El presidente de la Asociación Médica de Portugal, José Manuel Silva, pidió que se imponga una prohibición global del herbicida glifosato luego de una serie de cuestionamientos por sus efectos sobre la salud humana, informa el portal Natural Society.
El anuncio continúa los pasos de la unidad de cáncer de la Organización Mundial de la Salud, que calificó la sustancia como un “probable cancerígeno”, y el Estado de California, que exigirá a la empresa de agroquímicos Monsanto etiquetar sus botellas de Round Up con una advertencia de riesgos potenciales.
“El uso de glifosato ha aumentado en un 50% en la última década, con 1.400 toneladas aplicadas tan solo en el año 2010. En total, más de 130 millones de toneladas son usadas al año, alrededor del mundo. El glifosato es detectado frecuentemente en alimentos, el aire, el agua lluvia y ríos, y por consiguiente en la orina, la sangre e incluso, la leche materna”, reporta SustainablePulse.
Ecowatch asevera que entre 1996 y 2011, el amplio uso de cosechas de transgénicos con Round Up elevó la aplicación del herbicida en
Estados Unidos, pese a que Monsanto señaló que el sistema reduciría el consumo de pesticidas y herbicidas.
Estudios citados por el mismo medio afirman que el aumento en el uso del glifosato está directamente relacionado con “factores de riesgo en el desarrollo de la enfermedad celíaca, la infertilidad, malformaciones congénitas, enfermedades al riñón, autismo y otras patologías”.
“El principio mundial de precaución dice que, a la luz de evidencias claras de daños, las acciones para proteger la salud humana y el medioambiente no debe esperar la última evidencia científica. Para el glifosato, la conclusión es clara: este herbicida debe ser prohibido en todo el mundo”, afirmó Silva.