Una investigación confirmó que una sola noche sin sueño afecta a los genes que controlan los relojes biológicos en las células de todo el cuerpo.
En otros estudios previos, investigadores habían demostrado que nuestro metabolismo se afecta al perder horas de sueño nocturno y esto, a su vez, se ha relacionado con un aumento de la obesidad y la diabetes tipo 2.
Un estudio liderado por Jonathan Cedernaes, de la Universidad de Upsala (Suecia), indica que ciertos cambios en los genes del reloj circadiano podrían estar conectados con esta clase de efectos negativos, y confirmó nuevamente que hay una relación con la pérdida de sueño.
El reloj circadiano marca el ritmo biológico interno, regulando las funciones fisiológicas del organismo para que sigan un ciclo regular que se repite cada 24 horas.
Los científicos investigaron a 15 hombres sanos de peso medio, los cuales vinieron al laboratorio en dos ocasiones separadas, para quedarse a dormir por 2 noches. En una de las dos sesiones, durante la segunda noche, los participantes durmieron más de 8 horas. En la otra sesión se mantuvieron despiertos la segunda noche. El orden fue aleatorio. Para minimizar la influencia ambiental, se controló estrictamente la exposición a la luz, el consumo de alimentos y los niveles de actividad.
Después de la segunda noche, en las dos ocasiones, se tomaron pequeñas muestras de tejido de la grasa superficial del estómago y del tejido muscular del muslo. Estos tipos de tejidos son importantes en las funciones metabólicas y el control de los niveles de azúcar en la sangre. También se tomaron muestras de sangre antes y después de que los participantes consumieran una solución de azúcar para probar su sensibilidad a la insulina.
Los análisis moleculares mostraron que la regulación y la actividad de los genes del reloj circadiano quedaron alteradas después de una noche sin dormir. La actividad de los genes es regulada por un mecanismo de tipo epigenético. Los investigadores encontraron que, después de la pérdida de sueño, los genes del reloj circadiano tenían alteraciones químicas en el ADN . También vieron que se había alterado la expresión de los genes, lo cual es un indicio de cuánto producto generan.
Sin embargo los cambios en el tejido adiposo eran diferentes de los del músculo esquelético. Esto podría sugerir que los relojes moleculares de los tejidos de esas zonas del cuerpo ya no están sincronizados y esa falta de sincronía se relaciona con patologías metabólicas. Se supone que los cambios específicos para cada tejido tienen relación con la baja tolerancia a la glucosa que mostraron los participantes, después de la noche que pasaron en vela. Los investigadores aún deben observar la persistencia de estos cambios.
Fuente, NCYT