Capacitación para un cambio en políticas de drogas

El psiquiatra Avelino Jiménez es autor de los libros Espejos Quebrados: Psiquiatría Social Dramática; Socioanálisis: La antigua era que viene; Cómo consumir drogas sin ser adicto y Controversia científica sobre la marihuana

Capacitación para un cambio en políticas de drogas

Autor: Mauricio Becerra

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El psiquiatra Avelino Jiménez es autor de los libros Espejos Quebrados: Psiquiatría Social Dramática; Socioanálisis: La antigua era que viene; Cómo consumir drogas sin ser adicto y Controversia científica sobre la marihuana. Propone una nueva forma de gestionar el uso de drogas:

Desde el siglo pasado han predominado en el mundo las directrices de una política de control de drogas ilícitas que se centra demasiado en la represión y la prohibición pero, argumentando que busca objetivos de salud y de seguridad. Situación que Chile ha adoptado por compromisos internacionales e identificación de los sectores políticos con los contenidos que inspiraron esta política de fiscalización. Finalmente esta estrategia no llegó a ser eficiente como se esperaba y además trajo efectos negativos bien conocidos: criminalización de los mercados ilícitos, maltrato a los consumidores, gastos fabulosos en represión, procesos judiciales y prisiones, manipulación y falseamiento de la información a la población con sensacionalismo destinado al control social etc.

Desde que apareció esta estrategia represivo prohibicionista, también se puede llamar ético jurídica; hubo sectores en desacuerdo que no compartían sus conceptos y no aceptaban que el Estado pudiera desconocer el derecho de la persona sobre su cuerpo y su mente, como el uso de drogas ilícitas, ni siquiera con el argumento que era por su bien y el bien común. Esta reacción por una nueva estrategia en la regulación de drogas ilícitas ha ido ganando terreno en el mundo y ahora ya está en la discusión general y en los últimos años se han precipitado cambios notables en el escenario del tema.

Por ejemplo en los años ‘70 sólo Holanda declaró la marihuana y sus derivados una droga “blanda” y la puso al alcance de la población en las tiendas coffe-shop. Al comienzo fue bloqueado todo alcance o difusión científica respecto a su posición y política sobre drogas en los foros internacionales, pero luego se fue consolidando su aceptación y fueron apareciendo cambios en una línea similar en varios países como Portugal, España, Canadá y una estrategia alternativa basada en la salud y los DDHH “La reducción de riesgo y daño” que se generalizado en el mundo y también es fuerte en nuestro país. El año recién pasado Uruguay aprobó el uso de marihuana para uso medicinal o recreacional con control del Estado autonomizándose de los compromisos internacionales restrictivos que había respetado, lo que es uno de los factores para que su presidente José Mujica fuera considerado uno de los personajes del mundo en 2013. Lo mismo en EEUU donde en 1937 se prohíbe el uso médico de la marihuana (cannabis), 57 años después en 1996 se aprueba en California por primera vez el uso medicinal de la misma y ahora son 20 Estados los que permiten venta de ella con fines curativos y, 17 años después en 2013 a 76 años de su prohibición, en el Estado de Colorado se puede comprar marihuana para uso libre no solo medicinal, lo que es distinto a los convenios internacionales que sostienen la estrategia represivo prohibicionista impulsada y mantenida por su mismo país. Washington tomó la misma decisión en 2012 y esta en proceso de aplicarse; en ambos casos hubo consulta popular. Ni el gobierno Federal de EEUU sabe que hacer aún con los cambios en sus propios Estados de la Unión ¿que hará Chile ahora?

Soy médico psiquiatra y me he dedicado a desarrollar pensamiento acerca de las dinámicas sociales a partir de lo que es mi conocimiento sobre la psiquis, propio de mi especialidad médica, y es ahí donde me encuentro con el tema de DDHH y las drogas sobre los que he escrito 4 libros. Creo que hay tres etapas por las que se ha pasado en este proceso en nuestro país que se resumen en las siguientes

1.         Una época cuando los que rechazamos la estrategia represivo prohibicionista trabajábamos contra una política monopólica, falsa, con control de la información y sin literatura chilena, lo hacíamos simultáneamente pero independientes, sin que ni siquiera supiéramos que habían otros haciendo lo mismo. Antes que se masificara internet y las redes sociales.

2.         Se empieza a reconocer el fracaso de la política represivo prohibicionista en el mundo y se manifiestan por el cambio figuras políticas y personalidades de otras disciplinas y liderazgos. La masificación del internet y las redes sociales derrumba el control de la información que permitía mostrar a la gente contenidos manipulados o falsedades de buena fe o ingenuas sobre las drogas para mantener los mitos que sustentan su estrategia de control. En esta fase aparecen varios políticos en Chile reconociendo su posición contraria a la estrategia dominante en materia de drogas, y también errores como la ley 20000 y su imposibilidad de ser cumplida, y el de colocar -en el primer gobierno de Michel Bachelet- a la marihuana en la lista I entre las drogas peligrosas y sin utilidad médica, lo que sorprendió porque no tiene fundamento coherente con los estudios actuales ni antiguos y por ser Bachelet médico. Existe un apogeo mediático, jurídico, y social sobre el tema.

3.         Observo que quienes veníamos trabajando desde un principio, vemos pasar a protagonizar la conducción del proceso a los que dan la cara mas tardíamente pero que tienen puestos políticos, de autoridad, u otros liderazgos asociados al tema. A esta altura hay un enorme respaldo social para el cambio y los contenidos críticos que fueron novedosos ya empiezan a ser repetidos y conocidos por las elites y los más interesados, sin embargo a un nivel superficial y sin un a reflexión real entre la población porque se tiende a secuestrar en los medios que lo hacen masivo por un lado y también buscan sus propios fines de rating por otro.

Esta tercera etapa ya está en cierto modo cumplida y hay que buscar actualizar las actividades al respecto. Y yo creo que deberíamos empezar a hacer el trabajo de pensar con seriedad, auténticamente, con honestidad a través del país sobre las políticas de drogas que vienen, aprovechando la experiencia, y el aprendizaje que deriva de ella, fruto de estos años de cultivar una posición alternativa a la política de drogas actual. Conozco mucha gente de distintas especialidades y actividades que son expertos a golpe de practicar una crítica social y participar en el ejercicio de mostrar interés en la construcción democrática del orden social en lo que a este tema se refiere, en esta misma posición.

Buscando cómo concretar la reflexión del pueblo chileno en esto he llegado a la convicción que haciendo seminarios, talleres, diálogos con los profesores que estan en contacto directo con jóvenes por su actividad, y necesitados de cambiar para adaptarse a la visión nueva de una política que tenía contenidos muy diferentes, lo que los lleva a confusión tanto a ellos, como a apoderados y en menor medida a los alumnos que buscan su propia información, pero les falta madurez como es obvio. De la misma manera esta indagación reflexiva se puede realizar con líderes sociales o escuelas de formación de los partidos políticos e iglesias, en fin, personas que tengan en su actividad algún efecto multiplicador del discurso social, que tiene su origen en las personas y debe fluir como “ríos de agua viva”.

La idea es bonita, esta bien fundada y respaldada técnicamente porque nace de quienes han participado e impulsado el proceso. Ahora hay que buscarle financiamiento y hacerla posible. La primera etapa de movilizaciones y actos políticos siguen existiendo, pero falta que la institucionalidad social se sume y valore en sus términos el cambio en la política de drogas que esta llegando y asuma el invaluable gasto que produce el bienestar social.

 Avelino Jiménez Domínguez

Psiquiatra


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