Los médicos de Hull (Inglaterra) pensaron que Olivia Key (17) estaba a punto de dar a luz cuando llegó al hospital con fuertes dolores en su estómago. Pero nada más lejos de la realidad; la cruda verdad es que la joven albergaba un tumor en sus ovarios que pesaba cerca de 8 kilogramos.
La primera vez que la adolescente sintió dolores había sido en 2013, pero no se preocupó hasta que estos se convirtieron en diarios, informa el medio inglés The Sun.
“Tener una barriga abultada hizo que mucha gente pensara que estaba esperando un bebé, pero no. Me hice exámenes para ver si tenía apendicitis e incluso descartar que estuviera embarazada, pese a que sabía que no“, señaló al medio The Sun.
Fue finalmente un scanner el que reveló la realidad del problema el pasado año 2014.
“Cuando los doctores vieron las imágenes,quedaron realmente horrorizados sobre el tamaño. Era como una sandía, todos estaban sorprendidos de que pudiera tener algo tan grande en mi estómago“, explicó.
A pesar del susto inicial, los cirujanos lograron remover el tumor del cuerpo de Olivia, que volvió a estar en forma a las pocas semanas de la operación.
“Cuando me dijeron que el cáncer no volvería, fue increíble. Fue como si el peor momento de mi vida se convirtiera inmediatamente en el mejor“,señaló la joven, la que tampoco tendrá problemas de fertilidad por ello.