Pan de Villa: La Panadería y Pastelería del barrio París-Londres que encanta con sus productos artesanales

Ubicado en un sector turístico del centro de Santiago, "Pan de Villa" ofrece pan de masa madre en sus diversos formatos ($2.500), baguette ($1.000), las galletas ($800), brownie ($1.500), focaccia ($4.800), alfajores y palmeritas ($800), pastelería vegana y tartaletas. 

Pan de Villa: La Panadería y Pastelería del barrio París-Londres que encanta con sus productos artesanales

Autor: El Ciudadano

Por: Álvaro Bustos Barrera

Ubicado en un sector turístico del centro de Santiago, donde aún existen sinuosas vías angostas con adoquines y antiguas casonas con estilo arquitectónico europeo y algunos hoteles boutique, se encuentra la panadería y pastelería artesanal “Pan de Villa”, específicamente en calle París #834, muy cerca -recuerdo bien- donde durante años se situó una de las emblemáticas tiendas de artículos musicales, La Casa Amarilla y donde también existe una que otra sede de algún partido político.  

Una fría mañana de comienzos de mayo, a eso de las 10:00 am, me encaminé hacia la dirección antes mencionada, buscando tomar una cálida taza de café y merendar un brownie o cualquier bocado dulce que me permitiese llenar el vacío que tenía en el estómago.

Ya en las afueras del local, tomé un respiro e ingresé. “Buenos días”, le dije a una señora que lucía un delantal de mezclilla. “Buen día, dígame, ¿qué desea?”, me preguntó. “Quisiera tomar algo caliente y algo para comer, por favor”, le respondí a la dependiente, mientras aprovechaba el tiempo para ojear las preparaciones que tenían en la vitrina de entrada y ver el pan de masa madre dispuesto para la venta.   

“Quisiera un café americano y una galletón, por favor”. “De inmediato le sirvo su pedido”, me dijo la señora que rato después que me comentaba que a eso de las 11:00 horas, uno puede tomar asiento en unas mesitas que se disponen en la acera adoquinada y que son parte del restaurant que está al lado.     

El lugar es pequeño, pero con repisas y vitrinas bien distribuidas que permiten aprovechar cada espacio de este negocio, inserto en esta casona. Quizá lo que más llamó mi atención, además de los productos, fue la reja de entrada que de seguro debe ser de la construcción original, con fierros gruesos, firmes, de color negro e imposible de doblegar.  

Al interior pizarras con las bondades de la cafetería, un pequeño apoyo para tomarse de pie un café acompañado de algo dulce, un tacho para la basura, cuadritos, la vitrina con distinta variedad de preparaciones y al fondo el sector donde hornean el “famoso” pan de masa madre en sus diversos formatos ($2.500), baguette ($1.000), las galletas ($800), brownie ($1.500), focaccia ($4.800), alfajores y palmeritas ($800), pastelería vegana y tartaletas. 

Mi americano y el galletón llegaron de sopetón y acto seguido me situé en el espacio que hay para beber. El aroma a café penetró fuertemente por mi nariz y tras el primer mordisco a la galleta, me percaté de la frescura y el dulzor de su relleno. Miré a la señora que permanecía atrás del mesón y le lancé un feedback de mi experiencia. “El café está perfecto y el acompañamiento está muy sabroso, me hizo recordar algunas preparaciones que me horneaba mi abuela materna en la Villa Olímpica”, le dije con un dejo de nostalgia.   

“Todo lo que ve se hace acá”, replicó Luciana Aguilar, quien rato después de darme su nombre, me comentó que es la madre de Fabián González, el dueño de la panadería y parte del equipo de trabajo que componen junto a Javiera Molinet, maestra pastelera y Sayen Maliqueo, quien hornea el pancito de masa madre.  

Antes de terminar lo que había ordenado, veo asomarse al joven Fabián con un mandil y las manos satinadas con harina y le pido algo más para probar. Mi decisión fue la Trilogía de Chocolate Vegano. Un postre realmente fuera de serie, sabor intenso a chocolate, pero sin ser empalagoso. “Este dulce es ciento por ciento natural y es de los que más pide la gente, es nuestro postre estrella, además del pan de masa madre”, me comenta orgulloso. 

Aprovechando su presencia y las ganas de intercambiar algunas palabras con este humilde servidor, le pido que me cuente cómo comenzó todo. “La panadería y pastelería artesanal “Pan de Villa”, es un negocio familiar al paso que está pronto a cumplir 5 años de vida, desde su nacimiento en septiembre de 2021, en plena pandemia. Mis comienzos fueron de puro sacrificio. Antes que llegara el Covid me quedé sin trabajo y con algunas lucas que saqué de ahí, me compré un horno y un mesón, donde tiempo después comencé a hacer pan de masa madre en mi casa de Maipú y me lancé a repartirlo en un carrito de supermercado”, recuerda. 

Mientras lo escucho con atención, ingresan un par de personas en busca de pan y quizá algo más. El trato hacia el cliente es personalizado y es imposible irse del local sin un dulce para saborear más tarde en casa o simplemente para comer poniendo un pie en los adoquines y entremedio de las antiguas construcciones.   

El barrio París-Londres es un lugar clásico de Santiago, con historia viva y negocios como éste, que bien vale la pena conocer. Reconozco que me gustaría fuese más amplio y que las mesas estuviesen al mismo tiempo que suben la cortina para comenzar un nuevo día, pero eso se ve difícil y no queda alternativa que aceptar la realidad.

El aumento de chilenos y chilenas que consumen pan de masa madre dejó de ser un producto de nicho, pues la oferta es cada vez más amplia, sin embargo, la diferencia está en la calidad de lo que se ofrece y en ese sentido, Fabián parece haber dado con la tecla y sus elaboraciones cada vez se hacen más parte del gusto popular. 

Varias veces le escuché decir a Fabián en nuestro intercambio de palabras, que la clave de su buen pasar con respecto a las ventas está en creer en el producto que fabricas e ir hasta el final con la idea original. Concuerdo con su filosofía y agrego que los precios razonables también ayudan a ir en busca de los a veces esquivos números azules.       

Me acerco al mesón y pido la cuenta sin antes pedir un par de cosas para llevar. Mi visita a esta panadería y pastelería me deja un sentimiento de gratitud. Sí, es imposible no conmoverse con las palabras de quien está detrás de este negocio familiar, y logro percibir humildad y sacrificio, una receta que suele no fallar.     

Abierto de lunes a viernes de 09:00 a 19:30 horas.      

Si quieres más información, puedes visitar el Instagram @pan_devilla

Evaluación: Muy bueno. 


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