Lo paradójico es que la ciencia médica sabe desde hace mucho que existe en el cuerpo un mecanismo que forma parte del sistema inmunológico, células natural killer, que “desfavorecen” el desarrollo de células cancerígenas y no hay campañas que promuevan este bienestar inmunológico, no existen incentivos, ni programas que eduquen a la población al respecto. Este “estado” se relaciona con uno de los actos más vitales e inherente a cada ser humano, el comer.
Hace 2.500 años atrás Hipócrates, el padre de la medicina occidental, ya decía: “Que la comida sea tu alimento y el alimento tu medicina”, así mismo encontramos un antiquísimo proverbio japonés que profesa: “Ishoku Dogen”, que puede traducirse como “La comida es Medicina” o “La comida es la clave de la Salud”, este conocimiento tan antiguo y de tanto sentido común, se ha perdido a través del tiempo y se ha vuelto difícil de aplicar en nuestra realidad bombardeada, hoy en día, de comida ultra procesada, alterada genéticamente y con campañas que hacen aparecer ricos, apetitosos e inocuos a una serie de “productos alimentarios” que enferman, retardan el crecimiento y la regeneración celular normal lo que irremediablemente daña al ser humano.
Miles de personas mueren de cáncer año a año, en nuestro país y todo indica que la tendencia no va a la baja, por lo menos eso deja entrever las declaraciones* de la ex Ministra de Salud Helia Molina, quien frente a una pregunta sobre el cáncer en Chile señaló: “ El avance ha sido terrible, a pesar que la sobrevida ha mejorado, es muy prevalente y en corto tiempo va a matar más que las enfermedades cardiovasculares”.
Si bien nada puede garantizar que el cáncer no se desarrolle, así como hay factores que aumentan su aparición, hay otros que lo disminuyen y es en este punto en donde se extrañan las campañas comunicacionales y educativas, que promuevan en las personas una acción consciente frente a sus vidas y sobre sus alimentos, estamos hablando de cómo el PH de la sangre (líquido que recorre y distribuye nutrientes en todo nuestro cuerpo), puede verse profundamente alterado según los alimentos que comemos y cómo esta alteración genera estados de acidez e inflamación crónica que son escenarios que favorecen el desarrollo, entre otras enfermedades, del cáncer.
¿Qué es el PH? Sus siglas significan = Potencial de Hidrógeno, PH y mide cuánto hidrógeno posee un elemento específicamente la cantidad de iones ácidos (H+), por lo que sirve para medir la acidez o alcalinidad de una sustancia. La acidez en la sangre (acidosis), es el exceso de iones de hidrógeno, mientras que la alcalinidad (basicidad), es la capacidad ácido neutralizante. El PH se mide en una escala de 0 a 14, siendo un PH nuetro 7, bajo este rango se considera un PH ácido y sobre 7, alcalino. Es ideal mantener el PH levemente alcalino (7,3 a 7,4) para así evitar los efectos acidificantes en el cuerpo.
Quisimos entender más sobre los efectos en la salud que este estado de “acidez” genera en el cuerpo, por lo que consultamos a la doctora Lillian Arias, médico cirujano y fundadora de un centro médico especializado en Medicina Integrativa en Santiago.
Doctora, nos puede explicar ¿Cómo es que la acidez desequilibra el organismo?
LA: «La acidez, se genera por la alteración de los equilibrios naturales del cuerpo “sistemas buffer o anion gap”, lo que puede ocurrir por varios factores, pero uno primordial, es por cómo nos alimentamos. Te explico: El PH en la sangre tiende a un nivel neutro, el punto es que si nuestra dieta se basa mayoriamente en alimentos acidificantes, nuestro PH se tornará ácido y el cuerpo generará una serie de reacciones para contrarrestar la acidez en la sangre y es ahí cuando comienzan los desequilibrios, el cuerpo no filtra bien y tratando de volver a un PH neutro, comienza a deshacerse de minerales que sí nutren nuestro cuerpo como el calcio, por ejemplo”
¿Cuál es la relación entre el estado de acidez sanguínea y el cáncer?
LA: «Así como antes se explicó la cantidad de hidrogeniones, radicales libres sustancias toxicas, que fluyen a través de la sangre van generando irritación que inicialmente es local y posteriormente se hace sistémica, es aquí cuando el cuerpo empieza a perder sus mecanismos de regulación y equilibrio interno, se manifiestan las enfermedades que empiezan generalmente como síntomas sutiles o a los que no se les presta atención, o por el contrario síntomas a los cuales no se les encuentra un diagnóstico claro muchas veces, hasta que es demasiado tarde para que nuestro cuerpo obtenga un retorno sin secuelas.»
¿Qué enfoque aplica usted, cuando recibe algún caso de cáncer?
LA: «Iniciamos conciencia de alimentación, una evaluación de factores que favorecieron la manifestación de esta enfermedad, se trabaja con las terapias a las cuales el paciente se pueda adaptar mejor biorregulación, medicina, desintoxicación con homotoxicología, acupuntura, ozonoterapia, medicina ortomolecular y las quimio naturales de las cuales hoy hemos visto grandes resultados».
Es importante comenzar a romper el paradigma de la reacción frente a la enfermedad e ir optando por un enfoque “preventivo” y en este ámbito la medicina ortomolecular o biológica puede hacer grandes aportes, desde el cómo podemos generar estados en el cuerpo que son saludables y desfavorecen la aparición de enfermedades tan nocivas como el cáncer. Sin embargo nada de esto es posible, si el paciente no se involucra real y seriamente en sus procesos de alimentación ya que es sólo él o ella, quien hace las elecciones de qué comer y de cómo vivir su vida, es por ello que esto requiere un compromiso consciente para que sea efectivo, por que es un trabajo en conjunto, Médico/Paciente.
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