Las plantas nos dan un invaluable regalo. Alivian dolencias y nos mantienen alejados de los químicos con sus efectos adversos. Si se trata de pequeñas emergencias caseras, las plantas también pueden ayudar. Es por eso que junto al alcohol desinfectante y los parche curitas, puedes tener la menta o la caléndula.
Lo ideal sería que en vez de comprarlas, confeccionaras tu propio huerto para tenerlas frescas en cualquier minuto. Si quieres hacer preparaciones para conservarlas, éstas son las formas más eficientes para aprovechar todas sus propiedades medicinales:
Tintura: Obtenemos los activos mediante una extracción con alcohol no desnaturalizado, éter o incluso cierto tipo de vinos. Para hacerlo, bien podemos emplear la maceración o dejamos gotear el líquido a través de recipientes largos o estrechos.
Maceración: Vertimos el vegetal triturado o desmenuzado y lo mojamos en agua a temperatura ambiente. Se dejará en reposo de 1 a 3 días e iremos agitando la mezcla de manera periódica.
Infusión: Trituramos o desmenuzamos la parte de la planta que contiene los activos. Lo colocamos en un recipiente y añadimos agua hirviendo. Se deja reposar la mezcla hasta que se enfríe (hasta 25 minutos) y luego se filtra con la opción de comprimir o estrujar el residuo acumulado para que caiga más líquido.
Decocción: Actuamos igual que en la infusión pero mantenemos la mezcla unas horas. Posteriormente, se hierve durante 10-15 minutos (o lo que esté indicado para no eliminar activos importantes termolábiles) y luego se deja en reposo unos días, agitando periódicamente.
Las 20 plantas que debes incluir entre tus remedios para aliviar dolencias comunes son:
Romero: Se usa para flatulencias o gases digestivos, problemas intestinales, tos, insomnio, diuresis, hipercolesterolemia, depresión y agotamiento psíquico.
Tusílago: Se usa para la tos, enfisema pulmonar, bronquitis y afecciones respiratorias crónicas.
Manzanilla: Es antidiarréico, digestiones pesadas, regulador del flujo menstrual, eritema solar, insomnio, inflamación de boca o garganta, inflamación de la piel, menstruaciones dolorosas y dolor de cabeza.
Salvia: Sirve para la inflamación, sudoración excesiva, tos, insomnio, nerviosismo y afecciones del aparato respiratorio.
Lavanda: Se usa para el asma, contusiones, desinfección de la piel y la boca, dolor reumático, debilidad, jaqueca, depresión y estados nerviosos.
Melisa: Está indicada para inflamación de boca y garganta, insomnio, dolor de cabeza, anemia, halitosis y afecciones del aparato respiratorio.
Menta: Está indicada para digestiones pesadas consecuencia de acidez de estómago o gastritis, dolor intestinal, inflamación de la boca, halitosis, náuseas, dolor de cabeza, nervios e insomnio.
Milenrama: Su indicación es para el acné, descongestionante de la epidermis, transtornos hepáticos y digestivos, quemaduras, llagas, hemorroides, varices, transtorno biliar y problemas circulatorios.
Caléndula: Es ideal y recomendada para el tratamiento de heridas, quemaduras superficiales, úlceras, picaduras de insectos y acné. También está indicada como antiespasmódico y sudorífico.
Malva: Actúa como un sedante del sistema nervioso pero también se utiliza para las afecciones de vías respiratorias, faringitis, tos, hemorroides, accesos, inflamación intestinal, inflamación de la piel y gingivitis.
Anís: Su uso más frecuente es como correctivo del sabor pero está indicado para flatulencias, transtornos digestivos y problemas bronquiales. Hay que tener cuidado puesto que con dosis elevadas es capaz de originar convulsiones.
Hinojo: Está indicado para la acidez de estómago, flatulencia, afonía, faringitis, bronquitis, tos, fatiga, catarro e inapetencia.
Valeriana: Está indicada para el insomnio, nerviosismo, ansiedad, depresión, asma y algunas contusiones. Además, tiene propiedades neurálgicas y actúa eficazmente contra la jaqueca.
Hisopo: Está indicado para el tratamiento de hematomas, llagas, heridas y quemaduras y para administración oral en asma y bronquitis.
Angélica: Actúa como estimulante del apetito, en la aerofagía o para tratar los espasmos de estómago o intenstino. Además, se emplea para la preparación de licores. Dosis altas son tóxicas.
Comino: Está indicado para los gases intestinales, falta de apetito y alteraciones digestivas en general.
Tomillo: Destacan los tratamientos para: heridas, llagas, inflamación de la piel, halitosis, inflamación de la boca, dolor de cabeza de origen nervioso, faringitis, ronquera, resfriado común, tos y trastornos gastrointestinales.
Cola de Caballo: Se usa para los edemas generaliados, lavar heridas (uso externo sólo), diurético, hemostático y como remineralizante para fortalecer los huesos y las uñas.
Hamamelis: Está indicada para las varices, flebitis, hemorroides, transtornos de la menopausia y actúa eficazmente en los procesos de cicatrización de la dermis, así como propiedades astringentes para el eritema o el prurito.
Orégano: Se usan las hojas y las flores y está indicado para digestiones difíciles, gases, inapetencia, indigestiones, infecciones de garganta y boca, tos y afecciones de las vías respiratorias.
Fuente: VeoVerde