás, si tu elongación lo permite, sentarte en el suelo, cruzar tus piernas y sentirte como si estuvieras en algún restaurante de cualquier ciudad del sudeste asiático. Acá entran de manera cómoda unas 35 personas. 

El ambiente es grato, el servicio adecuado y su carta entrega lo mejor de la gastronomía tailandesa. Desde el conocido Pad Thai ($9.900), plato típico en base a fideos de arroz salteados con proteína a elección, huevo, cebollín, diente de dragón, salsa de tamarindo y maní triturado y el Khao Pad Sapporod ($10.900), arroz frito al estilo tailandés con proteína a elección, huevo, castañas de caju, ají confitado, cebollín, pasas rubias, pimentón, piña y curry, servido en media piña fresca. Ojo, la gran mayoría de las preparaciones pueden ser adaptadas a su versión vegana.

También encontrarás los conocidos currys, en sus versiones amarillo ($10.600), massaman ($10.800) o verde ($11.200), cada uno lo podrás elegir con la proteína que tú quieras: tofu, carne, pollo o camarón.

Un amable Jorge fue quien ofició de garzón y con memoria de elefante nos detalló cada preparación de la carta. Decidirse no fue tan complejo para mí y sin titubear ordené un pisco sour catedral ($5.900) más un curry verde con nivel 4 de picante ($11.200).

Los platos demoraron aproximadamente 15 minutos y en cuanto a mi pedido, diré que tanto el caldo en base a leche de coco, los aromas de las hierbas, la proteína y el nivel 4 de picante, resultaron una conjunción de sabores más que agradables. El arroz blanco exactamente como lo sirven en Tailandia, medio pegajoso y sin ningún aliño. Todo mezclado, suave, cremoso y agradable en boca. 

También hay interesantes y novedosas opciones de postre, como el helado frito ($6.600) bolitas empanizadas con fruta de la estación y salsa de frutos rojos, o Sakoo ($6.600) perlas de tapioca cocinadas en leche de coco y azúcar acompañadas con fruta de la estación y salsa de mango.

La experiencia en el Bangkok Restaurante, sin duda que vale la pena. Los sabores de los platos típicos de Tailandia, se acercan casi en su totalidad a los ofrecidos en la carta. Se nota la mano de Tanyamon Kanchanapoomi, una de los 7 tailandeses que son parte del equipo y quien se encarga de recibir las comandas y chequear las preparaciones antes de salir al salón. Se cumple con el objetivo principal de combinar los cuatro sabores clásicos de la gastronomía Thai, como el amargo, el salado, picante y dulce.

Los precios son totalmente accesibles, algo que se agradece en tiempos en que salir a almorzar o comer resulta muchas veces un privilegio de pocos. El rango va de los $9.900 a los $11.200 por cada plato.

Quizá el único punto en contra de mi visita a este restaurante, fue la ausencia de cervezas tailandesas como Singha o la popular Chang, ambas bebidas rubias pale lager de baja fermentación y que he visto en otros lugares, por lo tanto, están disponibles en Chile. 

Mientras mi cuenta llegaba a la mesa, me permití mirar una vez más a Tanyamon Kanchanapoomi, la mujer símbolo del Bangkok Restaurante. Su concentración en la cocina y buen entendimiento con sus pares, dan cuenta del respeto, símbolo clave en cada trabajo que podrás encontrar si te aventuras a probar los sabores exóticos de la comida tailandesa.    

Para mayor información @bangkokrestaurante

Evaluación: Muy bueno

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