Universidades de Ginebra y Basilea descubrieron lo que pasa en el cerebro de los pacientes que padecen de autismo.
Las investigaciones científicas establecen un vínculo entre una mutación genética determinada y la falta de habilidades sociales.
En este último punto radica en los estudios con las neuronas dopaminérgicas, que “mostraron resultados deficientes entre las personas con autismo, lo que les hace perder la motivación requerida para interactuar con los demás”, afirman científicos.
Pero, ¿qué sucede en los cerebros de los pacientes para que se interrumpan sus habilidades sociales?
Los científicos apuntan a que todo se debe a un mal funcionamiento de la actividad sináptica de las neuronas presentes en el sistema de recompensa.
Puesto que la sinapsis es la unión o el enlace entre una neurona y otra, que emiten una descarga química que origina una corriente eléctrica en la membrana de la célula presináptica que envía las señales al sistema nervioso.
Los científicos para llegar a este nivel de investigación, estudiaron en los ratones la plasticidad de la sinapsis.
Determinando que en lo ratones sin el gen neuroligina 3 la plasticidad es menos presente, debido a que “el refuerzo sináptico no tuvo lugar y presentaron una respuesta reducida a los nuevos estímulos”, afirman investigadores.
Si no hay una buena actividad sináptica el interés por el deseo de tener un contacto social.
«Hemos observado la misma deficiencia sináptica en animales portadores de otra mutación genética un gen llamado shank 3, también común en el autismo», señala la investigadora principal del estudio, Camilla Bellone.
Los pacientes con alteraciones sinápticas en las neuronas dopaminérgicas deberían reaccionar positivamente a las terapias destinadas a aumentar su actividad, indican los científicos.
Qué es el autismo
El autismo es un trastorno psicológico que se caracteriza por la intensa concentración de una persona en su propio mundo interior y la progresiva pérdida de contacto con la realidad exterior.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), uno de cada 160 niños del mundo padecen de este trastorno.
Hasta la actualidad no existen tratamientos genéticos para prevenir la discapacidad intelectual, por lo existen las terapias educativas y físicas.
Los avances siguen adelante para entender con más detalles las corrientes neurológicas de los pacientes que padecen esta patología.