Gordis fucking buenas

Cuando las luchas por superar prejuicios terminan perpetuándolos.

Gordis fucking buenas

Autor: Lucio V. Pinedo

En España, Sanidad considera que las tallas de vestir especiales comienzan a partir de la 48. Es decir, si vistes por debajo de ese número es algo normal, algo que entra dentro de los estándares, algo que no está considerado «talla grande». Sin embargo, está claro que una cosa es lo que diga el Ministerio, y otra muy distinta lo que dice nuestra sociedad, o incluso el escaparate de las tiendas de ropa, en las que la mayoría de las veces es prácticamente imposible encontrar una prenda de la última colección que supere la 40.

Denise Bidot

Como escriben Elena Devesa y Rebeca Gómez, las editoras e impulsoras del proyecto digital WeLoversive: «todos sabemos que cuando tú, con tu talla 44/46 vas caminando por la calle, la gente no piensa: ¡Oh, qué chica de talla normal!, lo que de verdad piensan es: ¡Qué gorda, cuántos donuts se habrá comido para desayunar!». 

Desde su revista online, ambas luchan, desde el 2012, para que la palabra «gorda» no sea un insulto, sino algo absolutamente corriente. Ellas se llaman gordibuenas, porque el hecho de llevar una 46 no significa que una mujer no pueda ser bella, sana, sexy o inspiradora.

Elena y Rebeca

En WeLoversize, lo que comenzó siendo una especie de blog colectivo acabó convirtiéndose en el primer medio de habla hispana centrado exclusivamente en la mujer con curvas: consejos de belleza, posts de humor, columnas de opinión, cultura, sexo y moda son algunos de los temas que sus firmas tratan a diario.

Hoy, el espíritu que se respira en esta comunidad se ha convertido además en un libro. Elena Devesa y Rebeca Gómez han creado un manual no ya de autoayuda, sino más bien de supervivencia, bajo el título de Gordi Fucking Buenas (Ed. Temas de Hoy).

Con cubiertas de un rosa intenso y en 250 páginas, las autoras han inventado una especie de biblia caótica y frenética para todas aquellas chicas que, independientemente de la talla que vistan, se sienten mal con su cuerpo, o no saben cómo volcar su personalidad en su manera de mostrarse al mundo.

Cécile Dormeau

A través de un vocabulario delirante —la comunidad de WeLoversize tiene su propio lenguaje, en el que términos como bajoteto, moni, muchi, gordibuena o titis son fundamentales— han creado un discurso que deja a un lado cualquier signo de tristeza, y se vuelve de una alegría arrolladora.

Gordi Fucking Buena es un libro que te da las claves para que te rías de ti misma, te mires con cariño y aprendas a defenderte —o a mandar a la mierda— a los que a veces te hacen comentarios hirientes sobre tu físico.

Elena y Rebeca creen que frases hechas como «lo importante está en el interior» o «me da igual el físico, yo me fijo en las personas» son totalmente hipócritas. También creen que la prensa de tendencias o femenina está empezando a aceptar términos como curvy y conceptos como los de «mujeres reales» por puro artificio.

«Todas las mujeres son reales», piensan ellas. Y eso es lo que reivindican cuando se denominan a sí mismas «activistas del movimiento gordi».

Lo importante no es que un medio muestre lo abierto que es por publicar de vez en cuando a una modelo con un poco más de carne, lo importante es cómo se seguirá tratando la belleza en adelante, cómo se derribarán los estándares y cómo se respetará a las mujeres, así lleven una 46, una 40 o una pequeña 34. Lo que nos llama la atención es, pues, la necesidad de agregarle el adjetivo «buena», a «gordibuena». ¿Era preciso remarcar la cualidad de bondad? ¿No será que estas dos autoras que pretenden luchar contra los «prejuicios de talla» también los perpetúan? 

«Disfruta por lo que tienen mientras trabajas por lo que quieres»: desde el mismo subtítulo se subraya (la supuesta) imposibilidad de estar bien consigo misma siendo gorda (¿o no lo arruinaron todo con el «mientras…»?).


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