Meik Wiking es un investigador, escritor y conferencista sobre un tema nada fácil: la felicidad.
Es el director ejecutivo del Instituto de Investigación para la Búsqueda de la Felicidad del mundo, con sede en Copenhague, Dinamarca.
Tras algunos años de trabajar sobre este tema, el investigador de 41 años oriundo de Dinamarca, sostiene que la nostalgia puede actuar como un banco de felicidad, capaz de atesorar recuerdos positivos a los que podamos recurrir en momentos de necesidad, reseñó el diario ABC.
El trabajo efectuado por Wiking y el equipo de especialistas que lo acompaña ha rendido sus frutos, a tal punto que anunció la creación del Museo de la Felicidad en Copenhague, espacio que abrirá sus puertas en primavera.
“Con el estudio de la felicidad, tenemos muchas bolas en el aire y no dejamos de hacer malabares”, bromeó el experto.
Como parte de esta labor, recientemente Wiking presentó su más reciente libro “El arte de crear recuerdos felices”, en el que ofrece una reflexión teórica para hacer de la memoria humana una aliada para ser más felices.
A partir de datos y diarios, entrevistas, encuestas y estudios globales y de experimentos reales sobre la felicidad y la ciencia del comportamiento, “El arte de crear recuerdos felices” explica cómo crear momentos perfectos para recordar siempre y que te convertirán en quien eres.
La vida: un relato positivo
Como explorador y experto en felicidad, Wiking argumenta que la felicidad depende en gran parte de la relación con nuestro pasado y de los recuerdos que guardamos de él, así como de nuestra capacidad para construir un relato positivo de la vida.
Al hablar de por qué para algunas personas es más habitual recordar más lo malo de lo que ha vivido con sus parejas, en los trabajos o con la familia en lugar de acordarse de lo bueno, Wiking advierte que parte de esto tiene que ver con el hecho de que la memoria trabaja como un músculo.
“Cuanto más hablas de un tema, cuanto más te refieres a él de todas las maneras posibles más trabajan las neuronas que componen la memoria y más lo refuerzan.
Así, si tú hablas todo el tiempo sobre cosas desgraciadas o si piensas continuamente en los momentos en los que has sido infeliz, de alguna manera estás reforzando más esos momentos”, explicó.
“Por eso –agregó- es importante hablar de tus experiencias felices y de los momentos buenos, y también es importante referirse a menudo a los buenos recuerdos porque con esta práctica puedes modelar tu cerebro y lograr tanto crear buenos recuerdos como reforzar los que tengas”, aseguró el experto.
Recalcó el investigador que lo que se debe hacer para evitar la influencia de lo malo es no dejar de crear buenos recuerdos. Y para lograrlo se debe prestar atención cuando seamos felices porque la atención es la base de la memoria.
“Voy a contar un ejemplo. Hace unos días una señora polaca con la que hablé me contó que cuando tenía ocho años vivió un momento especial con su hermana y su madre. Era un momento bonito y se sintieron las tres muy felices. Se sintieron tan felices que su madre la miró a los ojos y le dijo: ‘Espero que siempre recuerdes este día’. Treinta años después ella sigue recordando ese día porque su madre le dijo que no lo olvidara.
La atención plena es un instrumento poderoso. No se trata de usarlo a todas horas porque perdería el valor (es decir, no vamos a decir todo el tiempo a los hijos o nuestras personas queridas que nunca olviden ese momento), pero sí que es importante hacerlo de vez en cuando”.
El banco de la felicidad
Precisó Meik Wiking que la nostalgia tiene la característica de ser agridulce, porque el disfrute de haber vivido una situación feliz o de haber estado en conexión con los otros convive con la tristeza de que ese momento haya terminado.
“Esta emoción tiene un espectro complejo. Pero lo que hemos podido comprobar es que aquellos que son capaces de recuperar recuerdos felices están mucho más satisfechos con su vida.
Por lo tanto sí creo que los recuerdos felices pueden trabajar a modo de banco de felicidad, al que podemos acudir cuando estemos en momentos bajos de ánimo. Creo que sí, que la nostalgia puede verse como algo positivo”.
Estudiar la felicidad
Las investigaciones sobre la felicidad en las que ha trabajado Meik Wiking sugieren que las personas se sienten más felices con sus vidas, tienden a albergar una perspectiva positiva y nostálgica. Pero actualmente también se estudia, tal como precisa el experto, la relación entre salud y felicidad.
“Está claro que somos menos felices cuando estamos enfermos, pero también estamos viendo que la felicidad puede ayudar a que la gente se mantenga sana”, aclaró.
Otros estudios que se están llevando a cabo en la actualidad se centran en entender cómo se puede combinar lo objetivo y lo subjetivo a la hora de hablar de felicidad.
Para ello, Wiking reveló que algunas de las preguntas que se hacen tienen que ver con cómo se siente la gente con respecto a lo que tienen o perciben. Y también se estudia cómo impactan los lugares en el estado de ánimo.
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