Al sumergir una bolsita de té de plástico vacía a 95 grados Celsius, se liberan alrededor de 11.600 millones de microplásticos y 3.100 millones de nanopartículas de plástico en el agua.
El té ha sido utilizado durante miles de años por las personas como un digestivo después de las comidas. Generalmente viene en una bolsita de papel poroso sellado, conteniendo hojas de té finamente picadas y, según alerta un estudio científico, también miles de millones de microplásticos que se cuelan al preparar una taza de esta popular infusión.
El estudio ha descubierto que solo una bolsita de té de plástico puede liberar miles de millones de pequeñas partículas de plástico, lo que sugiere que podríamos estar consumiendo muchos más mircroplásticos de lo que nos damos cuenta actualmente, con posibles impactos en nuestra salud.
Según los autores del estudio publicado en la revista Environmental Science and Technology, al sumergir una bolsita de té de plástico vacía a 95 grados Celsius, se liberan alrededor de 11.600 millones de microplásticos y 3.100 millones de nanopartículas de plástico en el agua.
Los expertos advierten con esto la creciente presencia de plásticos de tamaño micro y nano en el medio ambiente y la cadena alimentaria, motivo de creciente preocupación.
Clara advertencia
Aunque los consumidores conscientes están promoviendo la reducción de los plásticos de un solo uso, algunos fabricantes están creando nuevos envases de plástico para reemplazar los usos tradicionales del papel, como las bolsitas de té de plástico.
Y es clara la advertencia al mercado: el objetivo de este estudio fue determinar si las bolsas de té de plástico podrían liberar microplásticos y / o nanoplásticos durante un proceso típico de remojo.
“Mostramos que remojar una bolsita de té de plástico a la temperatura de preparación (95 ° C) libera aproximadamente 11.6 billones de microplásticos y 3.1 billones de nanoplásticos en una sola taza de la bebida”, asevera la investigación.
Como se sabe, los microplásticos varían en tamaño desde 100 nanómetros (nm) hasta alrededor de 0.2 pulgadas, mientras que los nanonplásticos miden a 100 nm o menos, 1,000 veces más pequeño que el grosor del cabello humano.
De acuerdo con los científicos, la composición de las partículas liberadas en las pruebas se corresponde con las bolsitas de té originales (tereftalato de nylon y polietileno) utilizando espectroscopía infrarroja con transformada de Fourier (FTIR) y espectroscopía de fotoelectrones de rayos X (XPS).
Los niveles de partículas de tereftalato de nylon y polietileno liberados del empaque de la bolsita de té son varios órdenes de magnitud más altos que las cargas de plástico reportadas previamente en otros alimentos.
Una evaluación inicial de toxicidad aguda de invertebrados muestra que la exposición solo a las partículas liberadas de las bolsitas de té causó efectos de comportamiento y desarrollo dependientes de la dosis.
Cómo demostrarlo
En el estudio, el equipo vació el contenido de cuatro tipos diferentes de bolsas de té de plástico compradas en tiendas canadienses, las enjuagó a fondo y luego las sumergió en agua caliente.
Los científicos examinaron el agua para determinar si estaba contaminada por pequeños trozos de plástico. Las pruebas preliminares se realizaron en pulgas de agua y descubrieron que las partículas no mataban a los insectos, pero sí cambiaron su comportamiento y provocaron problemas de desarrollo.
«Nos sorprendió ver la gran cantidad de partículas de plástico liberadas en la bebida. Descubrimos que miles de millones de partículas se liberan en el té en comparación con solo miles encontradas en otros alimentos o bebidas, como el agua embotellada”, dijo la primera autora del estudio, Laura Hernández, del departamento de Ingeniería Química de la Universidad McGill.
«Este estudio muestra que algunos alimentos o bebidas pueden contener una cantidad considerable de microplásticos «, argumentó.
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