Por Álvaro Bustos Barrera
No todos los días uno tiene la oportunidad de conocer y degustar preparaciones en un hotel 5 estrellas, espacios lujosos que cobran relevancia en todo aspecto y los detalles hacen la diferencia. Es aquí donde los pasajeros o huéspedes pueden vivir una experiencia inolvidable, no solo en lo que respecta al servicio o sus cómodas habitaciones, salas de spa o masajes, sino que también su comida gourmet y un bar del más alto nivel.
Hace unos días, recibí vía mail una invitación para probar y conocer en primera persona la renovada carta a cargo de las chefs Sabina González y Lindsay Canales, quienes son parte del Restaurante Bristol hace 11 y 20 años respectivamente. Un lugar clásico con más de tres décadas de historia en el Hotel Plaza San Francisco, en pleno centro de Santiago, específicamente en Avenida Libertador Bernardo O’Higgins #816.
La cita estaba prevista para las 13:00 horas y como es mi costumbre, mi arribo se adelantó para las 12:20, tiempo suficiente para recorrer el bar y su acogedora barra de luz tenue, una exquisita variedad de licores a disposición y el restaurante, un espacio amplio, iluminado, alfombrado y que puede albergar cómodamente a unos 100 comensales, donde pude además conocer al personal de servicio a cargo de Nicole Poblete y Darwin Luna e intercambiar algunas palabras con los amables garzones.
La atención de cada uno se hizo sentir desde que puse un pie en el salón. Perfectamente vestidos, muy organizados y preocupados de los detalles, fueron acomodando las botellas de agua y poniendo pequeños pocillos con una mantequilla casera y una salsa medio picante, más algunos trozos de pan hecho en la panadería del restaurante.
Ya instalado en la mesa, montada de manera impecable y en compañía del gerente general del hotel, Felipe Gajardo y la gerente de marketing, Maricarmen Sirvent, junto a críticos y cronistas gastronómicos, profesionales de la agencia que nos invitó y una de las chefs Sabina González, dimos inicio a esta nueva experiencia culinaria para Sabores Ciudadanos.
La propia cocinera, en su rol de creadora de la nueva carta en conjunto con Lindsay Canales, comentó algunos aspectos de cómo sería la degustación, la importancia de contar con un cohesionado equipo de trabajo, la utilización de productos locales y de excelente calidad, más ciertos detalles de tiempos de cocción y técnicas utilizadas.
“Esta es una carta que mantiene nuestras raíces e identidad de la cocina chilena, con ingredientes y preparaciones que nos caracterizan de nuestro largo territorio. A su vez, tiene pequeños toques de condimentos de otros países, que poseen una gastronomía de calidad, pero que, junto a nuestros sabores, hacen que sea una gran experiencia culinaria”, comentó a quienes estábamos prestos a probar el nuevo menú.
El primer entrante consistió en una Crema de Champiñones en jardín de flores y germinados orgánicos, acompañado de un cremoso tronco de setas endémicas de nuestro país. Todo un descubrimiento, en una preparación bien montada, atractiva a la vista y una textura suave al paladar, acompañada de un Marqués de Casa Concha, Pinot Noir 2019, a temperatura ideal.
El segundo plato frío fue un Pulpo Sureño, que consistió en un tártaro con emulsión de aceitunas del valle de Copiapó y camarón especiado con “garam masala” y salsa picante de ají amarillo. Un emplatado visualmente muy llamativo y sabores suaves del sur de Chile, combinados con toques de especias de la India y un leve picor de la cocina peruana. ¿Para beber? Un Chardonnay 2020, de Casa Silva.
En los fondos, tuve la oportunidad de probar el Cancato Chilote, preparado a partir de un filete de róbalo sobre un cremoso risotto de betarraga, en aroma a limón, salsa de vino jaspeado con crocante de papa al perejil. Una preparación con un explosivo sabor marino y un color intenso que aporta la remolacha al acompañamiento, sin ser tan invasivo en la boca.
Para continuar con la degustación, fue el turno del Estofado de Conejo Criollo acompañado de ñoquis de zapallo camote en aroma a naranja y crocante de verduras es, según mi opinión, un plato ciento por ciento recomendable. Una carne tierna, bien sazonada que, en conjunto con la masa de papa y harina y los crujientes vegetales, hicieron una unión perfecta en conjunto con un Carmenere 2021.
El Filete de Res fue el tercer fondo a probar, con un jugoso trozo de carne sobre risotto al champiñón y cubierto de salsa trufada, otro de los imperdibles de la nueva carta en el Bristol. Una preparación que en general suele no fallar y que, en este caso, acompañada de zanahorias baby, no fue la excepción. Todo acompañado de un Gran Terroir de Los Andes, Cabernet Sauvignon 2020, Casa Silva.
En cuanto a los postres, unos de los destacados en la carta es el Dulce Momento, pirámide de chocolate bicolor con sabroso centro de berries silvestres al jengibre, sobre brownie perfumado a la naranja y dulce sorbete de frambuesa o el Mágico Vegano, esponjoso bizcocho de chocolate relleno con dulce manjar y cremosos pompones de maqui, acompañado de merengues de garbanzos y sabroso remojo de 3 leches.
A decir verdad, no soy fanático de las cosas dulces, sin embargo, aprovecho de transparentar que ambas preparaciones tuvieron el dulzor en su justa medida, algo que agradezco para no quedar con la típica sensación de saciedad.
El Restaurante Bristol del Hotel Plaza San Francisco, con más 30 años de historia es una gran alternativa de la alta cocina en el centro de Santiago. Recomendable a ojos cerrados y donde sabes que vivirás una buena experiencia gastronómica, donde además encontrarás no solo exquisitos platos propios de la cocina chilena, sino que descubrirás sabores de otras latitudes del planeta.
Las chefs chilenas Lindsay Canales y Sabina González, dieron en el clavo con esta nueva apuesta culinaria, e imprimen su amor en cada una de las preparaciones. Se nota el toque fresco y femenino, pero se mantienen fieles a la esencia de años de trayectoria. Hay intención en lograr un equilibrio entre la simplicidad y la creatividad con platillos clásicos, pero con montajes atractivos visualmente, de tal manera que te lleven a disfrutar esta comida gourmet.
Me voy satisfecho tras esta nueva experiencia gastronómica. El clásico Restaurante Bristol del Hotel Plaza San Francisco, sigue tan vigente como necesario en la agenda hotelera capitalina. Mientras me despido de los presentes, no puedo dejar de estrechar las manos y agradecer a toda la gente del servicio, a los garzones y sus chefs, parte fundamental de esta grata velada.
Para más información, visitar www.plazasanfrancisco.cl / o @plazasanfrancisco en Instagram.
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