En el día a día algunas personas se ven sometidas a presiones en el ámbito laboral o personal que afectan directamente a su salud. Este nivel de exigencia puede provocar estrés, que aparece como un estado de fatiga física y psicológica.
Las personas que padecen estrés pueden sufrir trastornos fisiológicos como problemas cardiovasculares y gastrointestinales; o trastornos psicológicos como fobias y depresiones. Es importante, por lo tanto, evitar el estrés haciendo pequeñas modificaciones en el sistema de trabajo, aprendiendo técnicas de relajación y adoptando hábitos alimenticios saludables.
No existen alimentos con propiedades antiestresantes, pero sí ciertas comidas que provocan placer, bienestar o relajación. Combinar estos platos con una dieta que contenga todos los nutrientes necesarios ayuda a disfrutar de un organismo fuerte capaz de combatir al estrés.
Las vitaminas ayudan a defenderse de la creación de radicales libres. Éstos son sustancias químicas que introducen oxígeno en las células del organismo provocando la oxidación de sus partes y el envejecimiento del cuerpo. La vitamina A se consigue de las zanahorias o las espinacas; la vitamina C de los cítricos, y la vitamina E de los frutos secos o aceites vegetales. Las vitaminas del grupo B también son importantes, ya que fortifican el sistema nervioso central y tienen propiedades sedantes. Se pueden encontrar en la levadura de cerveza, los lácteos, porotos verdes o en la palta.
Es muy importante en un dieta antiestrés añadir alimentos ricos en Potasio, Magnesio y Calcio. Estos minerales estimulan la reacción orgánica frente a las hormonas que el cuerpo segrega como respuesta al estrés. Los alimentos que contienen potasio son las frutas, verduras, cereales enteros y la carne. El magnesio se consigue de los frutos secos, cereales y semillas consumidos enteros, ya que desintegrados o molidos pierden el mineral. El magnesio también se halla en las verduras, pero al cocerlas este componente pasa de la verdura al agua, por lo que los nutricionistas recomiendan el consumo de ese agua como sopa o salsa. El calcio es un tranquilizante natural que se puede encontrar en la leche, quesos o yogures. Un vaso de leche tibia antes de dormir ayuda a conciliar el sueño y a descansar.
En periodos de estrés los expertos recomiendan cenas basadas en alimentos de origen vegetal para mantener un nivel de glucosa constante que irá disminuyendo con lentitud a lo largo de la noche. Las patatas, la pasta o el arroz son buenas opciones para la cena. Se recomienda evitar alimentos que provoquen molestias nocturnas como las alcachofas, la coliflor, el pepino o los puerros.
Para que el efecto de los alimentos antiestrés sea más certero, los nutricionistas aconsejan dedicarle tiempo al almuerzo para comer despacio y con tranquilidad cada uno de los alimentos escogidos.