Un equipo de investigadores de la Universidad de Montreal, en Canadá, encontró una relación entre el uso de antidepresivos y un mayor riesgo de trastornos de espectro autista (TEA) en los niños por nacer. Los resultados apuntan especialmente a los fármacos recetados para trastornos de ansiedad u obsesivo-compulsivos (como Prozac y Citalopram).
De todos los niños observados, 1.054 (0,72%) fueron diagnosticados con TEA. El primer diagnóstico se hizo a una edad promedio de 4,6 años y el segundo, al final del seguimiento, fue a los 6,2 años. Un dato a destacar fue que el número de niños fue cuatro veces mayor que el de niñas.
Los trastornos del espectro autista (TEA), más conocidos como autismo, son un conjunto de alteraciones que afectan al desarrollo cognitivo infantil. El autismo engloba diagnósticos relacionados con déficit en la comunicación, dificultades para integrarse socialmente y una exagerada dependencia a las rutinas (entre otros).
Entre los resultados del estudio se destacó que el uso de antidepresivos -durante los dos últimos trimestres del embarazo- se asocia con un 87% más de TEA que en ausencia estos fármacos (no hubo asociación con un uso previo a este periodo).
De todos los niños observados, 1.054, es decir, un 0,72%, fueron diagnosticados con TEA. El primer diagnóstico se hizo a una edad promedio de 4,6 años y el segundo, al final del seguimiento, fue a los 6,2 años. Un dato a destacar fue que el número de niños con TEA fue cuatro veces superior al de las niñas.
“Las causas del autismo siguen sin estar claras, pero los estudios han demostrado que tanto la genética como el medio ambiente pueden intervenir”, explica Anick Bérard, autora principal de la investigacion. “Tomar antidepresivos durante el segundo o tercer trimestre casi duplica el riesgo de que el niño sea diagnosticado a los siete años”.
Bérard y sus colegas trabajaron con datos de embarazadas de Quebec entre enero de 1998 y diciembre de 2009. Para los autores, es una prioridad de salud publica entender el efecto que tienen los tratamientos antidepresivos en los hijos en gestación.
“Es biológicamente posible que los antidepresivos causen autismo si se utilizan en el momento en que el cerebro se esta desarrollando en el útero, ya que la serotonina está implicada en numerosos procesos del desarrollo pre y posnatal, como la división y diferenciación celular y la sinaptogénesis”, añade Bérard.
Los autores aclaran que el estudio tiene ciertas limitaciones. Una es respecto de las cifras de prescripción, puesto que los datos pueden no estar reflejando el consumo real, y otra, es que no se tenia ninguna información sobre el estilo de vida de las madres.
“Se necesita más investigación para evaluar específicamente el riesgo de TEA asociada con los tipos y dosis de antidepresivos durante el embarazo”, concluye el estudio.
La prevalencia del autismo entre los niños ha aumentado de 4 de cada 10.000 niños en 1966, a 100 de cada 10.000 en la actualidad. Mientras que el aumento se puede atribuir a que ha aumentado la detección y el diagnóstico, los expertos creen que también intervienen los factores ambientales, como el uso de antidepresivos por parte de la madre durante la gestación. En el contexto de Canadá, del 6 al 10 por ciento de las mujeres embarazadas usa fármacos para la depresión, y aunque las cifras no son las mismas en todo el mundo, se estima que hay una tendencia mundial al aumento de este tipo de tratamientos, especialmente en Chile.
La Organización Mundial de la Salud afirma que la depresión será la segunda causa de muerte en 2020, lo que para los investigadores supone una alta probabilidad de que los antidepresivos continúen ampliamente prescritos, incluso durante el embarazo.
CCV
Fuente, NCYT, IFLScience